Por: Javier Murillo
Uno de los momentos más peligrosos para el orden mundial, de la historia moderna, se dio con el asalto al Capitolio de los Estados Unidos, en enero del 2021. No es sino hasta el 2022 que se está procesando a los culpables de este movimiento, que cimbró la democracia del país más poderoso de occidente. Pero, ¿cómo puede ser que en redes sociales se dé algo así?
Las creencias de la opinión pública se basan en los paradigmas que han venido formando con el paso del tiempo. Estos paradigmas se forman gracias a los sucesos que conforman las circunstancias que vive cada individuo durante su vida.
Los individuos registran dichos sucesos a través de sus sentidos y se dividen en sucesos personales, que solo le suceden al individuo, familiares, que le pasan a su núcleo cercano, comunitarios, que le suceden a su sociedad y nacionales que son coyunturas de su país. Entre más personales son esos sucesos, más relevancia tienen para el individuo.
La afectación de dichos sucesos puede ser directa e indirecta, favorable o desfavorable a sus intereses personales.
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Todo empieza por los miedos del individuo, que se encuentran en su preconsciente. El motivador más poderoso para movilizar a la opinión pública digital es el miedo a perder el statu quo.
Los mensajes que tienen un mayor impacto en la opinión pública se basan en el miedo, cuando un individuo siente miedo automáticamente activan sus sistemas de defensa.
El individuo tiende a convertir al origen de su miedo en un adversario único que se vuelve fácilmente identificable y se puede simplificar en pocos atributos, pero muy poderosos que activan sus sistemas de ataque.
En segundo lugar, el individuo siente dudas, que es el vacío resultante del miedo, de la incertidumbre, la duda se llena con certidumbre. Después viene la simplificación del adversario y del miedo a perder el statu quo viene el vacío de la duda.
Un movimiento gana adeptos cuando la comunidad es capaz de llenar con un discurso que otorgue certeza. La incertidumbre que causa el miedo se atenúa con mensajes que apelan a principios que conecten con el instinto de supervivencia de las audiencias.
En tercer lugar se encuentra la reacción instintiva al miedo de perder el statu quo, es egoísta, lo que resulta en la búsqueda individual de la seguridad. La anarquía.
Este es el nivel donde se crean comunidades poderosas. Cuando un individuo en la busca de la salvación individual, encuentra otros individuos con los mismos miedos y dudas, se crea una comunión fraternal entre ellos. Para esto es necesario que uno o algunos miembros de ese grupo creen el mensaje, para que toda la comunidad lo crea por contagio.
En cuarto lugar se encuentra la memoria, que es selectiva, el individuo tiende a guardar en la memoria los recuerdos que lo ayudan a mantener su estabilidad emocional y por lo tanto la seguridad de su statu quo.
Cuando un grupo está unido por sus miedos, comparten las mismas dudas y motivos egoístas, es altamente probable que tenga reacciones emocionales similares y esos sentimientos poderosos pueden mover a un grupo a proteger o defender cualquier causa.
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En quinto lugar se encuentra el conocimiento, que representa las creencias aprendidas del individuo y se sustentan en evidencias provenientes de aquellas fuentes que den una mejor explicación a sus dudas.
Para que la memoria se vuelva un paradigma en el individuo, los mensajes de propaganda deben adaptarse al tiempo de atención y nivel intelectual del más débil y menos preparado de los miembros del grupo.
Los grupos tienden a basarse en sus memorias, como lo son: sustratos preexistentes, mitos, complejos, prejuicios, odios, argumentos arraigados en actitudes primitivas. Entre más individuos del grupo crean en esas memorias, más impacto tendrán en el grupo en su conjunto.
En lo más profundo del ser individual se encuentra lo socialmente inaceptable que son todos los paradigmas éticos y morales que tiene un individuo que vive en una comunidad, dentro de una sociedad.
El extremismo de las acciones socialmente inaceptables depende del nivel de riesgo inminente y probabilidad de afectación de los intereses del individuo y el grupo al que pertenece. Cuando se pone a un individuo en estas circunstancias, es porque aumentó el nivel de psicosis colectiva y la consecuencia es que toda la comunidad reacciona como uno.
Por eso es que se pueden dar eventos colectivos, como el del asalto al Capitolio de los Estados Unidos, que nos tomó por sorpresa a todos.
Contacto:
*Javier Murillo es Ingeniero electrónico e informático mexicano, especialista en analítica de datos y maestro en ciberseguridad.
Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.
