Texto publicado originalmente el 27 de mayo de 2013
Trabajar en un ambiente donde la relación con el jefe no es la mejor disminuye la productividad de los empleados y debilita el diálogo con el superior.
El 50% de los empleados piensan que han trabajado con un mal jefe alguna vez en su vida, reveló una encuesta realizada por la consultora Office Team.
La relación jefe-empleado determinará la productividad en el lugar de trabajo. La experta en el ámbito laboral y autora del libro
Tame your terrible office tyrant, Lynn Tay, mostró en un estudio que las personas pasan al menos 19.2 horas a la semana preocupadas sobre lo que dice o hace su jefe.
El sitio de búsqueda de trabajo OCC Mundial identifica en su blog los pensamientos erróneos más recurrentes en un mal jefe. ¿Identificas alguno en el tuyo?
- Liderazgo significa ordenar y controlar
- Si no quieres trabajar más horas eres un mal empleado
- Yo manejo números, no gente
- Tienes suerte de tener trabajo
- Si necesito algo bien hecho, lo hago yo mismo
- Yo me quedo con los éxitos y tú con los fracasos
- La toma de decisiones es sólo mía
- Soy demasiado importante para ser amable
Pero antes de que des por perdida la relación con tu superior, OCC también da siete tips para lidiar con él:
1.-
Identifícalo. Existen cinco tipos de ‘malos jefes’:
Abusivo: Trata a sus empleados sin cortesía y en ocasiones recurre a la humillación.
Micromanager: No delega responsabilidades al equipo de trabajo, busca tener el control de todas las actividades.
Mal comunicador: No define claramente las tareas que debe realizar cada integrante del equipo, lo que dificulta la ejecución de las mismas y no establece un diálogo sobre lo que espera de cada miembro.
Saboteador: Si algo sale bien, toma el crédito, en caso contrario, responsabiliza a sus subordinados por los errores.
Voluble: Sus constantes cambios de humor confunden a su equipo, lo que reduce la productividad.
2.-
Analiza tu desempeño. Sé objetivo y evalúa la calidad del trabajo que realizas, no te coloques en el papel de la víctima. Pregunta a tu jefe cómo evalúa tu desempeño y de qué manera puedes mejorar, esto ayudará a incentivar las expectativas que se tienen de ambas partes.
3.-
No lo tomes personal. Los comportamientos que pueda llegar a tener tu jefe contigo o con tus compañeros de trabajo no siempre están ligados a un aspecto directamente personal. Piensa en los factores externos que rodean toda la situación y de qué manera puedes mejorar.
4.-
Cuida tu trabajo. Si tienes un jefe saboteador, lleva el registro de todas tus actividades y en qué proyectos has participado, esto te dará una oportunidad de destacar tu desempeño labora ante otros superiores.
5.-
Sé profesional. Una relación laboral es un intercambio, no un favor, evita reaccionar con actitudes cargadas de emocionalidad. En primera instancia acude al diálogo, pon en claro las cosas que te incomodan y propón soluciones.
6.-
Exígele con diplomacia. Mostrar nuevas propuestas e identificar las necesidades de la empresa, te ayudarán a ofrecer soluciones, lo que resulta más positivo que sólo mostrar tu inconformidad por la situación laboral.
7.-
Si lo demás no funciona… renuncia. Recurre a esta posibilidad como una última instancia, pero también ten en cuenta que la mala relación laboral puede ser por la organización de la misma empresa y no a la falta de liderazgo del jefe.