Tras su declaratoria de bancarrota, anunciada la semana pasada, la ciudad tiene la oportunidad de renacer con más fuerza, pero la disciplina será el factor clave.   Por Steve Forbes   Quién sabe cuánto tiempo durará el drama de la bancarrota de Detroit, pero quienes quieran que esa ciudad se recupere como un vibrante centro de comercio deben enfocarse en algunas áreas clave. • Impuestos. Una ciudad automotriz que sale de la quiebra debe tener un régimen de impuestos bajos, especialmente en impuestos locales comerciales, industriales y residenciales. Olvídense de los tenedores de bonos y de los sindicatos que claman por sangre, ambos van a tener que hacer sacrificios también. Sin embargo, las bajas tasas de impuestos sobre la propiedad y los impuestos comerciales atraerán a los emprendedores que buscan oportunidades. Su energía, capital e inversiones volverán a hacer de Detroit una ciudad atractiva y habitable. Sólo con este tipo de economía sus acreedores podrán recuperar gran parte de lo que perderán. Hablando de impuestos, el estado de Michigan debe ayudarse a sí mismo y a su ciudad más grande a través de la derogación inmediato (en lugar de una eliminación a diez años) del impuesto que grava la propiedad de trituración de maquinaria y equipo. • Pensiones. Éstas tendrán que reducirse, así como las fórmulas para aquellos que aún no se retiran. Después de la reestructuración de los beneficios, los planes deben ser anualizados y la gente debe tener el equivalente de un plan de retiro 401(k) en el futuro. Esto es fundamental para mejorar la confianza en el futuro de la salud fiscal de la ciudad y de esa manera los políticos no podrán hacer promesas ridículas para el futuro respecto a los beneficios. Otras disposiciones más creativas podrían hacerse en el futuro, a medida que crezca la economía de Detroit y se puedan ir restaurando los derechos actuales, pero NO a costa de mayores impuestos. • Gastos médicos. Para los jubilados, configurar cuentas de ahorro de salud con políticas altamente deducibles. Poner, por ejemplo, 3,000 dólares al año en esas cuentas para gastos regulares y un fondo de cobertura para emergencias por encima de 5,000 dólares, eso probablemente sería más barato para la ciudad que lo que promete actualmente. Y la gente mayor no consideraría algo como esto una horrible devolución. Los trabajadores actuales deben recibir planes similares. Las cifras específicas sobre estas políticas obviamente varían, pero en la teoría son ganar-ganar: la ciudad ahorra dinero y los trabajadores se convierten en consumidores reales y son atendidos por mejores médicos. Después de todo, lo que se ahorra se tiene que mantener. • Escuelas. Es necesario hacer lo mismo que Nueva Orleans después de Katrina y permitir a un número ilimitado de escuelas charter recibir por alumno lo que las escuelas públicas reciben. Las buenas escuelas resultantes ayudarán a atraer nuevos residentes. • Venta de activos. Detroit tiene un montón de ellos, por lo menos un par de cientos de millones de dólares en obras de arte (una gran oportunidad para un filántropo para comprar todo y crear un nuevo museo) garajes, estacionamientos, edificios y terrenos baldíos. Usar el dinero para ayudar a pagar a los acreedores y anualizar el pago de pensiones existentes. Si el nuevo régimen fiscal se parece verdaderamente al de Hong Kong, las estructuras y la tierra se venderán como pan caliente.

 

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