- Durante la mayor parte del año pasado, Ross se desempeñó como secretario de comercio mientras mantenía participaciones en compañías del gobierno chino, una empresa naviera vinculada al círculo íntimo de Vladimir Putin, un banco chipriota presuntamente atrapado en la investigación de Robert Mueller y un gran jugador en una industria que Ross ahora está investigando. Es difícil imaginar una cartera más radioactiva para un miembro del gabinete.
- Hasta el día de hoy, la familia de Ross aparentemente sigue teniendo interés en estas propiedades tóxicas. En lugar de deshacerse de todas ellas, el secretario de comercio le vendió algunas de sus acciones a Goldman Sachs y, según el propio Ross, colocó otras en un fideicomiso para los miembros de su familia. Siguió tratando con China, Rusia y otros, cuando evidentemente sabía que los intereses de su familia estaban vinculados a esos países.
- Además, cinco días antes de que surgieran los reportes el otoño pasado de que Ross estaba conectado con los amigos de Vladimir Putin a través de una firma naviera llamada Navigator Holdings, el secretario de comercio, que probablemente conocía dichos informes, realizó una venta corta de las acciones de la compañía vinculada al Kremlin, posicionándose para ganar dinero en la inversión cuando los precios de las acciones cayeron.
- Absurdamente, mantener todos esos conflictos de interés parece ser completamente legal: un reflejo de las leyes éticas deplorablemente desprevenidas para los magnates gobernantes como Donald Trump y Wilbur Ross.
- Sin embargo, parece que Ross sí infringió una ley: presentó una declaración jurada a funcionarios federales en noviembre diciendo que se deshizo de todo lo que había prometido dejar, a pesar de que todavía tenía acciones por un valor de más de 10 mdd en la firma financiera Invesco, su antiguo empleador . También mantuvo una posición corta en un banco llamado Sun Bancorp, una compañía que había prometido vender. Al mes siguiente, Ross se deshizo de las acciones en ambos.
Mentiras, China y Putin: resolviendo el misterio de la fortuna perdida de Wilbur Ross
Con participaciones en compañías del gobierno chino y una empresa vinculada al círculo íntimo de Vladimir Putin, el Secretario de Comercio de los Estados Unidos (y su fortuna) se encuentra en medio de un gran conflicto de intereses.
Por Dan Alexander
En medio de los dolores de cabeza del presidente Trump al elegir a sus secretarios del gabinete, desde el neófito Rex Tillerson hasta el conflictivo Scott Pruitt y la poco preparada Betsy DeVos, Wilbur Ross fue un tónico. Con su traje azul y décadas de negociación, tenía el aspecto y el currículum de un secretario de comercio. Y a diferencia de su jefe, Ross prometió desprenderse de casi todas sus posesiones al ingresar al gobierno, obteniendo elogios bipartidistas en el camino hacia una fácil confirmación. “Realmente has hecho un sacrificio muy personal”, dijo el senador Richard Blumenthal, demócrata de Connecticut. “Tu servicio resultó en el despojo literal de cientos de millones de dólares”. En noviembre de 2017, Ross confirmó por escrito a la Oficina de Ética Gubernamental federal que se había despojado de todo lo que había prometido.
Pero eso no fue cierto. Después de semanas de investigación, Forbes encontró que: