Seguro en más de una ocasión has visto las enormes torres metálicas que recorren el país a lo largo y ancho para llevar energía eléctrica hasta las subestaciones eléctricas, donde bajan el voltaje para luego entregar la electricidad a los usuarios finales a través de líneas de distribución. Pues todas esas redes son propiedad de la Comisión Federal de Electricidad (CFE). Construir redes de transmisión y distribución de electricidad significa inversiones millonarias. Así que ése era y sigue siendo un motivo para que la CFE no lleve energía a pequeñas comunidades con escaso número de pobladores. No es rentable montar esa magna infraestructura para reducidos grupos de usuarios. A partir de los cambios derivados de la reforma energética de 2014, la CFE puede establecer alianzas con empresas privadas para construir y operar líneas de transporte de energía. Sin embargo, no creo que el discurso vaya a cambiar. Si para CFE no era rentable llevar redes eléctricas a comunidades apartadas, mucho menos lo será para compañías privadas. Por lo pronto, el secretario de Energía, Pedro Joaquín Coldwell, anunció las primeras dos licitaciones para la construcción y operación de redes de transmisión –entre la CFE y privados– que serán organizadas y dirigidas por el Centro Nacional de Control de Energía (Cenace). La primera y más importante será para la construcción de un tendido de líneas que permitirá conectar a Baja California y Baja California Sur con el Sistema Interconectado Nacional (SIN). Y, ¿por qué digo que es más importante? Porque al no estar conectados con el resto del país, no pueden enviar ni recibir energía de otros estados de México, así que son vulnerables a que tormentas, huracanes u otros fenómenos climatológicos provoquen apagones. El proyecto para conectar las Baja Californias con el SIN es viejo, como otros que no ha podido realizar CFE por su propia cuenta. Por años, la Comisión ha mantenido en su Programa de Obras e Inversiones del Sector Eléctrico el plan para interconectar esos estados con el SIN. Pretendía hacerlo mediante un cableado submarino de 105 kilómetros que iría de la Bahía de Quino, en Sonora, hasta la Bahía del Infiernito, en Baja California Sur. Dicho plan requería, hasta el 2014, una inversión de 9,100 millones de pesos. Aunque la Secretaría de Energía no lo ha precisado, todo indica que la línea de transporte de energía será terrestre y que conectará a Baja California con Sorora mediante una red de 700 kilómetros lineales con capacidad para trasladar mil megavatios. La inversión (CFE-privados) para ese proyecto está prevista en 1,213 millones de dólares. La conexión de ambos sistemas permitirá que el Cenace tenga mejor operabilidad en la red, así como reducción de costos de operación en las centrales eléctricas de Baja California. Por otra parte, desde hace más de una década el gobierno federal se mostró presto a autorizar la construcción de corredores eólicos en Oaxaca para aprovechar el alto potencial de viento que tiene la región del Istmo de Tehuantepec. Sin embargo, no hizo la tarea completa, ya que una vez instaladas las centrales eólicas, la CFE se vio incapacitada para darle salida a la energía generada por falta de infraestructura de transmisión. Para atender la problemática, la Comisión Reguladora de Energía (CRE) ideó las denominadas temporadas abiertas, mediante las cuales los privados reservaban capacidad de transmisión, pero el problema continúa latente, así que la CFE recurrirá a los privados para garantizar la salida de la energía hacia el centro del país, donde se concentran las áreas de mayor consumo de electricidad. La licitación será publicada en junio de este año, para construir 600 kilómetros de líneas de transmisión que irán desde el Istmo de Tehuantepec, Oaxaca, zona se produce cerca del 90% de la energía eólica del país, hasta el centro del mismo, para abastecer de energía limpia a una de las zonas que más energía consume. Las líneas de transmisión de electricidad fomentarán la creación de más plantas de generación de energías limpias, ya que de la capacidad instalada que hay en México (54,852,536 megavatios), únicamente 13,606,588 (tomando en cuenta también las grandes hidroeléctricas) utilizan fuentes renovables. En adelante, todos los problemas e insuficiencias relacionadas con la CFE estarán esperando solución del binomio privados-CFE, ya que por ahora esta empresa productiva del Estado es la generadora y distribuidora de electricidad más importante del país.   Contacto: Correo: [email protected] Twitter: @earzate2003 Facebook: Esther Arzate   Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

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