Los mensajes contradictorios en los últimos meses marcan un alejamiento del compromiso que tomó Yellen en un discurso de abril del 2013 de poner fin a los días de “nunca explicar, nunca disculparse”, al decir que la Fed “cosecharía los frutos de explicar claramente sus acciones al público”.   Reuters La Reserva Federal de Estados Unidos mantuvo estables las tasas de interés en cerca de cero, sembrando dudas sobre cómo podrá subirlas desde ese piso y cómo comunicará fehacientemente al mercado sus planes de hacerlo. Apenas poco más de la mitad de los economistas encuestados estimaban ese resultado, algo poco frecuente, y una señal de lo difícil que se ha vuelto descifrar a la Fed en la actualidad. Antes de la decisión sobre la tasa, la presidenta del banco central estadounidense, Janet Yellen, no se había referido al tema en casi dos meses. Pero dos de sus aliados más cercanos hablaron a fin del mes pasado aunque dieron mensajes aparentemente contradictorios con pocos días de diferencia. Después de la decisión tomada en el encuentro de política monetaria esta semana, Yellen dijo que si bien es una “situación desafortunada” que se escudriñe cada comentario de un funcionario de la Fed en busca de pistas sobre la siguiente medida, “la incertidumbre en los mercados financieros” es natural cuando se acerca un cambio de política, como sucedió el jueves. Yellen afirmó que los funcionarios de la entidad no intentan tomar decisiones a diario a partir de cada divulgación de datos económicos del momento, sino que usan sus encuentros regulares para evaluar la información acumulada y tomar una decisión a partir de ahí. “Ponemos nuestro mayor esfuerzo para hacer juntos el mejor análisis posible”, dijo Yellen en una conferencia de prensa. El tema parece ser cómo Yellen maneja el comité que decide sobre las tasas de interés en Estados Unidos. Al igual que su predecesor Ben Bernanke, la actual presidenta de la Fed escucha a los demás antes de hablar en el comité de mercado abierto y parece valorar la generación de consensos, algo que quedó demostrado por el hecho de que hubo una sola disidencia en la votación del jueves. El lenguaje usado por la Fed apunta a dar un alto grado de flexibilidad cuando se trata de las decisiones sobre la tasa. Eso podría ser ahora una debilidad cuando la Fed tenga que comunicar la posición del banco central ante situaciones en las que podría tener que cambiar su política en respuesta a algunos acontecimientos, como la reciente turbulencia en los mercados de China y el resto del mundo, posiblemente llevando a que continúe la volatilidad en los mercados financieros. Durante meses, la Fed ha dicho que sólo subirá las tasas una vez que esté “razonablemente segura” de que la inflación volverá a su meta del 2 por ciento. Al mismo tiempo, ha manifestado que “espera” que la inflación avance hacia esa meta, aunque esas expectativas siguen esquivas, sin aclarar qué otra información sería necesaria. “Creo que la Fed ha errado la comunicación antes de este encuentro”, dijo Lou Brien, analista de DRW Holdings. “Podrían haber sido más claros”, agregó. Los mercados veían un 25% de posibilidades de un alza de 25 puntos básicos en la tasa antes de la reunión que concluyó el jueves, según la herramienta CME Fedwatch.   “Torre de Babel” Los mensajes contradictorios en los últimos meses marcan un alejamiento del compromiso que tomó Yellen en un discurso de abril del 2013 de poner fin a los días de “nunca explicar, nunca disculparse”, al decir que la Fed “cosecharía los frutos de explicar claramente sus acciones al público”. En agosto, el presidente de la Fed de Nueva York, William Dudley, sugirió que la turbulencia en los mercados financieros globales disminuía la posibilidad de subir las tasas en septiembre, algo que hasta ese momento los analistas consideraban altamente probable. Pocos días después, el vicepresidente del banco central, Stanley Fischer, dejó nuevamente la puerta abierta a un incremento en las tasas. Eso hizo ver a la Fed como una “Torre de Babel”, dijo el economista de Wells Fargo John Silvia. No obstante, no todos los inversores se sienten incómodos con la falta de claridad de la Reserva Federal. De acuerdo a esa visión, los funcionarios de la Fed no pueden ofrecer el tipo de garantías sobre las tasas que daban durante lo profundo de la recesión. Y dado que los datos -y la turbulencia financiera global- están empujando a la Fed en direcciones opuestas, Yellen habría tomado la decisión correcta al mantener sus labios cerrados en los últimos dos meses, en lugar de arriesgarse a parecer alguien demasiado maleable por un dato económico u otro.

 

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