La selacofobia organizacional detiene la integración laboral en las empresas. Lo que realmente frena el avance son los tiburones internos que conforman las organizaciones.   Actualmente se ha comparado el mundo empresarial con el de los depredadores tiburones. Mucho énfasis se ha dado en los medios de comunicación desde como emprender una empresa con el programa de “Shark Tank” o “Tanque de Tiburones” caracterizado por inversionistas estrictos en su manera de evaluación para elegir emprendedores visionarios. Existen dos clases de tiburones empresariales, los externos y los internos. Los tiburones externos a las empresas son la competencia, los financiamientos, el sector público, entre otros. Los tiburones externos pueden ser cazados con estrategias bien medidas para comerse a la competencia ofreciendo un mejor producto o servicio. Así que lo dice Richard Branson, visionario empresario fundador de Virgin Mobile “para vencer a la competencia innova, mejora y empatiza”. A la vez, para poder ser competitivo, las alianzas estratégicas comerciales hacen que las empresas crezcan en un esquema de ganar-ganar. De tal modo que los tiburones externos pueden ser controlados para la sobrevivencia empresarial. Sin embargo, lo que realmente detiene el avance en las empresas son los tiburones internos que la conforman. Esto se debe a que dentro de los comités ejecutivos existan bloqueos internos que no permitan el trabajo en equipo entre los directivos que toman decisiones. ¿Cómo trascender el miedo ante la sobrevivencia empresarial? Esto se puede lograr a través de programas de integración profesional.
  1. El CEO debe ser el líder que genera confianza al equipo: El liderazgo del CEO se transmite en toda la empresa. John C. Maxwell, escritor de libros de liderazgo ha dicho, “El personal determina el potencial del equipo. La visión determina la dirección del equipo. El trabajo determina la preparación del equipo. El mando determina el éxito del equipo”. Si el CEO “el gran tiburón blanco” no es un líder alineado a sus colaboradores, difícilmente existirá integración en toda la empresa. Los líderes de la empresa deben de tener empatía con sus colaboradores y estar abiertos a escuchar sus necesidades. La selacofobia, o miedo irracional a los tiburones, es lo que detiene el crecimiento interno de las empresas.
  2. Crea un equipo diverso: El capital humano es el activo más importante en las empresas. La globalización está permitiendo hacer negocios de una manera más rápida y efectiva. Para poder llegar al éxito, las compañías necesitan mantener el talento y las habilidades requeridas para tener una ventaja competitiva y eso significa conservar diversidad en el equipo. Esto incrementa la creatividad, la innovación y el potencial de las personas.
  3. Rodéate de personas que quieren cambiar el mundo: En la toma de decisiones, es muy importante que el mapeo mental de los líderes vaya hacia la misma dirección. Si los tiburones van nadando en diferentes rumbos, jamás habrá integración ni enfoque hacia la visión de la empresa.
  4. Crea un plan de desarrollo profesional para los empleados: Cuando los empleados tienen incertidumbre de su desarrollo profesional, la empresa tendrá niveles altos de rotación. Esto es costoso e impide la integración del equipo. Organizaciones exitosas impulsan el desarrollo y crecimiento de sus empleados por medio de mentores profesionales no importa el nivel del empleado, lo hacen desde que son practicantes hasta llegar a altos niveles directivos.
No cabe duda que el mundo de los negocios está lleno de tiburones por fuera y por dentro de la empresa. Para que una empresa trascienda y logre sus objetivos, debe entender que los tiburones internos son los peores enemigos en el crecimiento organizacional. La integración laboral es esencial para alinear desde el liderazgo del CEO hasta los empleados que buscan un crecimiento profesional, lo cual generará una sobrevivencia interna para poder competir en el mar de empresarial contra tiburones externos.

 

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