Este texto fue publicado originalmente el 2 de julio de 2018.  “Ya sólo falta Córdova”, se convirtió en una frase común pasadas las 22 horas del día en las instalaciones del Instituto Nacional Electoral (INE), el centro neurálgico de las elecciones más grandes y costosas en la historia del país. Los visitadores, observadores electorales y reporteros, a los que se les oía hablar en diferentes acentos y hasta en idiomas extraños al que dominaba en el recinto, se referían al anuncio de las tendencias electorales de la votación para presidente de la República con los resultados del conteo rápido que correría a cargo de Lorenzo Córdova, presidente del INE. Las encuestas de salida de las casillas electorales que anunciaban la victoria de la coalición encabezada por el partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), en al menos cinco estados que se disputaba la gubernatura, tan pronto como concluyeron las votaciones y dos horas más tarde la de Andrés Manuel López, fueron la referencia para actores políticos, ciudadanos y hasta mandatarios de otros países para asumir el resultado. Poco importó el llamado del titular del máximo árbitro electoral del país para no adelantar resultados y esperar la información que arrojaría el conteo rápido, un ejercicio científico estadístico que calcula con alto grado de precisión las tendencias de votación a través de una muestra representativa. El rumor de un anuncio previó a las 23:00 horas de los resultados del conteo cobró fuerza en los pasillos del INE. Pero si algo caracterizó a Lorenzo Córdova durante la jornada de más de 17 horas de actividades ininterrumpidas en el recinto al sur de la Ciudad, fue la puntualidad y el esperado anuncio no ocurrió hasta que el reloj marcó las 23 horas del 1 de julio. El silencio se apoderó del recinto cuando el rostro del funcionario del momento se proyectó en las pantallas que se instalaron en los espacios dispuestos para la cobertura de las elecciones, mismo que no se prolongó por mucho tiempo. Al anunciar el rango de votación por el candidato presidencial de la coalición Por México al Frente, Ricardo Anaya, que osciló entre 22.1 y 22.8%, se activaron susurros burlones en la macrosala de prensa y estos se intensificaron cuando se dio cuenta del rango de votos escrutados en el conteo rápido para José Antonio Meade, el candidato de Todos por México, que alcanzó entre 15.7 y 16.3%. Finalmente, las expresiones de asombro se desbordaron cuando se dio a conocer el rango de votos emitido en las urnas para el candidato de la coalición Juntos Haremos Historia, Andrés Manuel López Obrador, que osciló entre 53 y 53.8%.   Una jornada que concluyó en aplausos En opinión de algunos trabajadores, pero también para veteranos reporteros con experiencia en la “fuente”, cómo suelen llamar en el ámbito periodístico a los sectores en que se especializan los periodistas, éstas fueron las elecciones más tranquilas en las que han participado. El conato de incendio registrado en la feria de medios por un corto circuito durante las primeras horas de del día no fue el augurio para un proceso igual de accidentado. De hecho, uno de los mensajes más repetidos entre los consejeros del INE fue la relativa calma en la que transcurrió este ejercicio democrático. Esta “jornada pacífica” contrastó con el periodo de campañas, calificada por diversos especialistas como el más sangriento en la historia del país y que cobró la vida de aproximadamente 130 personas que se integraron a la contienda electoral, de acuerdo con el Informe de Violencia Política en México en 2018. No te pierdas: ESPECIAL DIGITAL | Los grandes retos de López Obrador Pero este dato sólo se hizo presente durante la primera sesión extraordinaria del día cuando en el Consejo General se guardó un minuto de silencio por los asesinados. Pese a estos acontecimientos, Edmundo Jacobo Molina, secretario ejecutivo del INE, reiteró que el 1 de julio fue una jornada ejemplar con una participación histórica. Antes de que los aplausos inundaran el recinto y los integrantes del INE se abrazaran, Córdova recordó: “el futuro de México reclama contribuciones de todas y todos, el futuro en democracia es ineludiblemente un proceso colectivo, cada persona desde hoy, desde su ámbito personal, profesional y académico puede contribuir no sólo a la reconciliación nacional que es indispensable después de todo proceso electoral, sino a modelar el México plural que hoy se ha recreado en las urnas”.

 

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