“Muchos de nuestros vecinos en Denver están luchando contra esta crisis de salud pública. No hacer nada sería una grave injusticia”, dijo Brooks en un comunicado, y apuntó que “el programa piloto creado por esta ordenanza es una señal de que nuestra ciudad está comprometida a salvar las vidas de nuestros vecinos”. El sitio no utilizará fondos públicos para su funcionamiento, y sería operado por una entidad sin fines de lucro o gubernamental que trabaje con adictos, y deberá estar a más de 300 metros de distancia de escuelas y guarderías. El plan establece que el sitio proporcionaría acceso a jeringas limpias, tiras reactivas de fentanilo, antídotos para casos de sobredosis y atención de consejeros que pueden recomendar tratamientos para trastornos por abuso de sustancias, servicios médicos y de salud mental. Los miembros del cabildo visitaron un sitio de inyección similar en Vancouver, Canadá, a principios de este año, cuando la legislatura estatal consideró un proyecto de ley de sitio de inyección seguro, que finalmente fracasó. La legislatura tendría que aprobar un nuevo proyecto de ley que permita a los municipios locales iniciar sitios de inyección seguros antes de que Denver pueda avanzar en su plan. También puedes leer:When we view people as simply “addicts” we rob them of their humanity, and it becomes easy to stigmatize or ignore their pain. This bill isn’t about addicts.This is about our neighbors. Neighbors experiencing addiction. https://t.co/sttZcnAEI1
— Albus Brooks (@AlbusBrooksD9) November 27, 2018
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