- El 4 de abril, a 6,150 metros enfrentó una grieta que bloqueaba el paso a la cumbre. “Lackpa Nuru (su compañero de cordada) volteó y lentamente me dijo: ‘asegúrame, voy a saltar’. Segundos después oí el grito de Lackpa, giré la cara y lo vi feliz sonriéndome sin dejar de repetir ‘brinqué, brinqué’, pero al descubrir donde estaba parado -arriba del frágil labio de la grieta- grité sin moverme de mi posición: ‘run…run…go ahead’, Lackpa entendió a la perfección y comenzó a buscar más arriba un terreno más firme…”
- El día 28, a 7,300 metros “olvidé mi taza, cubiertos y hasta la comida. Aunque recibí apoyo, no tenía comida para el siguiente día, solamente tomé agua y ello derivó en una gastritis erosiva; en la tarde ya vomitaba bilis y pasaban por mi mente los peores temores… Así pasé dos noches a 7,300 metros, venciendo no la altitud sino al peor enemigo de uno: uno mismo.”
Comunicación desde la cima del mundo
Una aventura en el Everest provocó continuas visitas a la página de DEC, cuyo plan de comunicación derivó en un mayor conocimiento de la propia empresa y sus productos.
La semana pasada fui a ver la película Everest, que narra la tragedia del 10 de mayo de 1996, cuando una inesperada tormenta pronosticada para “mañana” se adelantó y, combinada con una serie de errores y malas decisiones, mató a 15 montañistas –no todos expertos– generando que esa temporada fuera calificada como las más trágica del Everest.
La película me recordó la ejecución de un plan de comunicación, realizado un año después de esa tragedia, para promover el primer microprocesador de 64 bits, en ese entonces el más rápido y poderoso del mundo. Para darlo a conocer y demostrar su poderío, la empresa propietaria, la hoy inexistente Digital Equipment Corporation (DEC), patrocinó el ascenso al Everest del médico montañista mexicano Yuri Contreras y realizó un rally a través de internet, cuyo objetivo era ir acumulando altitud, junto con el montañista, hasta alcanzar la “cima del Everest”.
Contreras realizó su ascenso por el lado sur del Everest, equipado con una laptop HiNote con Windows 95, procesador Alpha de 64 bits y una tarjeta de audio integrada, que, junto con una cámara digital y un equipo de comunicación satelital, le permitieron estar permanentemente conectado con el mundo a través del internet y mostrar aspectos del ascenso. El montañista ya había llegado a la cumbre del Everest el 24 de mayo de 1996, ascendiendo por la cara norte.
A la hazaña de subir al techo del mundo se unió la de establecer comunicación en tiempo real entre el montañista y quienes estuvieron interesados en su ascenso, gracias a los, en esos años, incipientes avances tecnológicos en nuestro país. Baste recordar que apenas empezaban a llegar los primeros equipos móviles y que conectarse a internet requería de una línea telefónica dedicada, a la cual se conectaba un modem que emitía curiosos sonidos durante el establecimiento de la conexión.
Con el uso del motor de búsqueda Altavista, DEC creó una página web para poner al alcance de los internautas toda la información referente al segundo ascenso consecutivo del doctor Contreras y posibilitar la realización de chatear con él. En la misma página se abrió el micrositio para la realización del rally, cuyo mensaje era “Llegar a la cima de la tecnología”; el ganador recibió una computadora similar a la que llegó al Everest y que fue entregada personalmente por Yuri Contreras.
Se inicia la comunicación
A través de un comunicado preventivo, el montañista informó: “Actualmente ya está en el web la página ‘Everest’ de Digital que puede visitarse en la dirección www.digital.com.mx/everest, en la cual ya se dispone de información sobre lo que es el Everest, su historia y los estudios que voy a realizar. Gracias a la facilidad de comunicación vía internet, los usuarios del chat podrán preguntarme todo lo que se les ocurra y, en la medida del tiempo disponible, iré dando respuesta.” Luego describió la ruta a seguir: “El campamento uno se instalará a 6,200 metros; de ahí avanzaremos por el Valle del Silencio para instalar el campamento dos a 7,300 metros, sobre la Ladera Lothse, y el último campamento lo instalaremos a 8,000 metros. La etapa final del ascenso implica escalar una ladera de hielo de 20 metros, bordeada por sendos precipicios de más de 2,000 metros de profundidad, conocida como el Escalón de Hillary.”
En efecto, el trayecto fue descrito por el propio Yuri a través de los reportes que estuvo enviando por medio de la página web. Estableció contacto en 10 ocasiones con cerca de 10,000 personas de todo el mundo, doscientas de las cuales participaron en el rally. Yuri describió momentos alegres, etapas tristes, situaciones peligrosas y aspectos humanos que experimentó en su ascenso. Entre ellos resumo dos: