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Estas son las 30 promesas de los negocios 2024

Por Martha Enríquez*

Con los cambios que causa el mundo digital, es normal que las conversaciones de negocio de los líderes que van a la vanguardia se enfoquen en las nuevas implementaciones que deberán realizar para que su negocio sea más rentable e innovar; sin embargo, son contadas las ocasiones en las que he escuchado conversaciones sobre herramientas más soft como el mentoring y que también nos ayuda a alcanzar los mismos objetivos. 

Actualmente, los principales retos para las organizaciones son retener y buscar talento para finalmente enfocarse en que la diversidad y la inclusión son la clave para el éxito de una firma; creatividad, talento y gran potencial antes que lo demás. Pero nos hemos olvidado del valor que puede aportar un buen coaching, un terreno que nos permite revalorar el talento que está por salir de las filas estudiantiles, y aquél con el que ya contamos.

Ante esto, una de nuestras encuestas en Deloitte, “Descifrando el código”, ha demostrado que el mentoring es la mejor opción y debe estar dirigida tanto al talento de una organización, como al exterior de ella. Un mentoring efectivo que identifica los talentos de sus asesorados para así potenciarlos desde tiempos tempranos como la universidad, y tan avanzados como dentro de una organización, ayuda a dirigir nuestros esfuerzos de desarrollo de los profesionales.

La misma encuesta arrojó que, en el caso de las mujeres, contar con una especie de apoyo o mentoring puede impulsar su carrera en numerosas maneras, como un 37% más de probabilidad de solicitar un aumento y un 200% más probabilidad de poder ver implementadas algunas de sus ideas y propuestas.

Y es que el mentoring no es solo para mujeres: en teoría, debería ser una práctica a la que todos los profesionales sin importar su género, puesto o cualquier otra característica, puedan tener acceso y que sea parte de su desarrollo profesional. Muchos de los grandes empresarios que conocemos tuvieron un mentor: Mark Zuckerberg, con la guía de Steve Jobs, logró consolidar lo que actualmente es una de las principales redes sociales a nivel mundial. 

Katherine Johnson, autora de las ecuaciones matemáticas para calcular la trayectoria de una nave espacial, mostró gran talento por las matemáticas desde niña y fue gracias a sus mentores que pudo desarrollarse exitosamente e imponer el referente en programación en un tiempo retador, los años 60s.

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Es cierto que ninguna empresa ha encontrado la fórmula “mágica” para una cultura laboral diversa e inclusiva, aunque contar con un mentor es un parteaguas en nuestras carreras. Y aunque aún no es una práctica tan común, cada vez más empresas se suman y descubren la importancia de contar con programa de mentoring para impulsar al recurso más valioso de cualquier negocio, que es el capital humano, el cual indiscutiblemente contribuye a alcanzar los objetivos del negocio. 

En el mundo de la tecnología, líderes de TI y CIOs han mencionado que tener un mentor influyente o un modelo a seguir al principio de sus carreras les ha ayudado a llegar a donde están hoy. Nuestros mentores pueden ser desde nuestros padres hasta el liderazgo senior de nuestra organización, lo más importante es saber que no estamos solos en nuestro camino hacia la cima. Tener ese apoyo moral y estratégico de un profesional, o incluso de nuestra familia, hace toda la diferencia del mundo.

  *La autora es Líder de Diversidad e Inclusión en Consultoría, Deloitte México.

Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

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