Durante algún tiempo se ha hablado de la quinta generación de datos de telecomunicaciones, o 5G, como uno de los componentes básicos más importantes para avanzar en nuestra economía digital y la transformación conectada. Para 2025, se espera que México tenga la adopción más rápida de 5G en la región con el 14%, seguido de Brasil, con el 11%, y Perú, con el 10%.
Con una infraestructura inalámbrica mucho más sólida, conectaremos las nubes con los edges y una gran cantidad de dispositivos con personas de todo el mundo, pero quizás aún más importante, será el papel de la conectividad 5G en la introducción de la transformación digital en un camino sostenible para reducir las emisiones globales hasta en un 15% para el 2030. Esto ayudará en gran medida a reducir los costos, el uso de energía, las emisiones y los desechos, lo que para nuestra región tiene un impacto aún mayor considerando los desafíos económicos y ambientales que enfrentamos.
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Actualmente, las limitaciones de rendimiento obligan a los dispositivos de red 4G a funcionar a plena capacidad, lo que genera una ineficiencia energética constante. La mayor capacidad de 5G permite una reducción del 90% del uso de energía de la red y quizás 10 años de duración de la batería para dispositivos de Internet de las Cosas (IoT) de bajo consumo.
Desde la distribución de energía, hasta los desafíos en el suministro de alimentos, la conectividad 5G ofrece muchas otras soluciones innovadoras para continuar con nuestra transición digital. En cuanto a los mercados verticales, IDC espera incrementos importantes en los servicios de gaming, al reducir la latencia de los juegos en línea; en los servicios de logística, donde las personas tendrán un seguimiento en tiempo real desde la línea de producción, para revisar que se envíe el producto adecuado y tener una mayor seguridad en la compra y devoluciones; en una mayor automatización en las líneas de producción, con la integración de sensores para seguimiento y monitoreo de los productos, así como para la reducción de los tiempos de respuesta; en llevar conectividad a zonas que hoy no tienen cobertura como las nuevas áreas poblacionales alrededor de las grandes ciudades; y en la movilidad, se podrán optimizar los trayectos del transporte público y establecer una visualización centralizada de las emergencias y de seguridad pública para mejorar su gestión.
La agricultura representa otra oportunidad emocionante. Al implementar una gran cantidad de sensores interconectados que recopilan y analizan de forma remota datos precisos de cultivos, maquinaria y ganado, la industria se beneficiará de rendimientos optimizados a un costo mucho menor.
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La tecnología 5G, más que simplemente actualizar los ecosistemas de comunicaciones inalámbricas, impulsará la innovación global al conectarse con otras tecnologías. Los usuarios intensivos de datos como la Inteligencia Artificial (IA), IoT y la Realidad Extendida (XR) se beneficiarán tanto como las herramientas de alta precisión. Por ejemplo, la cirugía remota y los automóviles autónomos, que dependen de estándares de latencia ultrabaja. Tan solo en servicios, el primer año de operaciones de las redes de comunicaciones móviles 5G detonará un valor cercano a los 90 mil millones de pesos en México.
Hoy, las organizaciones administran más de diez veces la cantidad de datos que hace cinco años. Es decir, pasaron de 1,45 petabytes en 2016 a 14,6 petabytes en 2021. Por ello, para lograr procesar la creciente cantidad de datos de forma inalámbrica en tiempo real y en cualquier parte del mundo, será necesario el gigantesco ancho de banda y las velocidades de conexión ultrarrápidas que ofrecerá la tecnología 5G.
Construir redes 5G sostenibles es una tarea enorme que requiere de apoyo público y privado considerable para lograr infraestructura, dispositivos y servicios nuevos. Por eso, será fundamental impulsar una transición sostenible, para luego respaldar la recuperación económica crítica y potenciar las economías del futuro.
Contacto:
Luis Gonçalves, líder de Dell Technologies para Latinoamérica
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