Cuando la información sobre los bienes es compartida, el valor de esos bienes puede aumentar para el negocio, los individuos y la comunidad… para toda la economía.     ¿Qué cantidad de oportunidades de percibir ingresos existen alrededor tuyo? Ésta es una de las preguntas que me he hecho desde que estaba en la universidad. Para los que vivimos esa época de estudiante, con “presupuesto de estudiante”, era importante identificar formas de poder generar ingresos sin perder el foco en los estudios. Es decir, ya sea por temas de visas o temas curriculares, nos era imposible acceder a un trabajo, aunque éste fuera part time. Lo primero que venía a la mente era, ¿qué pueden necesitar las organizaciones, empresas o personas alrededor mío que no implique mucho tiempo? Y ahí comenzaba una ola de nuevas interrogantes… ¿Qué sé hacer, o que tengo que puede ser valorado por otros? ¿Cuánto me pueden pagar por eso? Y por aquello? Y así uno comenzaba a pensar en dictar clases particulares, alquilar una cama extra del apartamento por el fin de semana, o vender parte de los apuntes conseguidos en clase. Una cantidad de actividades que tenían como centro mis estudios, y que podía generar ingresos legítimos con un relativo bajo esfuerzo. Hoy ese modelo, que seguramente muchos de los que están leyendo utilizaron en su época de universitarios, se ha institucionalizado, y se conoce como sharing economy (SE). El SE es un sistema socioeconómico que permite compartir los recursos humanos y físicos. Incluye la creación, producción, distribución, comercio y consumo compartido de bienes y servicios por parte de diferentes personas y organizaciones. Estos sistemas toman una variedad de formas, a menudo aprovechando la potencialidad que les brinda a las personas, corporaciones, organizaciones sin fines de lucro y al gobierno, la tecnología de la información para acceder a información sobre la distribución, el intercambio y la reutilización del exceso de capacidad en bienes y servicios. Una premisa común es que cuando la información sobre los bienes es compartida, el valor de esos bienes puede aumentar para el negocio, para los individuos y para la comunidad. En ese marco, en Estados Unidos existe un flujo importante de emprendimientos que están haciendo tambalear a diferentes sectores. Es así como innovadoras startups del estilo de TaskRabbit, Getaround, Airbnb, Vayable, Loosecubes, están rompiendo el juego en los sectores de rentadoras de autos, en los hostales, entre otros varios. En América Latina existe un potencial importante para este tipo de emprendimientos. Lo importante, a mi juicio, es tener presente un par de pasos para innovar en los diferentes sectores a través de la sharing economy. Cuáles son los activos que poseen la empresa, la familia o la persona y su utilización óptima. Es crítico para comenzar a pensar un emprendimiento con base en la sharing economy el comprender cuáles son los activos (tangibles e intangibles) que se posee. Ya sea una bicicleta, como un auto, una máquina, un equipo de trabajo, y así todo aquello que pueda ser compartido. Y para esto es crítico determinar cuál es la utilización óptima para el propietario. Lo que implica un análisis detallado de la utilización histórica y futura de ese bien. Cuáles son las necesidades que tienen las personas con relación a los activos que tengo. Un activo no vale nada si no hay nadie que lo necesite, y que además lo quiera utilizar. Por ende es importante comprender quiénes necesitarían de nuestro activo, en qué momento y para hacer qué tipo de actividad. Es importante comprender esto para los que no tienen el activo (los que no tienen un auto, por ejemplo, si quiero compartir el mío) como para los que sí lo tienen (quizás a la persona o empresa le conviene más vender el auto y compartir el nuestro). Una vez que se comprende el comportamiento en la utilización del bien por parte del propietario, se analiza la forma en que sería utilizado por otros agentes económicos, se está en condiciones de poder pensar cuál es la mejor forma de ofrecerlo. Qué instrumentos necesito para poder identificar esas oportunidades y cuál es la mejor forma para unir las partes. Como hemos mencionado, las tecnologías de la información, específicamente la utilización de redes sociales, así como la posibilidad de contar con información desde diferentes dispositivos, ha permitido acceder a modelos predictivos de comportamiento histórico y modelar el futuro, tanto de mis activos como de las necesidades de los potenciales usuarios. Para ello es fundamental apoyarse conceptualmente en el Analytics, para a través del Behavioral Economics poder innovar en Sharing Economy. Obviamente, la profesionalización en el mundo del Sharing Economydepende si se trata de una empresa, de una startup, las cuales quieran innovar disruptivamente en un sector consolidado, o si estamos hablando de la vieja máquina de cortar el pasto que, según nuestra señora, nunca usamos, y que para nosotros la utilizamos casi todos los días, aunque hayamos cortado el pasto dos veces con ella y la factura de compra diga 2010.     Contacto: Correo: [email protected] Twitter: @diego_vallarino LinkedIn: diegovallarinonavarro     Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.  

 

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