El gigante fabricante de automóviles ha demostrado que es posible reutilizar todo (o casi todo) lo que se usa en la industria y, además, meterse dinero en la bolsa durante el proceso.   Por Joann Muller   Si la basura de un hombre es el tesoro de otro, General Motors tiene las ganancias para probarlo. La automotriz genera la impresionante cifra de 1,000 millones de dólares (MDD) cada año reutilizando o reciclando materiales que normalmente serían desechados. Todo, desde residuos de acero y pintura hasta cajas de cartón y llantas gastadas. Es una fuente de ingresos extraordinaria pero bien recibida que proviene de repensar su enfoque de reducción de residuos. La industria manufacturera es un negocio sucio. Las fábricas en Estados Unidos generan anualmente 7,600 millones de toneladas de desechos no peligrosos, de acuerdo con datos de la Agencia de Protección Ambiental de ese país (EPA, por sus siglas en inglés). La mayoría de ellos termina en vertederos de basura. En GM, sin embargo, los residuos no son vistos como algo que deba desecharse, sino como un recurso fuera de lugar. Al encontrar nuevos usos para esos residuos —o venderlos a alguien que pueda hacerlo— GM evitó que 2.5 millones de toneladas métricas de residuos llegaran a los vertederos en 2011 (el equivalente a 38 millones de bolsas de basura). Cuando una prensa hidráulica transforma una hoja de acero de una puerta, por ejemplo, corta un gran agujero reservado para el cristal de la ventana. En la mayoría de las fábricas de automóviles, los recortes sobrantes de acero se apilan y son vendidos a una fundidora, la cual los une con otros fragmentos de acero para convertirlos en piezas de menor calidad. Ésa es una manera de reciclar, pero la fundición y el reprocesamiento del acero cuestan dinero y consumen mucha energía. General Motors ve  esos sobrantes de acero, poco menos de 0.4 metros cuadrados, como un bien comercializable. Se los vende directamente a un fabricante de acero local, Blue Star Steel, que maquila con ellos pequeños soportes  para equipos de calefacción y aire acondicionado para otras industrias, saltándose la fundición por completo. Todos se benefician: GM maximiza el valor de ese material sobrante; Steel Blue Star ahorra dinero en la compra de chatarra de acero, y se evita que el ambiente reciba esas emisiones adicionales de gases de efecto invernadero provenientes de una fundición. A nivel mundial, el 90% de los residuos industriales de GM se reutiliza o recicla de esta manera —más que cualquier otro fabricante de automóviles, de acuerdo con Two Tomorrows, un consultor especializado en sustentabilidad—. GM cuenta con un total de 104 plantas libres de vertederos en todo el mundo, incluyendo 84 plantas de fabricación que reutilizan o reciclan el 97% de sus residuos y convierten el resto de la energía. Su meta es alcanzar las 125 plantas libres de vertederos a nivel mundial en 2020. Además de los beneficios ambientales, GM asegura que hay significativos beneficios económicos en un proceso de fabricación con cero residuos, por lo que ya se propaga la idea del reciclaje y la reutilización a otras empresas y otras industrias. Incluso se publicó un plan descargable que explica su proceso de fabricación sin basureros. “La sustentabilidad es un término que se utiliza con frecuencia”, dice John Bradburn, gerente de esfuerzos de reducción de deshechos de GM. “Pero lo que es realmente importante, si una empresa va a hacerlo, es que necesita ocuparse no sólo de los aspectos ambientales mediante la reducción de su huella, sino también de los aspectos financieros y debe asegurarse de que contribuyan al balance final de la compañía.” Un proyecto que en apariencia no es rentable podría llegar a serlo si la empresa se ​​replantea el uso de materiales reciclados o busca un socio como Steel Blue Star, alguien dispuesto a pagar por los materiales sobrantes. “Nuestras salidas pueden convertirse en las entradas de otros”, dijo Bradburn, quien se describe como un “amante moderno de los árboles” y un veterano con 35 años en GM. “Este enfoque realmente abrió los ojos de la gente, dentro y fuera de nuestra empresa.” Desde luego que hay algunos costos implicados en el mejoramiento del manejo de residuos. “Un programa de eliminación de vertederos requiere inversión”, afirma Mike Robinson, vicepresidente de sustentabilidad y regulación global de la compañía. GM, por ejemplo, tuvo que contratar personal para el área de manejo de recursos en cada planta para rastrear y reportar la generación de residuos en las instalaciones a su cargo. “Es importante ser paciente, ya que los costos iniciales disminuyen con el tiempo, y los ingresos de