Salir en grupo cuando tus amistades ganan lo doble que tú puede resultar complicado y dejarte en bancarrota, pero no tiene por qué ser así.   Por Samantha Sharf   Jenny Chang, directora de cuentas de 30 años de edad en una empresa de relaciones públicas, gana alrededor de dos veces más que su buena amiga y roommate Melissa Felrice. Felrice, coordinadora de marketing de 24 años de edad en una compañía de cosméticos, a veces tiene dificultades para pagar su renta en Nueva York y es cuidadosa con sus gastos. Ambas amigas hacen juntas la compra en el súper y dividen la cuenta por la mitad, pero a menudo Chang se hace cargo en silencio de los gastos repentinos que se presentan entre visitas al supermercado. “Hay ocasiones en las que nos quedamos sin papel higiénico o toallas de papel o necesitamos algo para el apartamento. Por lo general voy a comprarlo y no le pido dinero porque sé que es duro para ella”, dice Chang. “Claro, el papel higiénico cuesta sólo 10 dólares, pero los gastos se van acumulando”. Pero Chang dice que no le pesa porque Felrice le compensa de otras maneras. Por ejemplo Felrice ha ahorrado cientos de monedas en un frasco, las cuales Chang a veces saca cuando necesita cambio. Por lo general, repone las monedas con billetes. Sin embargo, recientemente Felrice le pidió que no lo hiciera. Cuando Chang preguntó por qué, Felrice respondió: “Siempre pones cosas para el departamento. Tengo que compensarlo de alguna manera”. De acuerdo con el coach de etiqueta Thomas P. Farley, un conferencista en temas de etiqueta moderna en WhatMannersMost.com, la relación de Chang y Felrice es un modelo para aprender sobre el desordenado campo de la amistad y el dinero. “Contribuye en la forma que puedas para ayudar a equilibrar la dinámica del poder”, recomienda Farley. No querrás ser “el equivalente amistoso de una mujer mantenida”. Aunque Chang y Felrice han encontrado un equilibrio que funciona para ellas, no todos los grupos de amigos son tan exitosos. Ashley Daly, gerente de comunicaciones de 29 años de edad, en Dallas, encuentra gran resistencia cuando sugiere actividades ahorrativas. “Los conciertos gratuitos en el centro o una noche de cine en casa no siempre reciben la más alta tasa de participación”, señala. Cuando Rae Ritke decidió regresar para una segunda maestría a sus 40 años tuvo que recortar los costosos restaurantes y taxis. Aunque la mayoría de sus amigos estaban felices de cambiar los viajes de compras por paseos por Central Park, la acupunturista de 49 años tuvo que “dejar ir” a algunos amigos. “En general me pareció genial hacer una limpieza de verano de amigos”, escribió en un correo electrónico. Los verdaderos amigos se quedaron a su alrededor, mientras que las relaciones menos sólidas se desvanecieron. Nos gusta creer que la amistad y las finanzas no tienen relación alguna, pero en realidad las diferencias económicas no mitigadas pueden causar incomodidad en el mejor de los casos, y resentimiento en el peor. “Mucha gente correlaciona el éxito en la vida con un estado de cuenta bancario. Se convierte en una medida de lo que somos”, señala Jodi RR Smith, fundador de Mannersmith Etiquette Consulting. “Aunque consideramos que el dinero es muy importante, también tenemos esa creencia puritana en la que no hablamos de ello”. Smith, por lo tanto, aconseja el uso de lo que ella llama “etiqueta preventiva”. Significa tomar control de la situación por tener discusiones francas pero estratégicas y planear el futuro. Cuando vas a cenar, por ejemplo, no esperes a que alguien más elija el restaurante y decida dividir la cuenta a la mitad antes de que digas “Pero yo sólo pediré una ensalada y un vaso de agua”. En cambio, sugiere algunos restaurantes que estén dentro de su presupuesto. Luego, cuando se sienten pidan cuentas separadas. Si la pides antes de comenzar a ordenar, la mayoría de los restaurantes estarán encantados de cumplir —las cuentas separadas generalmente significan mejores propinas—. Siéntete