Por Mauricio Hurtado de Mendoza*

Paulatinamente los países levantarán las medidas de distanciamiento social, por lo que varias empresas ya tienen preparados –muchos de manera preliminar– planes de reingreso para procurar que la salud y seguridad de su fuerza laboral prevalezcan en los espacios físicos de trabajo. 

La “reincorporación” no podrá suceder al 100% desde el día uno por varios factores. Es posible que los colaboradores se reintegren de manera escalada, en gran medida respondiendo a la lógica y necesidades de cada industria. Adicionalmente será necesario considerar factores externos a la empresa como, por ejemplo, que el transporte público podría no trabajar bajo un esquema normal. Ante este escenario, las compañías podrían considerar “jugar” con una serie de factores, como escalonar los horarios de ingreso y sí, adoptar el trabajo remoto como un esquema permanente para aquellos puestos que así lo permitan. 

El home office y el incremento de la productividad

Los resultados de nuestra CFO Pulse Survey COVID-19 muestran que el porcentaje de directores de finanzas que esperan una pérdida de productividad debido al trabajo remoto se redujo de 55% al 6 de abril a 28% al 8 de mayo. Uno de los ejemplos más claros podría estar en las reuniones virtuales, en las que se ha registrado un uso más eficiente del tiempo, ya que los colaboradores tienden a ser más enfocados, asertivos y directos. ¿La razón? Ahora somos más respetuosos del tiempo porque solemos tener varias reuniones en un día, lo que también nos lleva a experimentar jornadas más prolongadas. En este aspecto es necesario tener cuidado de no generar esquemas “esclavistas” de trabajo.

En 2019 entró en vigor la NOM-035, con la intención de que las empresas atiendan los riesgos psicosociales que se pudieran presentar en los lugares de trabajo. Si bien una buena parte de las compañías se preparaba para adoptar de forma paulatina las medidas que esta norma establece, la contingencia ha provocado que su aplicación se acelere con el objetivo de mantener la salud física y mental de los colaboradores. 

La construcción de nuevo consumidor

Otro aspecto, que deberá estar muy claro en la mente de los empresarios, es que los hábitos de consumo jamás volverán a ser los mismos. De acuerdo con algunos expertos, el comercio electrónico creció en cinco meses lo que se pensaba repuntaría en tres años. Esto trajo para algunas empresas crecimientos de hasta 30%. Quizá observaremos un momento de estabilidad, pero no de retroceso. 

Esta transformación también conlleva desafíos: por un lado, demanda mayores medidas de protección contra ciberataques –y no solo para consumidores, sino también para colaboradores que podrían estar más expuestos por ejecutar su trabajo vía remota. Por otro, demanda mantener e incluso aumentar inversiones en automatizar ciertos procesos digitales. De acuerdo con los resultados la encuesta que mencioné anteriormente, casi la mitad de los CFO (47%) está considerando usar la automatización para mejorar la velocidad y exactitud de la toma de decisiones. 

En suma, la contingencia por COVID-19 marca un antes y un después. Hoy en día muchas empresas han revisado a fondo cómo hacer más eficientes sus operaciones. En este proceso, es muy probable que hayan descubierto que existía duplicidad en sus gestiones y buscarán desplazar algunos costos en aras de incrementar su eficiencia –según nuestro estudio, 91% de las empresas implementará contención de costos-. Si bien habrá que encontrar un equilibrio, el nuevo enfoque será tener aun mayor rigor.

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LinkedIn: Mauricio Hurtado de Mendoza

*El autor es socio director de PwC en México.  

Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

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