El consumo privado creció un 0.7% en el trimestre, su mayor aumento en tres años, mientras que la inversión pública se incrementó en un 0.6%.   Reuters    Un fuerte aumento del consumo privado compensó con creces la persistente debilidad de la inversión en Alemania, lo que contribuyó a que la mayor economía de Europa registrara un modesto crecimiento en el tercer trimestre y evitara una recesión, mostraron datos el martes. La Oficina Federal de Estadísticas de Alemania confirmó una estimación inicial que mostró un aumento del 0.1% en el Producto Interno Bruto (PIB) desestacionalizado en el período julio-septiembre. El consumo privado creció un 0.7% en el trimestre, su mayor aumento en tres años, mientras que la inversión pública se incrementó en un 0.6%. En conjunto, el consumo contribuyó con 0.5 puntos porcentuales a la expansión del tercer trimestre. El comercio también ayudó, con un alza de las exportaciones mayor que la de las importaciones. Por el contrario, la inversión en equipos cayó un 2.3%, mientras que la inversión bruta de capital y construcción también se redujo. En conjunto, la inversión restó 0.7 puntos porcentuales al PIB del trimestre. Pero en una señal positiva para el cuarto trimestre, los inventarios fueron un mayor lastre en el crecimiento, lo que sugiere un repunte para los meses finales del año. “No estamos en una recesión”, dijo al Parlamento el ministro de Finanzas, Wolfgang Schäuble, después de la divulgación del dato. “No hemos tenido tan buen crecimiento económico como lo teníamos antes, pero estamos desempeñándonos cerca de nuestra capacidad económica”, agregó. Schäuble defendió además a la “gran coalición” de Gobierno de la canciller Angela Merkel frente a las acusaciones de que no está invirtiendo suficiente en infraestructura, un gasto que a juicio de los críticos es vital para ayudar a estimular el crecimiento en Europa. Después de que la economía alemana se contrajo un 0.1% en el segundo trimestre, algunos economistas temían una recesión técnica con otra contracción en el tercer trimestre, afectada por la debilidad de socios comerciales clave de la zona euro, la desaceleración en China y la incertidumbre generada por la crisis de Ucrania. Pero Alemania logró registrar un leve crecimiento en octubre y ahora parece estar recuperando impulso. El lunes, el índice de confianza empresarial del centro de estudios Ifo repuntó con fuerza, ayudado por una caída del euro a mínimos de dos años frente al dólar y el descenso de los precios del petróleo. Un desempleo bajo, el aumento de los salarios y unas tasas de interés por los suelos están también prestando apoyo a la principal economía europea.

 

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