cómodo rechazando con elegancia invitaciones que simplemente no puedes permitirte. Averigua con qué amigos puedes hablar de finanzas, pero asegúrate de hacerlo en una manera que no les hagas sentirse obligados a pagar tu cuenta siempre. Y recuerda que un regalo caro puede ser correspondido con un regalo especial de menor valor. “Desde el punto de vista de la etiqueta, el aspecto más importante es vivir dentro de tus capacidades”, dice Smith, quien sostiene que los modales son importantes en cualquier cosa que afecte la interacción entre las personas. “No importa si eres un neurocirujano que hace mucho dinero o una maestra de escuela pública que vive al día, siempre y cuando vivas dentro de tus posibilidades”. Por supuesto que vivir las consecuencias de vivir dentro de tus posibilidades puede ser difícil. Shannon McNay, de 30 años, quien trabaja como community manager para la app de administración de deuda ReadyForZero, explica que cuando se mudó a Nueva York en sus veintes mantuvo un presupuesto estricto con el fin de crear un fondo de emergencia. Cuando su grupo de amigos hizo planes para comer fuera, McNay cenaba en casa y luego simplemente pedía postre en el restaurante. “Eso funcionó muy bien para mí”, reconoce. “Sin embargo, parecían sentirse incómodos con mi frugalidad. Hacían comentarios diciendo que no me gustaba beber o que siempre estaba preocupada por el dinero sólo porque decidí no gastar mi dinero en las mismas cosas”. Daly, un gerente de comunicaciones de Texas, admite haber pensado brevemente: “Voy a dar tarjetazo” cuando sus amigos aparentemente ricos sugerían actividades que no podía permitirse. “Entonces la razón intervino y me apegué a mi regla de vivir libre de deudas”, dice Daly. “Yo me he dado cuenta de que algunos amigos en realidad no tienen el dinero que yo pensaba que tenían y simplemente pagan con la tarjeta de crédito para llevar el mismo estilo de vida que los demás en sus círculos”. Maynard Breslow, un aspirante a escritor con sede en Los Ángeles, explica que el rápido éxito de sus amigos ha sido en ocasiones difícil en su relación con ellos. “El problema se deriva de su capacidad para disfrutar de las actividades sociales que simplemente no pueden permitirse actualmente”, escribió. “Ellos van a Las Vegas mientras espero a que suban sus fotos a Facebook y me cuenten sobre el viaje después”. Más allá de los amigos cercanos, antes de las redes sociales, es posible que hayas sido capaz de evitar a la chica más popular de la escuela, pero hoy podemos seguir fácilmente los éxitos y el fracaso de todo el mundo, desde el mejor estudiante de la prepa hasta tu novio o novia de la universidad y a esa chica con la que trabajaste un verano. Puede ser difícil no mirar cuando un viejo conocido publica fotos de su fabuloso viaje a Italia o su nuevo coche deportivo. “Si eres alguien que está luchando y tratando de poner comida en la mesa, o tratando de averiguar cómo pagará la renta este mes, sin duda puede criar generar sentimientos de malestar y resentimiento”, dice Farley. “Nos lo echan en cara más que nunca”. Farley sugiere ser honesto contigo mismo y preguntarte si la persona con más dinero es realmente mucho más feliz que tú. Por supuesto, la incertidumbre financiera genera tensión y a veces infelicidad, pero simplemente no poder permitirse ciertos lujos que ofrece el dinero no te hará tanto daño como la deuda en las tarjetas de crédito. Los estudios sugieren que hay un punto en el que los ingresos dejan de producir felicidad. Una vida más sencilla, señala Farley, puede significar problemas más simples y la capacidad de concentrarse en lo más importante para ti. “Es súper importante para la persona en la posición menos privilegiada económicamente no tener una fijación con las cosas y abrir la perspectiva”, afirma.

 

Siguientes artículos

El bitcoin no ha muerto en China
Por

A pesar de que el gobierno chino ha prohibido el uso de la criptodivisa a bancos y casas de cambio virtuales, BTC China,...