Después del colapso el fin de semana de las negociaciones para un acuerdo de reformas a cambio de dinero entre Grecia y sus acreedores, Atenas cerró sus bancos e introdujo controles de capital.   Reuters Los costos de endeudamiento gubernamental se dispararon el lunes en los países del sur de Europa, dado que los inversores comenzaron a temer que una votación en Grecia la convierta en la primera nación en abandonar el bloque monetario único. Los mercados de deuda de la zona euro contemplaron un vistazo del contagio que asustó a los inversionistas en el momento más álgido de la crisis de deuda de 2012, pero los costos del crédito en Italia, España y Portugal operaban a menos de la mitad de los niveles vistos entonces. El alza en los rendimientos de bonos en esos tres países, considerados los más vulnerables a lo que pase en Grecia, era significativa -entre 20 a 30 puntos básicos-, pero no igualaban los movimientos de mayo, cuando los inversores elevaron sus expectativas de inflación. Después del colapso el fin de semana de las negociaciones para un acuerdo de reformas a cambio de dinero entre Grecia y sus acreedores, Atenas cerró sus bancos e introdujo controles de capital. Además, llamó a votar el domingo para ver si los griegos concuerdan con las exigencias de los prestamistas, lo que los inversores ven como una votación de facto por la membresía del país en la zona euro. Si Grecia abandona la zona euro, eso podría elevar el riesgo para los inversores con bonos soberanos de otros estados miembros del bloque fuertemente endeudados. Pero aunque ha aumentado la probabilidad de que eso ocurra, aún no es el escenario base para los mercados. Sondeos han mostrado que la mayoría de la población en Grecia quiere mantenerse en el bloque. La correduría de apuestas Paddy Power muestra una probabilidad de dos en tres de que Grecia vote por aceptar los términos de los acreedores. El Banco Central Europeo inició hace menos de cuatro meses su programa de estímulo mediante compras de bonos por un billón de euros, que se extenderá hasta septiembre de 2016. El plan de alivio cuantitativo podría actuar como amortiguador y, según analistas, incluso podría acelerarse si el contagio afecta las perspectivas de crecimiento e inflación. “El mercado financiero está muy preocupado por la implicancia que podría tener una improbable salida de Grecia de la Unión Monetaria Europea”, comentó Markus Allenspach, jefe de investigación de renta fija en Julius Baer. “Dicho eso (…) el Banco Central Europeo tiene instrumentos mucho más poderosos a mano para limitar el daño en los mercados de bonos. Por eso, no creemos que se esté gestando una repetición de la crisis de deuda europea”, agregó.   Rendimientos de deuda Los rendimientos de los bonos españoles e italianos a 10 años subieron 20 puntos básicos, a un 2.31% y a un 2.36%, respectivamente. En tanto, los de Portugal subieron 30 puntos básicos, a un 3.05%. A mediados de 2012, todos ellos operaban con alzas superiores al 7%. Los rendimientos títulos alemanes a 10 años, considerados como refugio, cayeron 12 puntos básicos, a un 0.80%. La brecha entre los rendimientos de la deuda española y la referencial alemana alcanzó su mayor nivel en un año. Banqueros dijeron que había un volumen bajo de operaciones en un mercado donde es cada vez más difícil comprar y vender bonos. Durante las prolongadas negociaciones entre Grecia y sus acreedores, el mercado ha mostrado gran confianza en que se llegará a un acuerdo, pero ahora algunos inversores ven un riesgo sustancial de que el país abandone la zona euro. Los rendimientos de los bonos griegos llegaron a subir 16 puntos porcentuales, según la plataforma financiera Tradeweb, aunque estrategias advirtieron que controles de capital probablemente restringirían las transacciones de bancos domésticos que tienen la mayor parte de la deuda del país. El principal mercado accionario de Atenas estaba cerrado el lunes y permanecerá cerrado toda la semana.  

 

Siguientes artículos

bolsa-mexicana-valores-bmv-mercados
BMV y peso caen tras fracaso de negociaciones en Grecia
Por

El colapso de las negociaciones entre Grecia y sus acreedores obligó a Atenas a cerrar sus bancos.