Su gusto por la cerveza llevó a Luis Enrique de la Reguera a cambiar su trabajo como diseñador industrial a fabricante de esta bebida de forma artesanal, junto con varios amigos más. Hace tres años se fundó la marca Cru Cru en la Ciudad de México, en medio de un callejón de la colonia Roma, donde tienen una planta que también funciona como atractivo turístico. “Nos juntamos varios amigos que siempre hemos tenido un amor por la cerveza. Cada uno tiene su diferente historia. En mi caso, siempre he tomado cerveza y siempre estuve muy interesado por los sabores, más allá de una cerveza convencional”, cuenta Luis Enrique. El diseñador industrial señala que el segmento de cerveza artesanal tiene oportunidad de seguir creciendo, pues apenas abarca el 0.1% del mercado total. “El mercado de la cerveza artesanal en México está creciendo a pasos agigantados, pues todos los días nacen cerveceras nuevas, pero también siento que se están consolidando algunas marcas y a mí me encantaría que Cru Cru estuviera en eso, y es hacia donde estamos poniendo los esfuerzos”, dice. La cervecera tiene una capacidad instalada de aproximadamente 4,000 litros al mes y el plan es aumentarla a 6,000 litros instalados para este año, para lo cual se compraron tanques. En total, la empresa tiene alrededor de 35 puntos de venta y espera llegar a distribuidores más grandes y cadenas como Beer House. La firma vende a los turistas del Turibus de la Ciudad de México, así como en un bar llamado Terraza Cru Cru, y en varios centros de consumo Entre los retos que ve Enrique de la Reguera están los elevados impuestos que pagan los cerveceros artesanales, que es mayor al de las grandes empresas que fabrican esta bebida de forma industrial. “Los esquemas de impuestos no son muy amables con los artesanales. Hay impuestos diseñados para que la gente no compre cerveza artesanal o bebidas alcohólicas en general”, agrega. Por cada litro que la cerveza industrial vende, se pagan 4.28 pesos de Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) antes del Impuesto al Valor Agregado (IVA), en comparación con el 11.92 pesos que paga la cerveza artesanal, de acuerdo con con la Asociación Cervecera de la República Mexicana (Acermex). Por otra parte, Luis Enrique explica que las condiciones del agua no son las mejores en la Ciudad de México, al igual que las elevadas rentas de locales y espacios para la llegada de camiones. “Tenemos una planta tratadora de agua, para dejar el líquido como nosotros la necesitamos. Nuestra cervecería está en medio de un callejón en el centro de la colonia Roma, en la Romita”, comentó. Te recomendamos: Cerveza mexicana supera a Alemania y va por Brasil

 

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