Un estudio reciente revela que cada vez más personas reportan a superiores de menor edad. El encuentro no tiene que ser doloroso ni lento, los expertos aconsejan afrontarlo con madurez y aquí dan algunos tips para lograrlo.   Por Susan Adams   A principios de 2009, cuando Forbes combinó su personal  de la revista impresa y del portal web, tuve que reportar a una jefa más joven que yo por primera vez en mis 30 años de carrera. No fue fácil. Yo sabía que mi jefa era inteligente y tenía experiencia digital, pero me irritaba que fuera mi superior. Lo admito: sentí superioridad y un toque de desdén sólo por la diferencia de edad. Ambas merecemos reconocimiento por capear esos rocosos primeros meses juntos. Mi jefa tuvo que soportar no sólo mis malhumorados estados de ánimo, sino también mi falta de habilidades básicas del puntocom, como la optimización de motor de búsqueda, vinculación y cabeceo eficaces. Su estilo de comunicación, de enviar frecuentes mensajes instantáneos y por correo electrónico, era totalmente diferente a mi modo familiar de visitar a mi jefe en su oficina y platicar cara a cara. De acuerdo con consultores profesionales de recursos humanos, en la actualidad cada vez más trabajadores mayores están reportando a jefes más jóvenes. Una encuesta de 2012 realizada por el sitio web de empleo CareerBuilder encontró que el 34% de los trabajadores informó que en la actualidad trabaja para un jefe más joven. Los cambios tecnológicos tienen mucho que ver con la tendencia. En mi campo, el aumento de los contenidos en línea y las redes sociales significa que nosotros, los dinosaurios, tenemos que encontrar la manera de llevarnos bien con nuestros superiores más jóvenes y sabios. Para tal fin, me entrevisté con dos consultores que han labrado una especialidad en esta área, y un psicólogo, Billie A. Pivnick, que da clases en el programa de doctorado de psicología clínica en el Teacher’s College de la Universidad de Columbia. Robin Throckmorton, co-autor de Bridging the Generation Gap: How to Get Radio Babies, Boomers, Gen Xers and Gen Yers to Work Together and Achieve More (Reduciendo la brecha generacional: Cómo hacer que Radio Babies, Boomers y de la generación X y Y trabajen juntos y logren más), anima a los trabajadores de edad a tomar la iniciativa y tener una conversación con el modo de comunicación favorito de su jefe. (Un demérito para mí: Mi jefe me pidió que configurara una cuenta de mensajería instantánea. Me sentí abrumada y nunca lo hice.) Claire Raines, co-autora de Generations at Work: Managing the Clash of Veterans, Boomers, Xers, and Nexters in Your Workplace (Las generaciones en el trabajo: administrando el encuentro entre veteranos, boomers, la generación X, y nexters en tu lugar de trabajo), está de acuerdo en que los trabajadores de más edad deben adaptarse al estilo de comunicación de un jefe más joven en lugar de tratar de luchar o cambiarlo. Los trabajadores mayores tienen mucho que aprender acerca de cosas como la diferencia entre los mensajes de texto y correo electrónico. Un consejo: Los jóvenes asumen que una llamada perdida en el celular sirve igual que un mensaje de voz pidiendo una llamada de vuelta. Tiene sentido. ¿Quién quiere sentarse para siempre, mientras que una voz tediosa voz automatizada dice “espere el tono antes de grabar el mensaje, por favor…” Aun cuando los trabajadores de más edad hagan un esfuerzo por aprender nuevas formas de comunicación, no deben esperar reciprocidad, aconseja Raines. Es necesario adoptar hábitos de su jefe. No esperar a que ellos aprendan los nuestros. Throckmorton y Raines están de acuerdo en que los trabajadores de edad no deben asumir que su edad les gana el respeto de un supervisor más joven. “Hay que ganarse ese respeto”, dice Throckmorton. Otro supuesto común: que el jefe joven quiere o necesita padres o mentores. Los trabajadores de edad tienen una tendencia a proteger, advierte Throckmorton. “Esto no funciona.” Como psicólogo, Pivnick dice que la relación entre un jefe joven y un subordinado mayor plantea cuestiones de dominación y sumisión. Su consejo: “Redefine la sumisión en el sentido de la rendición.” Los trabajadores de edad deberían trabajar para aceptar la situación y dejar de lado cualquier resentimiento, al tiempo que desarrollan una estrategia para el éxito. Observe el estilo de dirección de su jefe y trate de fluir con él. Encuentre formas de hacer que su jefe se vea bien. Si él es muy competitivo, haga su mejor esfuerzo para trabajar como un jugador de equipo. Si su jefe es un tipo despistado que llegó allí, porque es el nieto del fundador o tiene una estrecha relación con un miembro del consejo, va a necesitarte para mostrarle el camino. Haz tu mejor esfuerzo, aconseja Pivnick, y esperamos que su gratitud te consiga un ascenso. Después de seis meses, fui reasignada a un jefe mayor que yo. Admito que la relación ha sido mucho más fácil para mí que reportar a alguien más joven. En cuanto a mi jefa más joven, consiguió un trabajo fabuloso en otra empresa de medios de comunicación, el cual fue un gran paso en la escalera para ella. Las siete reglas de oro para superar el trance son: 1. Inicia una conversación sobre la comunicación. 2. Aprende los matices de las diferencias entre los mensajes de texto y la etiqueta de teléfono. 3. Renuncia a las reuniones en persona. 4. No asumas que tendrás su respeto sólo por ser mayor. 5. No trates de actuar como un padre o tutor. 6. Acepta el hecho de que debe cambiar. 7. Respeta lo que no conoces.

 

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