La pandemia aceleró cambios que, en circunstancias normales, habría tomado algunos años más, uno de ellos fue el auge del comercio electrónico. De acuerdo con la Asociación Mexicana de Venta Online (AMVO), el ecommerce en el país creció 81% en comparación con el 2019. 

A inicios el confinamiento, en algunos países el aumento de las ventas semanales de gel antibacterial fue de 800% y en muchos más, el papel higiénico simplemente voló de los estantes.

A más de un año de este escenario y todavía inmersos en los efectos del COVID-19, ciertas conductas de compra irracionales se siguen presentando e incluso normalizando porque comprar para calmar las ansias del encierro, la tristeza o como una forma de sentirnos mejor no está mal visto en un entorno donde consumir es algo positivo, incluso un sinónimo de poder adquisitivo.

Por ello es importante conocer qué hay detrás de las compras compulsivas y cómo detectar si estás en una situación de esa índole que pueda comprometer tanto tus finanzas, como tu bienestar emocional.

¿Qué son las compras compulsivas?

En +Dinero entrevistamos a la Dra. Gabriela Orozco Calderón, jefa del laboratorio de la Facultad de psicología de la UNAM, para despejar todas estas dudas.

Lo primero es saber que comprar de forma compulsiva se define como un patrón desadaptativo de consumo en el que los individuos tienen una pérdida de control sobre su comportamiento de comprar.

“Si bien todos necesitamos adquirir distintos productos y servicios para la vida diaria, hay una línea delgada entre comprar lo que se requiere y comprar de manera excesiva, impulsiva y compulsiva objetos que muchas veces no se utilizan”, explica la especialista.

De hecho, las características de una compra compulsiva son las siguientes:

  • Los objetos que se adquieren no se necesitan o se compran en una cantidad excesiva
  • La compra excede sus posibilidades económicas, lo cual lleva a la persona a tener un endeudamiento excesivo y a fracasar en su intento de controlar su exceso de gastos
  • Conllevan a un deterioro social, porque la persona se agota por tanto comprar
  • E igualmente tiene consecuencias negativas a nivel social con la familia o la pareja

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¿Cuál es el perfil de las personas que pueden llegar a convertirse en compradores compulsivos?

La Dra. Orozco indica que las personas que pueden desarrollar este patrón tienden a presentar tolerancia, lo que quiere decir que irán en escalada y necesitarán comprar más para sentir la gratificación que tuvieron al inicio.

Otra característica es que son sujetos impulsivos y compulsivos, o sea que realizan la compra sin pensar en las consecuencias y llegan a presentar síndrome de abstinencia cuando no pueden comprar.

En otras palabras, estas personas y los adictos a las drogas experimentan rasgos similares.

“Desde la psicobiología podemos decir que hay alteraciones en el cerebro, en los sistemas de neurotransmisión y en los sistemas neuroquímicos, como la serotonina, la dopamina y los opioides. Estos sistemas neuroquímicos comunican a las neuronas en los circuitos cerebrales que son como carreteras que se encargan de funciones. Anomalías estructurales, funcionales o neuroquímicas (que pueden ser heredadas o no) son capaces de generar este tipo de comportamientos excesivos”, explica la especialista.

A menudo, esto también está asociado a una falta de control emocional; a individuos tienen percepciones mentales distorsionadas de sí mismos y de su medio ambiente, y a personas que tienen malos ajustes psicológicos y sociales.

De igual modo, presentan deformaciones de su propia imagen e identidad, ansiedad o depresión. Aunque no todos los depresivos y ansiosos van a comprar compulsivamente, la mayoría de los que son compradores compulsivos, van a cursar con estas alteraciones.

Asimismo, hay factores clínicos que pueden predisponer a alguien a las compras compulsivas: personas que tienen baja autoestima, dificultades de adaptación a la realidad que viven, baja tolerancia a la frustración, individuos que necesitan gratificación inmediata o que buscan sensaciones fuertes o la novedad.

Finalmente, su dificultad para controlar sus impulsos suele ir acompañada también de la tendencia a evadir los conflictos (normalmente comprando) y son personas que no tienen mucha capacidad de pedir ayuda.

Ahora bien, si llegados a este punto te preguntaste quiénes son más propensos a comprar de forma compulsiva —los hombres o las mueres— y qué alternativas hay para resolver este trastorno conductual con una base biológica, el cual está lejos de ser glamoroso o demostrar tu poder económico, te invito a leer mañana las respuestas. ¿Me acompañas?

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