Cada vez pasamos más minutos en nuestro escritorio, pero sentimos como si estuviéramos haciendo menos. Salir a tiempo del trabajo es posible, pero para lograrlo primero hay que desearlo.     Es un patrón con el que la mayoría de los profesionales de tiempo completo nos identificamos: cada vez pasamos más minutos en nuestro escritorio, pero sentimos como si estuviéramos haciendo menos. Las horas se estiran, la lista de pendientes crece y te encuentras frente a un futuro en el que bien podrías tener a un lado tu departamento y simplemente llevar un cepillo de dientes y tus pantuflas a tu escritorio. De lo contrario, nunca podrás terminarlo todo, ¿verdad? “Hay varias razones por las cuales nuestros días han aumentado”, dice la consultora de productividad y autora de Never Check Email In The Morning, Julie Morgenstern. “Las empresas continuamente están tratando de contratar al menor número de personas posible. Nuestros papeles están cambiando continuamente, el mundo está cambiando, estamos en un momento de rápido cambio. Reconoce que tienes más trabajo que hacer que tiempo para hacerlo, harás las cosas de forma diferente.” ¿Por qué no empezar por averiguar lo que estás haciendo con todo tu tiempo? Tal vez siempre estás tratando de escribir esa propuesta, pero no puedes dejar de revisar tu correo electrónico. O tu jefe pasa con frecuencia para asignarte tareas mientras intentas completar las que ya tienes. Cualquiera que sea la razón, hacer demasiadas cosas a la vez puede disminuir la calidad de tu trabajo y sumar horas al final de tu día. Si lo que buscas es optimizar el tiempo que pasas en el trabajo, averigua cómo lo distribuyes. Morgenstern recomienda llevar una bitácora de tiempo para empezar, o usar la aplicación Eternity Time Log, que dirige a los usuarios para que realicen sus principales responsabilidades y después rastrea la cantidad de tiempo que dedicaron a cada uno. Uno de los mayores errores que la gente comete en el trabajo es poner absolutamente todo en la lista de pendientes. No hay manera posible de terminarlo todo, y a la mayoría de las personas les resulta difícil salir al final del día con el buzón de pendientes resuelto. Pero el truco, dice Laura Vanderkam, autora de 168 Hours: You Have More Time Than You Think, es averiguar lo que en realidad pertenece a la lista —no más de tres a cinco cosas absolutamente necesarias— y olvidémonos de lo demás. ¿No es hora de que rompas con el correo electrónico? El correo electrónico tiene sus tentáculos en todos lados: tu computadora, tu laptop, el smartphone y la tablet. Es una de las cosas más estridentes que porque no entiende por qué no lo estás viendo en este preciso momento. “El correo electrónico ofrece una gran cantidad de pendientes y montones de distracciones”, dice Morgenstern, quien recomienda eliminarlo de la primera hora de vigilia y de la primera hora de trabajo. No eres tú, es el email. Apágalo. Planea tus jornadas de trabajo con tres días de anticipación, incluso cuando te vas a casa. Confiar en planear tu día ya que haya empezado es una mala idea, en ese punto ya estás a toda marcha en el campo de batalla. En su lugar, ahorra algo de tiempo al final del día para planear mañana y los dos días siguientes. Eso no sólo te mantendrá en camino durante el día, tendrás una mejor comprensión de tu carga de trabajo y sabrás si estás en condiciones de aceptar un reto adicional o te enfocas en lo que ya está en la agenda.

 

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