En México, 80% de las pequeñas y medianas empresas muere durante su primer año de operación; sin embargo, el ciclo no termina con el fallecimiento, ya que el emprendedor debe afrontar el duelo del fracaso. Aquí te damos algunas recomendaciones para sobrevivir a esta oscura etapa empresarial.       Sólo 25% de los negocios en México han logrado sobrevivir a los dos primeros años de operación y 90% quiebran durante su primera década de vida, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi). Pero ¿cómo hacen los emprendedores para lidiar con el luto de esta muerte empresarial? Leticia Gasca, directora de FuckUp Nights, movimiento que se encarga de contar las historias de fracasos de negocios, explica en entrevista con Forbes México que 80% de las pequeñas y medianas empresas muere durante su primer año de vida. Entre las principales señales que indican que una empresa está enfermándose pueden identificarse la falla en el flujo de efectivo y que el producto no atienda a las necesidades del mercado al que está dirigido. “Creo que hay empresas que nacen para morir, y son las que surgen como capricho del emprendedor. Si no tienes un flujo de efectivo suficiente para mantener tus operaciones, y tienes que estar pidiendo préstamos, hay que tener cuidado, porque es un indicador importante de que la empresa ha enfermado y puede morir.” La falta de pago a los acreedores y la negación de los bancos ante la solicitud de créditos son otros síntomas que van deteriorando la salud de la empresa. En caso de presentarse alguna de esas señales, Gasca recomienda que el emprendedor busque asesoría para saber si su empresa puede sanar o está destinada a morir. “Creo que lo mejor que puedes hacer como emprendedor es darte cuenta si tu empresa realmente merece vivir o se está convirtiendo en tu tumba financiera. Si está por morir, no te aferres, pues la pérdida será mayor y no sabrás cómo enmendar la ausencia.” La especialista asegura que el riesgo de incurrir en la muerte se incrementa cuando no se hace una planeación eficiente sobre el financiamiento de la empresa.   Una cura para la enfermedad A pesar de las señales que pueda dar la empresa en caso de enfermedad, no todo está perdido, y ante la negativa al fracaso empresarial, el emprendedor tratará de encontrar una medicina para su negocio antes de que muera. Jorge González, fundador de G2 Consultores, revela que si el emprendedor conoce los factores internos y externos que desequilibran su empresa, puede lograr una mejoría. Los internos tienen que ver con el presidente ejecutivo, el consejo, los inversionistas y la organización al interior de la empresa, mientras que los externos son la competencia, impuestos, gobierno y créditos, entre otros. “La mayoría de los empresarios atribuye la mortandad de su empresa a las causas externas; sin embargo, si hacen un análisis a profundidad se darán cuenta que en muchos de los casos son deficiencias de la misma empresa.” Un remedio puede ayudar a que una empresa sane, afirma González, es que se consideren los cambios tecnológicos y en el mercado, las regulaciones y las tendencias. “Si estás acostumbrado a mirar el éxito que has logrado durante la vida de tu empresa, y si dejas de lado que el mercado está cambiando drásticamente, en vez de sanar comenzará a enfermar más a tu negocio.”   Sucede lo inevitable: la empresa muere Si ningún plan para salvar a la empresa funciona, entonces la muerte será irremediable. Leticia Gasca explicó a Forbes México las cuatro etapas del duelo emprendedor tras el fallecimiento de una empresa… 1.- Negación. Cerrarte a la idea del fracaso es normal, y un gran error que se comete es pensar que cuando la empresa murió aún se puede revivir, pero si ya probaste con todo y nada funcionó, entonces nada lo hará. Asimilar que tu producto o servicio no cumplió con los estándares de tu mercado, te ayudará a asimilar y amortiguar el dolor de la muerte. 2.- Enojo. Cuando el emprendedor pasa la primera etapa, es muy común que trate de buscar culpables, y esto fomentará una conducta irritable hacia sus conocidos. Lo ideal es tomarse un tiempo para asimilar las cosas, y más allá de pensar en quién tuvo la culpa, es mejor rodearse de personas que le ayuden a saber cuáles fueron sus debilidades y virtudes. 3.- Negociación interna. Aunque el emprendedor no ha superado del todo la pérdida de su empresa, en esta etapa ya puede abrirse a hablar más sobre la vivencia del fracaso empresarial. Es recomendable que el emprendedor se ponga como meta asimilar y sobresalir de la vivencia del fracaso. 4.- Aceptación. Una vez que el emprendedor concibe la muerte de su empresa como algo natural comienza a mostrar mayor tranquilidad. Se sugiere que cuando el emprendedor llegue a esta etapa comience a replantearse nuevas metas por cumplir, ya que esto le ayudará a pensar en nuevos proyectos y finalmente superar la pérdida.   Superar el duelo y volver a comenzar Dicen que no hay mejor cura para la muerte que la vida. Sin embargo, tras la muerte de la empresa, los directivos deben tomar en cuenta dos aspectos fundamentales: el cierre emocional y el administrativo. “En el tema emocional es importante que el emprendedor asimile el cierre de la empresa, que viva el duelo y todo el luto que significa la muerte, y a la par tiene que hacer un cierre administrativo de la compañía, ya que se debe hacer un cierre de pasivos, activos, ventas y todo lo que engloba un negocio”, afirma Vincent Speranza, director nacional de Operaciones de Endeavor. Y una vez que se realice el cierre en todos los sentidos, recomienda que se vuelva a comenzar. “La mejor forma de contrarrestar el duelo es volver a emprender. Anímicamente es difícil aceptar la muerte, pero tienes que levantarte inicialmente por ti, y en segunda instancia por todos aquellos que te dijeron que no podías hacerlo de nuevo. El fracaso sí tiene consecuencias en la credibilidad, pero todo radica en que uno quiera volver a comenzar.”

 

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