Los inversionistas más avezados no sólo no están preocupados por la caída en el precio de los metales preciosos monetarios, sino que agradecen la bendición que significa el comprarlos cada vez más baratos.   El miércoles pasado, la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos anunció la terminación de su tercera ronda de estímulos monetarios conocida como “flexibilización cuantitativa” (QE3, por sus siglas en inglés). Aunque la mayoría del mercado anticipaba este movimiento, lo cierto es que, de nueva cuenta, esto fue utilizado por los manipuladores para inducir una baja muy pronunciada en los precios de los metales preciosos monetarios, el oro y la plata, que el viernes cayeron a mínimos de cuatro años. Como hemos explicado, lo único que tienen que hacer las manos que mueven el mercado tras bambalinas, es echar cuesta abajo la bola de nieve con una venta lo suficientemente pesada como para arrastrar las cotizaciones hasta el punto en que se disparen las órdenes “stop loss” que magnifican los efectos. Debido a esto, el oro rompió el firme soporte que había experimentado alrededor de 1,180 dólares la onza troy, para cerrar la semana en 1,173.30. Intradía bajó hasta casi $1,160. La plata, por su parte, cerró en 16.24 dólares la onza. ¿Cómo podemos saber que se trata de operaciones amañadas? Bueno, los manipuladores dejan impresas huellas que no pueden borrar. Éstas constituyen evidencia de que las caídas fueron orquestadas en el mercado de papel (futuros y forwards), que no está reflejando en absoluto lo que sucede en el mercado físico. Dichas pistas las encontramos en los indicadores exclusivos de la Nueva Escuela Austríaca de Economía, la Base y Cobase del oro y la plata, que comentaremos más adelante. Hace un mes aquí expusimos cómo los ultrarricos están registrando compras récord de lingotes de 12.5 kg de oro. También que las ventas de productos de metales preciosos en las principales casas de moneda del planeta están en niveles históricos. En India, China, México y otros países, los sobreprecios observados en barras y monedas de metal fino se han disparado a entre 15 y 20% sobre el precio spot (al contado), muy por encima de niveles normales. A los seguidores de la Base y Cobase del oro y la plata esto no les sorprende en absoluto. Ambos indicadores son señal de cómo está la oferta y demanda de ambos, pero en forma física. En cuestión de metales preciosos, este tipo de tenencia es la importante porque no constituye ningún tipo de promesa de pago, como sí lo es cualquier clase de certificado de papel. Por eso es la que interesa a los inversores en valor, pues saben de sobra que no hay mejor seguro financiero que el oro, seguido de la plata. Los especuladores, en cambio, sí se interesan más por inversiones en papel, por lo que su atención siempre se centra en el precio del metal precioso –mas no en el valor, representado siempre en términos de divisa fíat: dólares, pesos, euros, yuanes, etcétera–. La mayoría de estos inversores sí sudan al ver que el precio sigue hacia abajo. Los inversionistas más avezados –cuya mayoría se encuentra en Asia–, no sólo no están preocupados por la caída en el precio de los metales preciosos monetarios, sino que agradecen la bendición que significa el comprarlos cada vez más baratos. Dado que acumulan con regularidad, comprar a mejores precios implica que su costo promedio de adquisición continúa descendiendo. Para ellos, sus posesiones de oro son tanto un tema de seguridad como un asunto de poder. En octubre dijimos que según las lecturas de Base y Cobase, la plata estaba en backwardation. Como el oro no tenía la misma condición, advertimos que era más susceptible de nuevos ataques. Así ocurrió y por eso le informo que la pareja de metales monetarios ya está junta en una backwardation, que se disparó con el desplome de los últimos días de octubre. El gráfico siguiente, cortesía de Sandeep Jaitly de Feketeresearch.com, nos da muestra de ello. La Base y Cobase del oro aparecen en azul y rojo, respectivamente (continúa después del gráfico).   Base y cobase del oro noviembre 2014   Hay backwardation cuando el precio al contado (spot) es más alto que el del contrato de futuros más activo, el de diciembre en este caso. Lo normal es que sea al revés. Debido a eso, la Base –diferencia entre el precio futuro y el spot– debe ser positiva; la Cobase –diferencia entre el precio spot y el futuro– negativa. Cuando la curva se invierte y tenemos base negativa y cobase positiva, existe backwardation. Backwardation significa que hay “escasez” de oferta de oro y plata para una fuerte demanda física. Por eso, quien los quiera entregados hoy deberá pagar un sobreprecio, que hace que la cotización con entrega futura se abarate. En suma, aun con un precio descendente –que en apariencia se supone debería indicar una falta de demanda por esos metales, gracias a la backwardation– sabemos que el apetito por oro y plata físicos es muy fuerte. Se evidencia la desconexión que existe entre el mundo real y el de papel. Ésa es la principal huella que dejan los manipuladores. El problema está en que mientras operan, poco a poco van vaciando las arcas occidentales en beneficio de las asiáticas, de donde el oro y la plata no volverán. Un cambio global de poderes está en marcha.   Contacto: Correo: [email protected] Twitter: @memobarba Blog: Inteligencia Financiera Global     Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

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