Ingrid y Manuel sólo vinieron a confirmar lo que ya sabíamos: en materia agropecuaria, el país sigue estancado y no ha hecho las reservas de alimentos necesarias para evitar que en casos como éste, la inflación dispare los precios.     Mientras el paso de los ciclones Ingrid y Manuel sigue causando estragos y sacando a la luz no sólo una serie de anomalías cometidas por administraciones pasadas, principalmente en lo que a infraestructura se refiere, ahora quedan una serie de tareas que completar y de lecciones por aprender. Pero también nos queda enfrentar la crisis que viene porque varios de los estados golpeados por estos meteoros son importantes productores agropecuarios y de sus tierras sale gran parte del alimento que se consume en el país. Los estados más golpeados son los ubicados en el sureste del país, en los que la mayoría de su población vive de la producción del campo, mientras que otra parte importante vive del autoconsumo. Entre los estados más afectados están Chiapas, Guerrero, Oaxaca, Puebla y Veracruz, entidades donde la producción pecuaria y agrícola representa casi 23% del total nacional y alcanza un valor de 159,077 millones de pesos. Por otro lado, Sinaloa y Jalisco, importantes productores de maíz y jitomate, éste último uno de los alimentos que influyen en la inflación, también reportan daños importantes en el campo. Chiapas, Jalisco, Sinaloa y Veracruz son importantes productores de huevo a nivel nacional, lo que nos prende ya el primer foco rojo: hace menos de un año el precio del huevo alcanzó niveles de 60 pesos por kilo a causa de un brote de gripe aviar. Ahora, en días en los que se habla de que el país atraviesa por un periodo recesivo, para sentir los efectos de Ingrid y Manuel no es necesario vivir en las zonas afectadas porque todos padeceremos el alza en el precio de los alimentos. Otro caso es del jitomate. Por su alto consumo entre la población, es uno de los cinco cultivos con más alta participación en el valor de la producción agrícola en México y se ubica entre los genéricos agropecuarios con mayor peso en el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC). De alguna forma, este cultivo decide si la inflación en el país sube o baja, por lo que cualquier alteración en su producción, ya sea al alza o a la baja, repercutirá en los bolsillos. Otros cultivos como la carne de res, la leche, el pollo, la carne de cerdo y el huevo tienen una ponderación en el INPC mayor que la del jitomate, sin embargo, este último fue el producto agropecuario que tuvo mayor incidencia promedio (a la alza y a la baja) sobre la inflación mensual general en México entre enero del 2010 y mayo del 2012. Entidades como Michoacán, principal productor de aguacate en el país, reporta que este año su sector agropecuario ha sido afectado por 80 eventos climáticos, lo que repercutirá en su producción y por ende también en los precios y en la calidad de vida de sus productores. En la última década, el campo mexicano ha crecido solamente una tasa de 1.34%, lo que muestra que los esquemas aplicados para aumentar la producción y de reconversión de suelos no han rendido frutos. Ingrid y Manuel sólo vinieron a confirmar lo que ya sabíamos: en materia agropecuaria, el país sigue estancado y no ha hecho las reservas de alimentos necesarias para evitar que en casos como éste, la inflación dispare los precios.     Contacto: email: [email protected] Twitter: @julianafregoso     *Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

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