La plaza estuvo abierta durante 72 horas. De Guerrero a la Ciudad de México, a Periférico y Viaducto, en Tlalpan.
“Déjense de chingaderas Salgado y abre Periférico”, le gritó un automovilista a “El Toro”.
“El INE va a caer”, le reviró un simpatizante de Félix Salgado Macedonio, quien dice identificarse con “El Toro”, con un chaleco color vino con las siglas de Morena.
Torero y matador invirtieron sus papeles durante este tiempo, oreja y rabo muy seguros para el Instituto Nacional Electoral (INE) y puro rabo para Morena y sus candidatos… al menos por un rato.
No obstante, el pañuelo blanco salió y será ahora el juez de plaza, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), quien decida indultar al Toro o propina su estocada final.
Salgado Macedonio salió al ruedo con la única premisa que tenía segura, el INE mataría cualquier aspiración que tuviera a la gubernatura de Guerrero y descabellar su movimiento.
Pronto se organizaron las porras de sol y sombra.
La de sol pronto se apropió de las puertas de acceso al INE, se apostó en la lateral de Periférico Sur y se acomodó. La comida y la fruta fluyeron, los arroces y los frijoles, la naranja, el plátano y la pera para los gritones.
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Ellos bailaban, cantaban, levantaban sus carpas, echaban una dormidita en sus carros o se levantaban para tomar el megáfono para criticar a Lorenzo Córdova y Ciro Murayama.
“Ya cayó, el INE ya cayó”, gritaban a la vez que coreaban a “El Toro” y Mario Delgado, dirigente nacional de Morena, quienes se paseaban por el ruedo, tomándose selfies, recogiendo documentos y atendiendo las muestras de afecto.
“La Ciudad de México está contigo Félix”, se escuchaba comúnmente. Lo cierto es que de unas 400 personas que estaban en la protesta, la gran mayoría eran de Guerrero y el Estado de México.
-¿No es una causa perdida la candidatura de Salgado Macedonio?, se le cuestiona a Cipriano Álvarez, quien dijo ser amigo del aspirante.
-Te lo digo con todo respeto, Félix Salgado será candidato implique o no una movilización y radicalización mayor”, contestó sin titubeos.
-“Es una pendejada lo que no quiere el Córdova es que Félix destape las corruptelas que hay en Guerrero”, atajó.
Salgado, con menos expresión pero muy activo en la plaza, comía un paquete de hamburguesa y refresco que un ayudante le trajo del Burger King más cercano.
Previo, habían organizado una colecta para juntar 20,000 pesos. Todos cayeron con lo que pudieron, dijo Mario Delgado.
“¿No se te atoró uno de 500 por ahí?, le dijo a un morenista, instalado en la carpa, color negro y con una enorme pantalla donde los candidatos seguirían la preparación del matador, el INE.
Al final, sólo juntaron poco más de 19 mil pesos para intentar amansar al matador.
“Si hacen falta 5 pesos o 10 pesos, pues los damos, aquí todo por Félix, lo vamos a respaldar, él es “El Toro de Guerrero”, lanzó Cipriano.
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Por largas horas, en medio de la crisis sanitaria, “la resistencia civil pacífica” de Salgado Macedonio no supo de la pandemia por COVID-19, por unas horas, su mitin fue una regresión a la campaña electoral pura.
“El Toro” salió con vida de ruedo, de buen ánimo y con la firme determinación de que aparecerá en la boleta de la contienda estatal para gobernador.
Así lo hizo saber a la plaza, que fielmente, coreó sus faenas afuera del Instituto electoral, desde amenazar la integridad de los consejeros, organizar sesiones de karaoke y bailes multitudinarios.
“Lorenzo Córdova, te digo, escúchalo bien, güerito nalgas meadas, ahora vas a tragar lumbre, vas a cargar con nosotros, como pueblo te lo pedimos una y mil veces por las buenas, hoy hiciste una chingadera”, dijo Agripino Sánchez, un simpatizante de Salgado que viajó desde Aguililla para apoyar al “Toro”.
La porra de sombra estaba en la lateral de Periférico que venía de una marcha lenta de unos kilómetros por el cierre de la vialidad.
Su arenga fue única y contundente por más de 5 horas. Mentarle la madre a todos los reunidos en el ruedo por la afectación.
Cuando se mencionaba a Mario Delgado o Félix Salgado, los automovilistas respondían tajantemente desde el claxon.
Los ánimos se calentaron de repente en la porra de sol ante tres espontáneos que saltaron al ruedo.
“Infiltrados, sáquenlos de aquí”, y pegaron la corretiza a tres hombres que siguieron a Mario Delgado hasta el baño donde le gritaron “traidor” y “chapulín”.
Pero pronto fueron despachados y salieron con rumbo desconocido.
La sesión del Consejo General del INE arrancó pasadas las 6 de la tarde. Desde una pantalla gigante, los morenistas siguieron la deliberación de los 11 consejeros.
Las mentadas de madre ahora pasaron a Lorenzo Córdova, el consejero presidente, y contra Ciro Murayama.
“Pinche mentiroso, ya cállate”, gritaban en coro unas mujeres originarias de Ayutla de los Libres cuando Córdova afirmó que Salgado Macedonio merecía la sanción por intentar violar la ley,
No menos radicales fueron las reacciones de los morenistas cuando los representantes del PRI, PAN y PRD tomaron la palabra.
El momento más álgido fue cuando el representante del PRD, Ángel Ávila, calificó como porros a los presentes al mitin.
Fueron gritos, mentadas de madre y diversas maldiciones las que recibió, como si la lateral de Periférico fuera por unos instantes la tribuna de una cancha de futbol.
Sergio Gutiérrez, representante de Morena, fustigó la actuación de Córdova y calificó sus acciones como vergonzosas.
“Es usted el nuevo Ugalde”, sentenció.
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