En 2013 inició un proceso de ralentización económica. Hoy se predice un cambio de ciclo y se auguran serias dificultades en las economías de América Latina. ¿Cuál es la reacción de los organismos internacionales de cooperación?   La propuesta de este informe es poner de manifiesto las aportaciones realizadas por los organismos internacionales mediante la cooperación económica internacional al desarrollo. Para evaluar las aportaciones de estos organismos se aplicará una visión amplia que contemple diferentes factores. Por un lado, el concepto de desarrollo adoptado por los actores donantes; por otro, la realidad de los países receptores, en particular en América Latina. La consideración de ambos factores nos permitirá realizar un balance sobre las aportaciones de la cooperación internacional en la región, sus errores y limitaciones, y la superación de las mismas. Este ejercicio de análisis es importante en la medida en que es indudable la importancia, como instrumento al desarrollo, que posee la cooperación internacional. De acuerdo, precisamente, con dicha importancia, no deja de ser preocupante la marginación de América Latina de los flujos de la cooperación en las últimas décadas, si bien todo indica que se inaugura una nueva etapa en que la región podrá contar con el apoyo de estos organismos. En este sentido, la reformulación del concepto de desarrollo y, en consecuencia, de las agendas de cooperación, lo ha hecho posible. A través de la evolución del mismo concepto de desarrollo, que han ido adoptando estos organismos, será posible entender su actuación, la motivación de sus esfuerzos y, sin duda, la eficiencia de sus actuaciones. El fracaso inicial al pretender implantar el modelo de desarrollo europeo, en otras realidades, obligó a replantearse cuáles eran los elementos que garantizaban el desarrollo. Ni la existencia de recursos, ni su inversión significa, de manera mecánica, desarrollo. Tampoco garantiza tal desarrollo el crecimiento económico, pues éste no necesariamente garantiza la erradicación de la desigualdad o, en un sentido más amplio, la calidad de vida de las personas, aspectos fundamentales también del desarrollo. Ésta es una experiencia que conoce muy bien América Latina. Las lecciones aprendidas y el debate que va reformulando el concepto de desarrollo, desde mediados de siglo XX, ha ido complejizando el mismo concepto, así como la multitud y variedad de criterios cuantitativos y cualitativos que lo componen. Los debates en torno de esta cuestión no están cerrados, ni, por ello, el concepto de desarrollo, pues se sigue reformulando, como así está ocurriendo en la actualidad. La propia región latinoamericana ha reclamado un nuevo concepto de desarrollo basado en un concepto más amplio y complejo. El principal problema es que, bajo definiciones restrictivas, se ignoran graves problemas estructurales que afectan a la región latinoamericana y que, en la medida en que no están contemplados en dicha definición, dejan de ser foco de atención para los organismos de cooperación. El año 2015 ha sido particularmente decisivo para la región en materia de cooperación. Se alcanza el plazo establecido por Nacionales Unidas, de acuerdo con los Objetivos de Desarrollo del Milenio, para erradicar la pobreza en el mundo. Este plazo ha proporcionado la oportunidad de reformular nuevamente el concepto de desarrollo, basado en el “progreso multidimensional”, tras comprobar las limitaciones y exclusiones a las que ha dado lugar la adopción de un concepto restrictivo de desarrollo. Esta visión multidimensional proporciona la posibilidad de contemplar más brechas estructurales, que afectan a los países de renta media, como es el caso de la mayoría de los latinoamericanos, y no sólo baja. En esta evolución es interesante contemplar la capacidad de adaptación y cambios de estos organismos ante las diferentes coyunturas económicas. Desde 2013 se ha iniciado un proceso de ralentización económica que está afectando de manera directa y plena a América Latina. Las predicciones sobre el cambio de ciclo auguran serias dificultades en las economías latinoamericanas, de no adoptarse determinadas medidas y estrategias que reformulen el modelo de desarrollo de la región. Ante este cambio de coyuntura se propone examinar cuál está siendo la reacción de los organismos internacionales de cooperación y cuáles son sus propuestas, como referencia para constatar su contribución al progreso de la región.
Presentación del informe: “El rol de los organismos multilaterales en el desarrollo económico y social de América Latina”. Puedes leer el informe completo aquí.
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