- Comunicación intensa: López Obrador necesita comunicarse constantemente con sus seguidores sin intermediarios. Ha sufrido a lo largo de los años la persecución y crítica de medios de comunicación que lo han ridiculizado y estigmatizado. Si bien la mediación de la radio, la TV y las redes sociales será inevitable, no desea que su gobierno sea definido por cadenas comerciales, locutores y noticieros. Sólo él puede transmitir sus mensajes y en la plaza pública puede presentarse sin dobleces y moverse al ritmo espontáneo de la audiencia que lo alimenta. Por eso dice “No dejemos de encontrarnos: mantengamos siempre la comunicación. No habrá divorcio entre pueblo y gobierno”.
- Autenticidad: para AMLO en la plaza pública están sus orígenes, el crisol de su liderazgo. Es hombre de marchas y manifestaciones en espacios abiertos, no de salones o lugares cerrados. En la plaza es auténtico; ahí florece su discurso, es su lugar preferido para tocar corazones, infundir esperanza, convertir a incrédulos y doblegar a oponentes.
- Energía: López Obrador ha sobrevivido durante años como líder disidente por su contacto directo con el pueblo. En la plaza pública se ha llenado de energía y fuerza para luchar contra quienes le ofrecen resistencia. De ahí que AMLO declare: “Yo les necesito, porque como decía Juárez “con el pueblo todo, sin el pueblo nada…”
- Exposición y sometimiento de adversarios: AMLO sabe que en la plaza puede exponer públicamente a sus adversarios; exponer los pecados de quienes lo critican y lo confrontan y derrotar los argumentos de sus oponentes desde el ángulo moral más conveniente. AMLO piensa que ahí nadie podrá defender un elevado salario que atenta contra la austeridad republicana o una reforma que se ha hecho a espaldas del pueblo. Por eso pide a su pueblo “No me dejen solo porque sin ustedes no valgo nada o casi nada; sin ustedes, los conservadores me avasallarían fácilmente. Yo les pido apoyo…”.
- Legitimación: Para López Obrador estar del lado del pueblo es más importante que la ley y es en la plaza pública donde legitima sus acciones. A través de consultas o de la movilización de sus simpatizantes, AMLO recibe la instrucción popular de llevar a cabo sus proyectos y la aprobación para sus planes. El pueblo manda. Así se explica su llamado a discutir “en todas las plazas públicas de México si avanzamos o no, con el propósito de que haya transparencia y acabar con la corrupción y la impunidad. Analicemos en las casas, calles y plazas si mejora o empeora la situación económica y social de nuestro pueblo…”
Desde la plaza pública AMLO domina y doblega
López Obrador se asume parte del pueblo y se debe al pueblo y ese vínculo es el que marca su liderazgo y explica su ascenso al poder. Deja entrever porqué la plaza forma parte de su estilo.
Por Antonio Ocaranza Fernández*
El discurso del 1 de diciembre en el Zócalo fue el más revelador de Andrés Manuel López Obrador como presidente constitucional. AMLO se nutrió de la energía, del afecto y del aplauso de sus simpatizantes y anticipó que cada año, ahí mismo, revisará con el pueblo el cumplimiento de sus promesas.
Se puede anticipar que el presidente López Obrador recurrirá a la plaza pública a encontrarse con sus seguidores más de una vez al año. AMLO se asume parte del pueblo y se debe al pueblo y ese vínculo es el que marca su liderazgo y explica su ascenso al poder. Al final de su discurso dejó entrever porqué la plaza pública forma parte esencial de su estilo de gobierno. Aquí comparto cinco razones: