Steve Jobs, el fundador de Apple, fue sin duda una de las personas que más revolucionó el mundo de la tecnología, y el proceso que llevaba a cabo para sacar un nuevo producto aún es recordado por sus antiguos colaboradores.

Para sacar a la venta un producto Apple, este debe pasar por varias pruebas, ejemplo de ello es el prototipo de los Apple Glasses que llevan en los laboratorios de la marca desde el año 2015.

Y aunque ahora Tim Cook junto con Apple Leadership son los encargados de aprobar un producto, el proceso que se llevaba a cabo cuando Steve Jobs era responsable distaba muchísimo de lo que hoy hace la compañía.

Así lo detalló a través de un hilo de Twitter el exingeniero de Apple Ken Kocienda, quien inició escribiendo: “La gente dice que Steve Jobs era un genio con los productos. Algunos otros insisten en clamar que él era nuestro gerente del producto para el iPhone. Vamos a echarle un ojo a ello ¿Cómo era que él trabajaba?”.

Kocienda recuerda que a Jobs no le interesaban las explicaciones sobre el desarrollo ni los planos de los productos, lo que le interesaba era la demostración, saber si el cliente podría usarlos.

El ingeniero Ken Kocienda. Foto Amazon.

En el hilo se explica que Jobs consideraba pérdida de su tiempo cuando se trataban trivialidades de los productos, no buscaba discursos, la demostración del funcionamiento era central y si esta era agradable para él, se adentraba entonces en el proyecto y buscaba posibles mejoras para este.

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“Íbamos directo a los problemas que había que solucionar y a los productos que teníamos que hacer”, señala Kocienda, quien añade que el fundador siempre buscaba gestionar bien tanto su propio tiempo como el de todos sus colaboradores.

Y Jobs quería que los responsables se lo jugaran todo a la carta de la demostración, no quería saber nada de planos, ni diapositivas ni explicaciones sobre el desarrollo. Quería ver cómo iba a funcionar ese producto en manos de los clientes.

La demo, como no, tenía que ser perfecta. Si Jobs juzgaba que se estaban enseñando puntos “triviales” del producto, inmediatamente alegaba que se estaba desperdiciando su tiempo. El resultado era un discurso en el que las cosas podían ir “a peor”. Pero si la demo acertaba y se planteaba lo correcto, entonces Jobs se deshacía en aportar sus impresiones y consejos para mejorarlo.

Kocienda comenta también que aunque algunas de esas reuniones fuesen muy duras, la moraleja era que se aprendía a gestionar muy bien el tiempo de los compañeros enfocándose en lo que realmente valía la pena. “Íbamos directos a los problemas que había que solucionar y a los productos que teníamos que hacer”.

Por último, el experto concluyó: “Compara este método con el de cualquier gerente de producto con el que hayan trabajado. Pregúntate si ayudan a ahorrar tiempo, son claros en su comunicación, enfocan el esfuerzo en lo esencial y catalizan el trabajo que produce grandes resultados finales”.

Con información de Forbes Colombia

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