Probablemente el elemento más distintivo entre un mercado de futuros y un mercado forward (OTC) es que el primero tiene una cámara de compensación que cancela la posibilidad de que una de las partes no cumpla el contrato.     Estados Unidos es un país con una riqueza natural extraordinaria. Entre otras cosas posee una zona donde las condiciones del suelo y el clima permiten extraordinarios rendimientos de los cultivos agrícolas, en particular de maíz. A esta zona se le conoce como “the corn belt” (el cinturón del maíz) y abarca en su totalidad los estados de Iowa, Illinois, Indiana y grandes partes de Nebraska, Kansas y Minnesota. Sin embargo, para tener acceso a la inmensa producción del grano hay que enfrentar un reto: el invierno. La cosecha de maíz justo se realiza en agosto y septiembre, pocas semanas (o días) antes de que comiencen a presentarse temperaturas extremadamente bajas, acompañadas por nevadas que impiden el transporte de la gramínea. El maíz se transporta en grandes barcos que navegan sobre el río Mississippi, entregando parte en diferentes “puertos” de esta ruta fluvial, y el resto termina en Nueva Orleáns, donde se embarca al resto del mundo. Gran parte de esta vía se congela durante el invierno debido a las temperaturas extremadamente bajas. Allá, a mediados del siglo XIX, con la cada vez mayor urbanización e industrialización de ciudades como Chicago, la necesidad de grandes cantidades de productos agrícolas creció de forma importante, por lo que se formaron centros de abasto organizados como el Board of Trade of the City of Chicago, donde además de que se comerciaba una serie de mercancías, se comenzaron a suscribir contratos adelantados (forward) del tipo over the counter (ver este blog con fecha 5 de mayo de 2014), para asegurar la cantidad, la fecha de entrega y el precio del maíz. Esto resultaba de mucha utilidad debido a que el comerciante o el industrial en la zona urbana no tenían información clara sobre el resultado de la cosecha del ciclo agrícola y la espera durante todo el invierno era muy inquietante. El número de contratos forward creció de forma muy importante, por lo que se consideró conveniente estandarizar los contratos. Esto es fijar las fechas de entrega del maíz y las cantidades, permitiendo que solamente variara el precio. Además fue posible que los contratos cambiaran de manos. Comienza a dar inicio lo que hoy conocemos como un mercado de futuros. En la medida en que la información sobre los resultados de la cosecha iba llegando, el precio de los contratos forward fluctuaba, dando a todos los que ahí participaban información muy valiosa acerca de las expectativas de la cosecha. Probablemente el elemento más distintivo entre un mercado de futuros y un mercado forward (OTC) es que el primero tiene como elemento principal una cámara de compensación que cancela la posibilidad de que una de las partes no cumpla con el contrato. Esto se logra al solicitarle a las partes involucradas realizar un depósito, que es un porcentaje del valor total del contrato. El depósito será mayor en la medida en que la incertidumbre acerca del precio futuro de la mercancía sea mayor. El punto de referencia era el valor inicial del contrato de venta futura de maíz. Así, conforme llegaba al mercado nueva información sobre las expectativas de abundancia o escasez de la cosecha, el valor de este contrato fluctuaba, pudiendo beneficiar hasta ese momento a algunas de las partes: al que se comprometió a comprar (si el valor del contrato subía con respecto al inicial) o al que se comprometió a vender (si el valor del contrato bajaba con respecto al valor inicial). La cámara calculaba la diferencia entre el valor último del contrato y el valor inicial. Depositaba esa diferencia en la cuenta de margen del hasta ese momento beneficiado por la variación en el valor del contrato. El dinero lo tomaba de la cuenta de aquel que hasta ese momento resultaba no beneficiado por el cambio en el valor del contrato. No hay que perder de vista que tanto un agricultor como un industrial buscan tener certidumbre en los precios. Por ello es importante señalar que los mercados de futuros son usados principalmente como mecanismos eficientes para lograr esto. Así, por ejemplo, un industrial que adquirió un contrato de futuros a un valor inicial, y éste con el tiempo baja, esto indicará que también bajó el precio del maíz en el mercado de físicos (real), por lo que el beneficio de un mercado compensa la pérdida en el otro. En contraste, si el valor del contrato de futuros se incrementó, ello implica una ganancia en este mercado para el industrial, la cual le ayudará a compensar el costo adicional que tendrá que enfrentar en el mercado de físicos (real), ya que el precio del maíz subió. En ambos casos logró lo que buscaba: ¡estabilizar el precio!   Contacto: Correo: [email protected] y [email protected] Facebook: manuel salceda       *Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

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