Un equipo internacional de científicos ha desvelado las mutaciones que están detrás de una de las malformaciones congénitas más frecuentes en el corazón, un descubrimiento que podría ayudar en el futuro a diseñar posibles terapias farmacológicas alternativas a la cirugía.

La “válvula aórtica bicúspide” es la malformación congénita más común en los seres humanos, y afecta a entre el 1 y el 2 por ciento de la población, y consiste en la presencia de dos valvas asimétricas en lugar de tres simétricas, informó este miércoles el español Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC), que ha liderado el trabajo.

Esa malformación causa a menudo estenosis valvular, endocarditis y está asociada con una calcificación temprana de la válvula aórtica, y en la actualidad el único tratamiento disponible es la sustitución quirúrgica de la válvula.

En la investigación, cuyos resultados publica la revista Jama Cardiology, han participado el Hospital Hadassah y el Hospital Sheba (Israel); el Hospital Europeo Georges Pompidou y la Universidad de París (Francia); la Universidad de Amberes (Bélgica); el Centro Médico de la Universidad de Radboud (Países Bajos); la Escuela de Medicina de Harvard (E.U.); y el Instituto Karolinska (Suecia).

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Revelan mutaciones que originan una de las malformaciones más frecuentes de corazón

Aunque la única solución actual a esta malformación del corazón es la cirugía para sustituir la válvula dañada, los resultados de la investigación sugieren que este escenario podría cambiar, tras revelar los investigadores que algunas mutaciones nuevas, sumadas a otras que ya se habían descrito en un gen (el MIB1) son la causa de la válvula aórtica bicúspide.

El investigador del CNIC José Luis de la Pompa señaló en una nota de prensa difundida este miércoles por el CNIC que esta información podría tener un importante impacto en la sociedad, ayudando en el futuro en el diseño de posibles terapias farmacológicas y alternativas que conduzcan a la reducción de la sustitución quirúrgica de la válvula.

Para el investigador, “esto es especialmente relevante ya que la válvula aórtica es la malformación congénita más común” y podría contribuir además a reducir los altos costes que el tratamiento de esta enfermedad supone para el Sistema Nacional de Salud.

La investigación combina la secuenciación del genoma y de genes candidatos en una cohorte familiar, el estudio de asociación de variantes raras en cohortes adicionales y también el estudio de asociación de variantes comunes en una tercera cohorte más grande, explicó Idit Tessler, del Hospital Sheba (Israel) y colíder del estudio. 

Además, el análisis de mutaciones se realizó en pacientes de diferentes poblaciones, lo que proporciona una mayor solidez al estudio, destacó el CNIC.

Posteriormente, se validaron los resultados en modelos de ratones in vivo con el objetivo de analizar los mecanismos específicos por los cuales ese gen (MIB1) es tan importante para el desarrollo correcto del corazón, y para ello se introdujeron esas mutaciones en el genoma del ratón.

Tras introducir estas mutaciones en ese gen los investigadores observaron que los ratones desarrollaban la válvula aórtica bicúspide con una frecuencia elevada, a diferencia de lo observado en los pacientes que presentan la malformación con un único alelo mutante para el mismo gen. 

Este trabajo, informó el CNIC, forma parte de la tesis doctoral de la investigadora Rebeca Piñeiro-Sabarís, y ha contado con financiación del Ministerio de Ciencia e Innovación español.

Con información de EFE

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