Un congresista de Estados Unidos pidió al gobierno de Joe Biden negar la venta de la refinería Deer Park a la empresa estatal Petróleos Mexicanos (Pemex) por su “pobre” manejo corporativo.

Brian Babin, legislador republicano del estado de Texas por el distrito 36, realizó la solicitud en una carta dirigida a la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, y a la secretaria de Energía, Jennifer M. Granholm.

Las razones del congresista fueron que la compañía mexicana no tiene el talento técnico, gerencial ni ejecutivo para operar la refinería Deer Park de forma segura, además de que arriesga la economía y el medio ambiente local.

“Ninguna de las refinerías de Pemex en México puede compararse con las instalaciones de vanguardia en Deer Park, y es dudoso que Pemex pueda invocar su experiencia operativa, de cumplimiento y profesionales de mantenimiento necesarios para operar de forma segura una refinería integrada en los Estados Unidos”, declaró el congresista en el documento.

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Babin recordó que el historial negativo de Pemex con compañías estadounidense es “abismal”. Citó la negativa de pago de un contrato de 230 millones de dólares con una firma texana, Loadmaster Universal Rigs, arriesgando el sustento de 2,000 estadounidenses y lastimando docenas de firmas americanas.

“Pemex ha mostrado un largo patrón infame de negociaciones contractuales, corrupción generalizada, incluidos sobornos y tácticas descritas por sus víctimas como ‘terrorismo financiero'”, añadió.

Ante estas razones, el legislador texano envió una carta al regulador responsable de aprobar la venta, el Comité de Inversión Extranjera en Estados Unidos (CFIUS), con el objetivo de evitar la operación comercial.

El pasado 24 de mayo de 2021, la petrolera que dirige Octavio Romero Oropeza anunció la compra total a la empresa privada Shell por una refinería con capacidad para procesar 340,000 barriles.

Pemex desembolsará 596 millones de dólares más el valor de inventarios, tasados en un rango de 250 a 350 millones de dólares.

La operación dividió a los analistas sobre si fue una buena o mala inversión, pues mientras el mundo transita hacia el uso de vehículos eléctricos, la demanda de combustibles fósiles en México seguirá hasta 2050, según estimaciones del gobierno mexicano.

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