Tanto el activismo como la ciencia se vivió en casa de los Sheinbaum. Su mamá fue una bióloga hoy profesora emérita de la UNAM, y su papá, un ingeniero que trabajó en la iniciativa privada. Ambos, formaron parte del movimiento estudiantil del 1968. Además, afirma que después de la física se pasó a la ingeniería energética porque quería dedicarse a una disciplina con más aplicación práctica. “Cualquier gobierno tiene que sustentar sus políticas en el conocimiento científico. No puede ser que a estas alturas del siglo XXI no se reconozca el conocimiento científico, en particular en el cambio climático”, afirmaba hace un año en una entrevista para Foro Global. Medio ambiente y movilidad, sus especialidades El cambio climático, junto con el uso de energías, sobre todo aplicadas al transporte, han sido las áreas en las que se ha centrado su producción científica. En su perfil en Google Scholar, pueden encontrarse más de cien publicaciones entre artículos académicos en los que aparece como autora o coautora, y tesis doctorales que ella supervisó. En total, abarcan un período de casi un cuarto de siglo, entre 1993 y 2017. En muchos de textos, Sheinbaum y sus colegas de equipo desarrollan medidores para identificar tendencias de uso de energías, factores que mueven al mismo y analizan la política energética nacional de México. De hecho, conocimientos que ella puso sobre el papel iban dirigidos a generar información con base científica para legisladores.“En la maestría tuve la fortuna de tener como tutor al Dr. Gantam Dutt, investigador hindú que actualmente trabaja en Argentina. Él es reconocidísimo a nivel internacional en temas de eficiencia de energía”, publicado en su perfil de la web de la UNAM.
Uno de los medidores de la influencia que un investigador tiene en el mundo científico es el número de veces que sus artículos han sido citados en investigaciones ajenas. En el caso de Sheinbaum, su artículo más reproducido es el Cuarto Informe de Evaluación del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC por sus siglas en inglés) de las Naciones Unidas, de 2007, en el que ella participó. El reporte pretendía ser una fotografía del estado del cambio climático en aquel entonces. El esfuerzo se vio recompensado con un Premio Nobel de la Paz en 2007, otorgado al IPCC y al ex vicepresidente de Estados Unidos, Albert Arnold (Al) Gore. La Academia Sueca, quien otorga anualmente el galardón, quiso agradecer el esfuerzo de este organismo por haber creado un consenso cada vez mayor sobre el vínculo entre el cambio climático y las actividades humanas en el medio ambiente. Este informe cristaliza cómo Sheinbaum ha entrelazado su actividad política y la académica, pues ella explica que fue invitada a participar por su historial científico y por su experiencia durante los seis años anteriores al frente de la Secretaría de Medio Ambiente del DF. El documento fue “extremadamente influyente” en la comunidad científica, afirma Lynn Price, una de las colegas de laboratorio de Sheinbaum durante su estancia en el Laboratorio Nacional Lawrence Berkeley, en California. Allí la próxima ejecutiva de la Ciudad de México trabajó mientras realizaba la tesis doctoral en ingeniería energética por la UNAM. “Una vez nos reunimos con el grupo que trabajábamos en el artículo (de investigación). Queríamos convencerles de que usáramos la ecuación (matemática) Identidad de Kaya, para presentar todo el material y datos que teníamos”, explica Price en entrevista para Forbes México. “Algunos de los miembros no acababan de entendernos. La doctora Sheinbaum se responsabilizó de escribir la fórmula detallada y se las presentó paso por paso. Finalmente, convenció a todo el grupo de seguir esa línea”, añade la ingeniera ambiental. La sombra del Rébsamen Sheinbaum es consciente de la gran responsabilidad que tienen las grandes ciudades en reducir los niveles de emisión de gases de efecto invernadero, por la sencilla razón de que son los núcleos donde vive más población. Si bien se estrenará como jefa de la CDMX, no lo hará como funcionaria pública. El último cargo público que ostentó fue el de delegada de Tlalpan de 2015 a 2017. Durante este mandato tuvo que hacer frente a acusaciones de irregularidades en el expediente del Colegio Rébsamen, que colapsó en el sismo de 19 de setiembre del año pasado y en el que murieron decenas de menores. Por esto, durante el sexenio que le espera al frente de la CDMX, Sheinbaum tiene el reto de demostrar que no sólo es capaz de transformar datos científicos en materia medioambiental en soluciones concretas. También de probar que, a pesar de su historial en el mundo de las energías renovables y los transportes, sabe cómo responder a los múltiples problemas que afectan la ciudad, como la seguridad.Casa por casa defendiendo el Petróleo. Tecorral. pic.twitter.com/gjzZ39t6Ti
— Claudia Sheinbaum (@Claudiashein) June 27, 2014