¿Quieres saber si tus ideas son buenas? Lo óptimo es que lo hagas en tres etapas (pretotipo – MVP – MAP). Así descubrirás si vas por el camino correcto y optimizarás tus recursos al ejecutarlas.   Por Carlos Álvarez En México, 80% de los nuevos negocios fracasan antes de los primeros dos años de operación, no por estar mal diseñados o por falta de preparación del emprendedor, sino simplemente porque la gente no necesita el producto o servicio, o no los desea. La forma tradicional de minimizar el riesgo al fracaso es preguntando a los clientes potenciales qué opinan sobre la idea de negocio; sin embargo, preguntar no siempre funciona, pues la gente no necesariamente sabe lo que necesita. Henry Ford, fundador de Ford Motor Company, alguna vez dijo: “Si le hubiera preguntado a mis clientes qué es lo que necesitaban, me hubieran dicho que un caballo más rápido.” Si quieres saber si tu idea es buena, evita preguntar a la gente, porque su opinión podría nulificar una idea que sí debiera ser lanzada al mercado. Lo óptimo es experimentar y llevar tu idea a la realidad de forma gradual.   El pretotipo El primer paso para llevar tu idea a la realidad –al terreno tangible– es crear un pretotipo. El pretotipo antecede a un prototipo. Es una técnica más rápida y económica que trata sólo de responder una pregunta: ¿Estamos construyendo la idea de negocio correcta? Piensa en el pretotipo como una primera versión “casera” de tu producto o servicio; debe tomarte minutos u horas desarrollarla. Alberto Savoia, autor del libro Pretotype It, narra cómo Jeff Hawkins, cofundador de Palm, desarrolló un pretotipo para saber si la gente se interesaría en su producto una vez que saliera al mercado. “Jeff Hawkins cortó un trozo de madera para adaptarlo al bolsillo de su camisa. Luego lo llevó durante meses, simulando que era una Palm. De vez en cuando probaba diferentes aspectos de diseño con diversas configuraciones de botones que simulaba en un papel impreso pegado al bloque de madera.” El interés que generó ese pedazo de madera con un papel pegado que simulaba lo que después se convertiría en una Palm, convenció a Hawkins que se encontraba en el camino correcto.
Pretotype Palm Pilot, en el Museo de Historia de la Computación, en Mountain View, California.

Pretotype Palm Pilot, en el Museo de Historia de la Computación, en Mountain View, California.

  MVP Si tu pretotipo genera interés, el siguiente paso es crear un MVP (Minimum Viable Product). Este concepto fue creado por Eric Ries, autor del libro The Lean Start Up. Para Ries, un MVP es una versión parcial de un producto o servicio; es la ejecución básica de la idea, no la ejecución perfecta. A diferencia del pretotipo, el MVP debe ser lanzado al mercado de forma controlada, pues el objetivo es aprender, en condiciones reales, qué es lo que la gente realmente quiere. El secreto de un buen MVP es mantenerlo lo más básico posible; de esta manera, no se necesitarán muchos recursos para ajustarlo en función de las necesidades y deseos de la gente. Un buen ejemplo de MVP es la primera versión de LinkedIn. La plataforma que hoy conocemos empezó con una página muy simple donde lo único que podías hacer era suscribirte, crear un perfil e invitar a tus amigos. Con el tiempo, LinkedIn se fue sofisticando hasta lo que es hoy, pero iniciaron con una versión parcial de la idea, para la cual no se necesitaron muchos recursos.
Primera versión de LinkedIn.

Primera versión de LinkedIn.

  MAP
iPod original, lanzado al mercado en octubre de 2001.

iPod original, lanzado al mercado en octubre de 2001.

Una vez que con el MVP hayas descubierto qué es lo que la gente realmente quiere, debes desarrollar un MAP (Minimum Awesome Product). Jeff Dyer y Nathan Furr, autores del libro The Innovators Method, definen el MAP como una primera versión irresistible de tu producto o servicio. El objetivo del MAP es ejecutar de manera extraordinaria la característica de tu idea que haya resultado más relevante para tus clientes potenciales durante la etapa de MVP. ¿Cómo saber si el MAP es lo suficientemente extraordinario? Debe inspirar emociones positivas. Por ejemplo, cuando Apple lanzó el primer iPod en el año 2001, se convirtió en un producto prácticamente irresistible, pues satisfacía de manera extraordinaria lo que la gente realmente necesitaba: la posibilidad de cargar mil canciones en su bolsillo. La próxima vez que quieras llevar tus ideas a la realidad, hazlo en estas tres etapas (pretotipo – MVP – MAP). De esta manera descubrirás si tu idea va por el camino correcto y optimizarás tus recursos al ejecutarla.   Carlos Álvarez es socio y director Creativo de RedBox (@carlosmara).   Contacto: Twitter: @RBinnovation Facebook: Red Box Inspiring Innovation Google+: RedBox LinkedIn: Redbox Inspiring Innovation Página web: RedBox Inspiring Innovation   Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

Siguientes artículos

Negocios que nunca debieron nacer
Por

Odio lucir como el Grinch de la historia, pero alguien tiene que decirlo: hay negocios que fracasan porque nunca debiero...