EFE.- El presidente de China, Xi Jinping, y su homólogo en Rusia, Vladimir Putin, volvieron a escenificar hoy su alianza en una nueva reunión virtual en la que acordaron prorrogar el tratado de buena vecindad y cooperación amistosa que ambos países firmaron 20 años atrás.

“El tratado de buena vecindad, amistad y cooperación estableció un concepto de amistad transmitido de generación en generación que responde a los intereses fundamentales de ambos países”, afirmó Xi.

Según el mandatario chino, este acuerdo “está en línea con las tendencias de la época, está orientado a la paz y el desarrollo y es también un ejemplo práctico y vivo de un nuevo tipo de relaciones internacionales”.

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Xi indicó en la conversación que la “estrecha cooperación” entre ambos países supone “un impulso positivo” para la comunidad internacional en un momento en que “el mundo atraviesa cambios complejos” y en que “la humanidad afronta múltiples crisis para desarrollarse”.

Por su parte, Putin defendió que “en las actuales condiciones de crecientes turbulencias geopolíticas, ruptura de acuerdos en materia de control de armas, incremento del potencial de conflicto en diversas partes del planeta, la cooperación ruso-china juega un papel estabilizador a nivel internacional”.

La conversación se produce un mes después de que los dos líderes inauguraran también de forma virtual un proyecto para construir en suelo chino cuatro unidades de generación de energía nuclear con tecnología rusa.

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Las relaciones entre Pekín y Moscú pasan por un momento dulce que se escenificó con la visita a China, en marzo de este año, del ministro de Asuntos Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, para cuadrar estrategias en un momento de crecientes tensiones mutuas con Estados Unidos.

Según el diario chino Global Times, ambas partes se informaron entonces sobre el estado de sus respectivas relaciones con Washington, al que instaron a “reflexionar sobre el daño que ha causado a la paz internacional”.

El canciller chino, Wang Yi, ya adelantó en marzo que los lazos chino-rusos están unidos “como una montaña”, que las buenas relaciones entre Pekín y Moscú son “imperativas ante las actuales circunstancias”, y que esa asociación supone “un pilar para la paz mundial”.

Según Lavrov, las relaciones entre Moscú y Pekín se encuentran “en su mejor momento de toda la historia”.

El objetivo de ambas potencias es disuadir a otros países de que se abstengan de presionarlas, especialmente en cuanto a lo referido a sus asuntos internos. 

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