Por Rodolfo Martínez Septién* Si hay algo que marcará para la historia el año 2018, eso seguramente será la XXI Copa Mundial de la FIFA, una sucesión de partidos que tiene el poder de llevarnos a la euforia o a la tristeza en 90 minutos, dependiendo de la nacionalidad que se tenga o del país al que uno le vaya. En cambio, el pago de impuestos tiene la facultad de impactar a todos por igual… Así que, vamos a ellos. En Estados Unidos, a la fecha de escribir este artículo, su reforma fiscal aún no está resuelta. Según analistas, al presidente Trump le vendría bien políticamente anotarse un triunfo con la aprobación de su propuesta en lo principal. “El debate que definirá el futuro de la reforma se centra en cuestionamientos del apresuramiento en el proceso de la reforma, el incremento en el déficit que resulta del supuesto alivio fiscal a la clase media y la expectativa de generación de empleos derivada de la reducción de la tasa de impuesto a corporativo”, comenta Antonio Rodríguez, especialista en impuestos de RSM en Chicago, firma global de auditoría, impuestos y consultoría. Uno de los elementos más atractivos para ciertos contribuyentes, pero costosos para el fisco estadounidense, es la propuesta de reducción de la tasa de impuesto corporativo, del 35 al 20%. Existen otras medidas, como la reducción de tasas también para las personas físicas, la derogación del impuesto mínimo alternativo al Impuesto Sobre la Renta y la derogación gradual del impuesto sobre herencias y legados. De concretarse estas reformas, ciertamente mejoraría la posición competitiva de Estados Unidos, lo cual va en línea con lo que su presidente anunció en campaña. Cosa parecida sucede en Argentina, donde el presidente Mauricio Macri ha propuesto una reforma muy ambiciosa a implementarse, de manera gradual, en los próximos cinco años. Se plantea que el impuesto a las ganancias de las empresas pase del 35% actual, al 25% en cuatro años. “Es claro que se trata de una reforma ‘pro-mercado’, que apunta a bajar costos improductivos y que cuenta con un aumento de recaudación no producido con mayor presión tributaria, sino con el aumento de la inversión y la actividad económica que esto traería. También se apunta a ganar competitividad frente a otros países en la región, para hacer más atractiva la inversión de capitales internacionales”, apunta Jorge Pérez, socio de Impuestos de RSM en Argentina. Mientras tanto, Brasil parece querer limpiar de corrupción la casa; las reformas parecen, más bien, formales, en tanto se intenta crear un sistema de Impuesto al Valor Agregado, que agruparía diversos impuestos federales, estatales y municipales que existen actualmente, y lo mismo con el Impuesto sobre la Renta Corporativo. “Lo más significativo es que Brasil ha solicitado, este año, formar parte de la OCDE, lo cual hará que la legislación nacional se modifique para adoptar los principios del organismo, aunque algunos ya se contemplan en cierta medida, como en el caso de BEPS (Erosión de la base imponible y traslado de beneficios) y de Precios de Transferencia”, afirma Marcelo Sampaio, experto tributario de RSM en Brasil. En México, el fisco sigue cosechando los efectos de la reforma tributaria de 2014, año a partir del cual se ha duplicado la recaudación del impuesto sobre la renta y reducido la dependencia de los ingresos petroleros, del 40 al 16%. Pero estos beneficios, importantes como variables macroeconómicas, pudieran ser un autogol en el largo plazo, pues van acompañados de un raquítico crecimiento económico durante el sexenio del presidente Peña y de un notable aumento de la deuda en proporción al PIB. Dado que 2018 será un año electoral, no se prevén grandes cambios fiscales, sino sólo los relacionados con reglas de comprobantes digitales. Sin embargo, en caso de que en Estados Unidos se apruebe una reforma que disminuya significativamente la tasa de Impuesto sobre la Renta en empresas y/o individuos, seguramente México tendrá que hacer cambios importantes en su sistema tributario si no quiere perder competitividad. Yo creo que, mejor, hay que disfrutar del Mundial de futbol. *Socio Director de RSM México.   Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

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