¿Se puede combatir el hambre y la mala alimentación con educación? Herdez piensa que sí. Por eso, desde 2012 implementó el programa “Saber Nutrir” como un granito de arena para ayudar a disminuir la desnutrición que padecen al menos 1.5 millones de niños mexicanos. ¿Funcionará? Los ocho hijos de Máximo García tenían hambre. Se dedicaban, junto con su padre, a la siembra de maíz en la comunidad mazahua de San José del Rincón, Estado de México, una tierra en la que solo podían trabajar una vez al año, si las lluvias llegaban a tiempo, entre julio y septiembre. Pero no solo los ocho hijos de don Máximo sufren desnutrición en México. Se trata de 1.5 millones de pequeños que padecen desnutrición crónica, según las mediciones del Ranking Nacional de Nutrición Infantil (RANNI), basado en la Encuesta Nacional de Salud (Ensanut) 2012. Los niveles de anemia en la población infantil, son más altos que las de algunas naciones africanas. Muchos gobiernos y empresas han llevado acabo distintos proyectos para tratar de resolver el problema, pero el hambre y la mala alimentación siguen ahí. ¿Qué hacer, además de otorgar subsidios para el campo o donar alimentos? Grupo Herdez piensa que la solución al problema está en la educación. Por eso lanzo el programa “Saber Nutrir”. “Saber Nutrir nace a principios de 2012. Es el programa de responsabilidad social del Grupo Herdez y contribuye a mejorar las condiciones de nutrición en México. Revertir el problema en el país a través de la educación como un eje principal de un cambio de raíz en los niños, enseñándolos a aprovechar los recursos disponibles en cada uno de los lugares que viven, para lograr una alimentación adecuada a largo plazo”, explica Eugenia Ortiz-Rubio, directora de responsabilidad social empresarial de Herdez. En las zonas rurales, el programa enseña a los niños y sus familias a cultivar hortalizas, instalar cisternas que sirven para almacenar agua de lluvia que garantizan 1,500 litros de agua que pueden durar unos tres meses, y enseña a construir estufas ahorradoras, que evitan que las familias respiren humo de leña. Gracias a este programa, al menos la familia de Máximo García  y cientos más tienen una mejor alimentación. Ya no solo comen maíz, ahora cosechan más alimentos, como rábano, zanahoria, frijol, brócoli, cilantro, tomate, verdolaga o nabo. Y pronto comenzarán con la siembra del jitomate, que es más complicado porque tarda cuatro meses en darse. Incluso, el programa les brinda un sustento económico a las familias, ya que la cosecha alcanza para vender algunos productos. En entrevista para Forbes México, Eugenia comenta que Guadalajara fue el primer estado donde se implemento el programa; era el piloto. De ahí paso al Distrito Federal, Nuevo León, Chiapas, San Luis Potosí y Sinaloa. Para este año tienen pensado llegar a Colima y Guanajuato. El Estado de México y Chiapas, según los números del programa, son los estados con más comunidades marginadas, donde la desnutrición en los niños llega al 60%. La historia de la familia de Máximo, es un triunfo y una alegría para los que trabajan en el programa “Saber Nutrir” y en especial para Eugenia: “El fue de los primeros beneficiados con un huerto. No podía ver yo una persona más feliz en mi vida. Vino a decirme que ya había sembrado coliflor y que ya tenia su primer cosecha. En una visita posterior, cocino una olla enorme de coliflor capeada para todo el equipo del voluntariado corporativo”. En 2013 el programa logró llevar a cabo 201 proyectos (hortalizas, cisternas y estufas ahorradoras) para el campo en la comunidad mazahua del Estado de México y en Tapachula, Chiapas. Para este 2014, podrían ser 280 proyectos. ¿Pero qué tan efectivo es combatir el hambre y la mala alimentación con educación? Al parecer, muy efectivo, como lo demuestran los resultados del programa aplicado en algunos municipios de Oaxaca, donde, después de seis años, los pobladores se volvieron autosuficientes. Obesidad y sobrepeso infantil Mientras millones de niños sufren hambre y desnutrición en el campo, el sobrepeso en la población infantil en las grandes ciudades va en aumento. Según la Ensanut 2012, que siguió los criterios de la Organización Mundial de la Salud, más de cinco millones de niños entre cinco y 11 años, presentan este problema en México. La mala alimentación genera problemas como limitación del crecimiento y el desarrollo de las aptitudes cognocitivas del niño y puede convertirse en un problema exponencial a lo largo de la vida. El 70% de la población en México padece sobrepeso, según datos de la Unicef. La obesidad degenera en enfermedades como diabetes, insuficiencia renal o infartos, además de ser el problema que consume el mayor porcentaje de gasto en las instituciones públicas. Para este problema, Herdez repite la misma fórmula: educación alimentaria. No hay otro camino, opina Eugenia Ortiz-Rubio. “La meta que nos pusimos en el inicio fue de un millón de horas de educación y 2013 logramos un millón 81,000 horas y para este año esperamos hacer un millón 200,000. Estuvimos en 459 escuelas en siete estados y tenemos 10 comunidades en la zona mazahua, en San José del Rincón donde tenemos una parte de horas de educación y una parte de proyectos productivos”, cuenta la directora. En esta parte del programa “Saber Nutrir”, nutriólogas certificadas, enseñan a los niños el beneficio de una buena alimentación equilibrada mediante el plato del buen comer. Aunque lo más importante dentro del programa, es la inclusión de profesores, personal docente y más que nada los padres de familia; para que todos aporten y puedan entender el programa y apoyar a los niños en esta tarea. La labor de Herdez y “Saber Nutrir” es, a los ojos de Eugenia, un granito de arena, es tratar de hacer lo mejor posible. Y asegura que Herdez no busca ningún beneficio económico ni de ningún otro tipo: “No esperamos ningún beneficio. Solo es la satisfacción de ayudar a la gente que lo necesita.” https://www.youtube.com/watch?v=KRCP6Fviz7c

 

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