Por: Raciel Sosa*

Antes de hablar de los comportamientos vitales que debemos adoptar para lograr nuestras metas, debemos, primeramente, establecer claramente qué es exactamente lo que queremos lograr, por qué lo queremos lograr, qué instrumentos de medición vamos a utilizar para lograrlo (para eso tenemos que tener parámetros de medición en base al cálculo de cantidad, calidad, tiempo y costo), y, por último, debemos definir el camino más corto para llegar a nuestro objetivo.

El camino para llegar a nuestras metas debe estar compuesto por acciones. Es decir, si nuestro objetivo es bajar de peso, sabemos que debemos alimentarnos de manera adecuada y balanceada, debemos ejercitarnos cotidianamente y descansar lo suficiente. En este sentido, el compromiso que adquiramos para lograr nuestras metas no es una acción. Si llevamos a cabo las tres acciones mencionadas, estemos o no comprometidos, estemos o no conscientes, esos tres comportamientos nos llevarán a lograr el resultado, lo queramos o no. De ahí que si adoptamos un comportamiento vital y lo llevamos a cabo de manera consistente, aunque no sepamos por qué, aunque no lo entendamos, nos llevará a lograr el resultado.

En el entorno laboral, si queremos generar un 20% de incremento en las ventas porque así mejoramos la sustentabilidad de nuestro negocio, debemos identificar aquellos comportamientos que nos llevarán a lograr ese resultado como por ejemplo, contactar diariamente a 3 prospectos que estén interesados en comprar mi producto/servicio, para lo cual trabajaremos en una presentación atractiva y que genere interés, para las  personas que cuentan con poder de decisión, lo cual nos da la capacidad de contactar a 60 personas mensualmente. La calidad en este caso tiene que ver con asignar la tarea a personas calificadas para ello y el costo lo podemos definir en base al presupuesto que tengamos para hacerlo. Todo ello está ligado al resultado que queremos obtener: incrementar un 20% nuestras ventas.

Factores internos y externos que puede afectar el logro de nuestras metas

El primer factor tiene que ver con no tener la actitud correcta, es decir, “no lo quiero hacer”. Y el segundo está ligado al desconocimiento en cuanto a cómo hacerlo, o una combinación de ambos. Estos factores son los que nos alejan del logro del resultado.

Asimismo, los comportamientos vitales que se traducen en acciones para lograr nuestros objetivos van ligados a nuestro propio desarrollo personal. No olvidemos que lo que primordialmente fortalece la autoestima del ser humano es el logro de resultados; lograr de manera consistente aquello que nos proponemos.   

Muchas compañías carecen de la visibilidad de estos comportamientos vitales, lo que quiere decir que no vemos la importancia del comportamiento vital, sólo nos enfocamos en el resultado y los comportamientos son los “papás” del resultado.

“El partido se gana en el entrenamiento”. Si hacemos lo que tenemos que hacer (comportamientos vitales), la probabilidad de lograr el resultado deseado es altísima.

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