Para nadie es un secreto que durante 2020 y este año, China ha tomado ventaja exponencial a nivel global en la carrera por liderar el sistema económico. Después de un primer y segundo trimestre con PIB de 12.3 y 7.9 por ciento respectivamente, la proyección de Xi Jinping de lograr un crecimiento anual del 6% parece posible, sabiendo que para algunos expertos se logre ‘saltar’ a un 8%.
Si se mantiene la tendencia de crecimiento, para muchos influenciada por la ‘Estrategia de Circulación Dual’ -que influencia el auto sostenimiento interno y la expansión del sistema de exportaciones- presentada como centro del plan 21-25 del Presidente Jinping durante el comité de mayo de 2020 del Politburó del partido comunista Chino, las proyecciones del FMI que confirman que entre 2028 y 2031 China habrá desbancado -finalmente- a Estados Unidos como la principal economía del país. La llegada final del nuevo orden mundial.
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En un contexto donde pasa el tiempo, las redes de información se expanden, y China se confirma percibido para una parte importante de la población en occidente como la zona ‘rígida’ del mundo, con una cultura lejana y milenaria, superpoblado, donde un ‘Gran Hermano’ personificado en el partido comunista posee la capacidad de controlar la mayoría de aspectos humanos, existen múltiples dualidades entre capitalismo y socialismo, campo y mega ciudad, riqueza y pobreza, ancestros y consumismo; todo marcado por un halo de disciplina casi militar.
Y ante el crecimiento en la confrontación cultural y racial exacerbada a partir de los grandes cambios de 2020, la estrategia China parece dar un giro, donde el ‘Soft Power’ evoluciona del establecimiento de relaciones bajo el soporte al crecimiento económico (China proporciona el mayor volumen de préstamos a África con USD $153 mil millones a prestatarios del sector público entre 2000 y 2019. DW), hacia una expansión cultural contemporánea que refleje un lugar que vive ‘adelantado en el tiempo’, el consumo masivo aprovecha la tecnología, y la riqueza cultural evoluciona constantemente.
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Para lograrlo, el sistema público-privado chino luego de haber superado la pandemia con mayor agilidad gracias al cumplimiento de restricciones, se enfrenta a partir del momento actual de vacunación y reactivación a cuatro retos, buscando que la masificación económica y cultural de Beijing se den con éxito (y rapidez) en los años que vienen:
< UNO >
China buscará mantener su estructura, independencia, y privacidad en relación al manejo de datos versus los estándares globales.
Así como recientemente los reguladores locales del ciberespacio confirmaron que cualquier empresa local con datos que superen el millón de usuarios debe someterse a una revisión de seguridad antes de cotizar sus acciones en el extranjero, tener distancia con respecto al modelo de uso (y no uso) de la información en pro del mantenimiento el sistema es la regla. Una barrera que todos los grandes y nuevos jugadores de occidente deberán seguir enfrentando.
< DOS >
Influenciar mentalidades alrededor del rol de China en la creación y expansión del virus que generó la pandemia del Covid-19.
De acuerdo con una encuesta desarrollada en trece países del Central European Institute of Asian Studies, mas de la mitad de las personas en Suecia, Inglaterra, Alemania, y Francia piensan que el COVID-19 fue creado y propagado “Debido a los hábitos alimenticios poco saludables de los chinos, incluido comer murciélagos y animales salvajes”. Entre conspiradores y escépticos, el país tendrá una larga recuperación reputacional.
< TRES >
Expandir su ecosistema de acceso bajo comercio digital en un entorno global de recuperación altamente desigual.
Alibaba Group logró un hito histórico de mil millones de consumidores activos anuales a nivel mundial en el año fiscal que finalizó en marzo de 2021, su mayor consumidor fuera del país está (por supuesto) en Estados Unidos con crecimiento del 91 porciento año a año según la compañía. Las principales motivaciones se centran en la frugalidad que ofrece el gigante Chino, llevar la facilidad y experiencia de su sistema comercial interno a otro países será el siguiente espacio de oportunidad.
Inspirar la llegada del futuro reflejando la constante transformación China como una ‘ventana’ del mismo.
Esta misma semana, un tren bala tipo MagLev (sistema de levitación magnética… ¡literalmente busca flotar!) que puede alcanzar velocidades de 600 km/h hizo su debut en Qingdao, sin embargo cada semana China presenta otra noticia similar, otra expresión de una transformación continua, que le presenta al mundo que la posibilidad de llegar a una realidad futurista siempre estará presente. El siguiente legado chino a la globalización posmoderna.
Y hablando de globalización, en un contexto donde culturas e idiomas han trascendido fronteras, el español se ha consolidado como el cuarto idioma más hablado del mundo, con aproximadamente 534 millones de hablantes, de los cuales 460 millones son nativos según RAE. Hispanohablantes que están por todo el mundo e influencian un parte considerable de la economía, sociedad y cultura desde lo ‘latino’ que siendo realistas y bajo la fuerte influencia que históricamente ha tenido Estados Unidos, tiene poquísimas nociones sobre China.
Sin embargo la capacidad de los hispanohablantes de sobrevivir en un sistema basado en desigualdad los hace ser recursivo y descubrir las oportunidades (y desventajas) que brindan los negocios con China. La participación del país en el comercio de América Latina de aquí a 2035, alcanzará entre 15% y 24% del total regional, según estimaciones del Atlantic Council.
Cómo los hispanohablantes a nivel mundial podrían influenciar la evolución y ampliación del sistema chino en el futuro cercano? Por un lado no se debe desconocer la alta influencia y trafico que tienen en la conversación digital global (sobre todo en México), también la necesidad creciente de sus países en acelerar sus economías público-privadas (donde el acceso a recursos será crucial), además de expandir reputación de la industria y productos chinos desde los consumidores de los mercados emergentes de América Latina.
Si China es el futuro será crucial explicarle a los hispanohablantes las bondades de este cambio en el orden mundial, en un momento donde la globalización se trata de resaltar unidades y no diferencias, encontrar esas similitudes entre el gigante asiático y el mundo en el español podrán lograr que el próximo líder de la economía global, logre finalmente ser entendido y multiplicar cómo aprovechado en esta zona del mundo.
Ps. Cumplo con esta columna seis años escribiendo para Forbes. Este último particularmente me demostró la capacidad de resiliencia del medio, sus directores y equipo. Total dedicación a seguir mostrando en medio de crisis que siempre hay oportunidad si se busca constantemente innovar. Además lanzamos mi primer libro! Amigos desde siempre.
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*El autor es consultor global de negocios; enfocado en consumo masivo, estrategia competitiva, innovación, y prospectiva.
Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.
