- Nunca –no importa el bando– tome las palabras de un político o sus centinelas al pie de la letra. Siempre lea entre líneas. Recuerde que los políticos no son líderes morales, sino empresarios del poder; siempre intentarán ampliar su margen de ganancia. Detrás de toda palabra hay una venta.
- Ejercite su memoria. Los políticos prometen el futuro para ganar el presente y olvidar el pasado (o viceversa). Por eso decía Orwell que “los que controlan el presente controlan el pasado, y los que controlan el pasado controlan el futuro”.
- Siempre sospeche de los medios de comunicación. Consúltelos para conocer la agenda –y entre más medios, incluso los vendidos, mejor–, pero nunca para saber la verdad. Recuerde que en el periodismo también hay intereses, puntos de vista, corrupción, inserciones y censura. No olvide los medios internacionales, particularmente los independientes, y tenga especial precaución con las redes sociales, a menudo fraudulentas.
- Identifique a los líderes de opinión serios y confiables. “Por sus frutos los conoceréis.” Académicos, investigadores, científicos, intelectuales, artistas, empresarios, periodistas y demás partícipes de la vida pública. Sígales la pista… pero no olvide la falacia magister dixit como la formuló Christopher Hitchens: “Juzgue a todos los expertos como si fueran mamíferos.”
- Siempre verifique las fuentes de información: datos, estadísticas, mediciones y citas, especialmente de las instituciones del Estado y grupos de interés. Como dice una frase atribuida a Mark Twain: “Los hechos son obstinados, pero las estadísticas flexibles.”
- Tome con cautela los chismes del círculo cercano. Si se lo dijo su compadre, quizá no sea verdad.
- Tenga especial cuidado con las teorías de conspiración, las amenazas apocalípticas, los dogmas de fe, los estereotipos, las ideologías, las generalizaciones y demás absolutismos –la política raramente es monolítica.
- También tenga especial cuidado con los líderes sociales, activistas, agrupaciones, sociedades y militantes… las membresías siempre comprometen; prefiera las organizaciones independientes de la sociedad civil y los individuos autónomos, pero nunca olvide verificar la fuente.
- No se deje manipular por sentimentalismos. Los populismos explotan la pobreza y la desigualdad, los conservadurismos la moral y el statu quo; desconfíe de los héroes, villanos, proezas y noches tristes de la historia oficial.
- Desconfíe, también, de decálogos como éste y similares prescripciones. Formule sus propias conclusiones: al menos gozará de autonomía. Resista los convencionalismos y tradiciones, especialmente la opinión de la mayoría. Como dijo Oscar Wilde, “cuando la mayoría está de acuerdo conmigo, siento que debo estar equivocado”. Investigue, lea, discuta, debata, desafíe, dude. México es un país con libertad de pensamiento y expresión –aproveche.
Pablo Majluf es periodista y maestro en comunicación por la Universidad de Sydney, Australia. Es coordinador de Información Digital del Centro de Estudios Espinosa Yglesias (CEEY). Las opiniones de Pablo Majluf son a título personal y no representan necesariamente el criterio o los valores del CEEY. Contacto: Twitter: @ceeymx Facebook: ceeymx Página web: CEEY Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.