reciclaje ayudarán a compensarlos”, afirma Robinson. Cuando GM comenzó su compromiso de eliminación de vertederos en el 2005, invirtió cerca de  10 dólares por cada tonelada de residuos reducida. Con el tiempo, redujo los costos del programa en 92% y el total de residuos generados en 62%. En GM dicen que la clave para recuperar el máximo valor los residuos de fabricación es la gestión de todos los productos derivados a través de un sistema de seguimiento electrónico. Todas las plantas de GM supervisan, miden y reportan mensualmente su desempeño a un central, en donde los resultados son comparados con las metas de la empresa. Al involucrar a los empleados en el esfuerzo de reciclaje, los datos también ayudan a motivar a las fábricas para seguir buscando soluciones creativas. Si una planta encuentra un uso valioso para un subproducto, es rápidamente compartido con otras fábricas de todo el mundo. GM también construyó una sólida red de proveedores comprometidos a trabajar en el sistema de ‘ciclo cerrado’ que recicla desechos industriales para fabricar nuevas autopartes o suministros para las plantas. Por ejemplo: • Se reúne el cartón utilizado en el embalaje de autopartes  en varias plantas y se recicla para fabricar un aislante acústico usado en los toldos de los modelos Lacrosse y Verano, de Buick, el cual ayuda a mantener silenciosa la cabina. • Las cubiertas de plástico y materiales de transporte de la planta de GM en Fort Wayne, Indiana, se mezclan con otros materiales para fabricar cubiertas de radiador para la Chevrolet Silverado y la GMC Sierra, construidas allí. • Las llantas utilizadas en la pista de pruebas de GM en Milford, Michigan, son trituradas y usadas en la fabricación de tapones y válvulas para depósitos de agua y aire para una gran variedad  de vehículos GM. • Las tarimas de madera que ya no pueden ser utilizadas en la fábrica se emplean en la industria de la construcción. • Las virutas de aluminio resultantes de la fabricación de las cajas de transmisión son fundidas y usadas para hacer más cajas. • Los residuos fangosos de pintura de la planta de Lansing Grand River se convierten en materiales plásticos utilizados en contenedores suficientemente durables como para transportar piezas del motor del Volt y el Cruze de Chevrolet. • Los solventes usados entre los cambios de pintura de las armadoras son reformulados para hacer una pintura curada y endurecida con luz ultravioleta, la cual es aplicada en los pisos de la planta. Claro que no todos los subproductos industriales generan ingresos, pero aun así pueden  ser útiles. Por ejemplo: • 250 cajas de embalaje de una planta en Michigan se convirtieron en la base de un jardín urbano elevado en el sureste de Detroit, abasteciendo de alimentos cultivados localmente a los habitantes de la zona. • GM dona material sobrante de su aislante acústico para ayudar a aislar materiales que se transforman en bolsas de dormir para personas sin hogar, una iniciativa impulsada por una organización humanitaria de Detroit. • Las tapas de baterías para el Chevrolet Volt que son desechadas se convierten en nidales para patos de la Florida, lechuzas y murciélagos. • En una buena estrategia de RP hace algunos años, GM convirtió 365 kilómetros de líneas contenedoras empapadas del petróleo, derramado en la fuga de British Petroleum frente a las costas de Alabama y Luisiana, en la producción de un año de deflectores de aire para el Chevy Volt, su auto eléctrico. A través de éstas y otras actividades de reciclaje, GM generó un total de 2,500 millones de dólares en ingresos entre 2007 y 2010. Aunque cerca de la mitad de las plantas de GM actualmente ya están libres de vertederos, la compañía dice que su progreso se ve obstaculizado en algunas partes del mundo  —e incluso en algunas partes de EU— donde la infraestructura para apoyar el reciclaje es insuficiente. Es por eso que GM se reunió con un grupo de fabricantes de automóviles, proveedores, empresas de gestión de residuos y funcionarios gubernamentales en Tennessee para promover el reciclaje. “En comparación con otras regiones donde GM tiene plantas, el sureste tiene la oportunidad de fortalecer su economía del reciclaje”, afirma Bradburn. “Al conectar a los recicladores locales —y a aquellos que tengan potencial para hacerlo— con empresas de la zona, podemos empezar a acortar las brechas y construir una infraestructura más sólida que ayudará no sólo a la industria automotriz a reducir su impacto ambiental.  

 

Siguientes artículos

Los 15 personajes más ricos de México
Por

Aunque Slim encabeza la lista otra vez, ahora hay varias sorpresas: por ejemplo, María Asunción Aramburuzabala no es la...