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Estas son las 30 promesas de los negocios 2024
Si vas a comprar creyendo que el próximo año lo podrás revender a un precio mayor, es posible que te decepciones. En cambio, el horizonte a observar debe ser el largo plazo, como refugio, y acumular de forma periódica.   El oro y la plata son dinero real. Invertir en ellos, siempre que se haga en físico, es hacerlo en un activo monetario sin riesgo de contraparte, a diferencia del dinero fíat (de papel, digital, etcétera). Son propiedad privada pura. Por eso es que ambos son de quien los tiene en la mano. ¿Qué significa esto? Que son un seguro financiero contra crisis, pues en caso de un colapso como el que viene al mundo –por culpa de la impresión ilimitada de billetes de todos los bancos centrales–, el oro y la plata no llegarán jamás a valer cero. Esto, en cambio, sí puede ocurrir con otros activos que se consideran “seguros”, como las divisas “fuertes” o algunos bonos soberanos. Por ello los metales preciosos monetarios deben ser acumulados por sus cualidades de dinero por excelencia –rol que el libre actuar de las personas en el mercado les asignó histórica y espontáneamente–, en una palabra, por su valor. Si lo que se quiere es especular con el precio, ya sea que se apueste a que subirá o bajará, entonces tal vez el metal físico no sea la mejor opción. Para eso hay otros instrumentos  y activos indexados al precio de estas commodities, pero que no se deben ver como inversión directa en ellos, sino en derivados. Este terreno debe dejarse a los especuladores profesionales, por el riesgo que implican. Eso sí, dado que son un seguro financiero, no deben faltar en cualquier cartera. Ahora bien, muchos se cuestionan si en un contexto en el que los precios de las materias primas se siguen desplomando –como el petróleo– es o no riesgoso invertir en oro y plata. El riesgo siempre está presente tanto en el mercado como en la vida misma. Pero para el inversor en valor, que caigan los precios del oro y la plata es muy bueno, pues le permite acumularlos a un precio menor. Este tipo de inversionista no está pensando en un horizonte de corto o mediano plazos; por eso se le conoce de “manos fuertes”, pues no se deshará de ellos casi bajo ninguna circunstancia, a menos, tal vez, que sienta que están sobrevalorados. Por cierto, ese punto está demasiado lejos todavía, y de manera lenta pero consistente, este tipo de inversionista está retirando existencias que no estarán más disponibles para la oferta. En cambio, para el especulador el precio juega un papel decisivo. Por eso muchos amateurs que acumulan oro o plata con la creencia de que “siempre sube”, al ver que baja entran en pánico y tienden a vender. La experiencia, hasta hoy, ha mostrado que éste es el caso más frecuente. La gente tiende a vender barato y comprar caro, cuando lo que debe hacerse es justo lo contrario. El oro y la plata están dentro de un mercado alcista mayor que está lejos de terminar, pero también es cierto que desde 2011 entraron a una fase de corrección (baja) que tal vez llegue a su fin este año. Así que aunque los mejores momentos de entrada podrían haber quedado atrás, es posible que veamos una nueva oportunidad de compra en un futuro no lejano, pues los manipuladores seguirán haciendo de las suyas. Habrá que aprovechar. Cuando me preguntan si es momento, entonces, de comprar o no, mi respuesta siempre es la misma: depende. Si vas a comprar creyendo que el próximo año lo podrás revender a un precio mayor, es posible que te decepciones. En cambio, el horizonte a observar debe ser el largo plazo, como refugio, y acumular de forma periódica. Hacerlo así te permite al final tener un precio medio adecuado, que es mucho mejor que tratar de adivinar cuándo el mercado tocará fondo o si seguirá subiendo. Ahora, allá fuera hay ya muchas plataformas electrónicas que ofrecen invertir en oro. ¡Cuidado! Como decía, si lo que se quiere es invertir de verdad hay que hacerlo en físico. Si esto no es viable o posible, entonces hay que buscar empresas serias que nos ofrezcan el servicio de custodia real de lingotes, barras o monedas. Claro, deben tener mecanismos claros de auditoría, comprobación de la existencia del metal y la disponibilidad de retiro inmediato. A propósito, comprar joyería no es la mejor forma de invertir en metales preciosos, porque tienen otro tipo de valor agregado, superior a su contenido metálico. Hay empresas de custodia que ofrecen sus servicios en México, Estados Unidos, Singapur, España, etcétera, pero debe verificarse su reputación. Lo que sí hay que evitar a toda costa es aquellas plataformas de supuesta inversión en un oro que nunca se ve ni se toca, que dicen que está resguardado en alguna parte del mundo lejana a nosotros y que nos ofrecen ganancias prontas. No puedo generalizar, pero hasta ahora las empresas que he conocido  manejan un esquema de presunto “multinivel” que, por su estructura, o son una estafa descarada al estilo “Ponzi” o se le parecen mucho. Voto por lo primero. No las recomiendo en absoluto. Hay quien cree que porque se reciben ganancias no se trata de una estafa. Esto es un error. Recordemos que el fraude Madoff fue un esquema “Ponzi” que duró por muchos años, y atrapó hasta a los más expertos inversores. Estos esquemas, para funcionar, necesitan al principio dar lo que prometen o más, pues eso es lo que atrae más incautos. Si se quiere aprender a comerciar (especular) en materias primas en general, lo recomendable, entonces, es estudiar, capacitarse y entrar en persona al mercado trabajando en una firma especializada. Ésa será educación del mundo real, no sólo teórica. Se cometerán errores, pero es la única manera de aprender.   Contacto: Correo: [email protected] Twitter: @memobarba Facebook: Inteligencia Financiera Global Blog: Inteligencia Financiera Global   Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

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