- Un historial crediticio nuevo es de esas cosas que no apreciamos. Cuando eres joven, tu historial está limpio, no hay deudas, no hay una mala calificación, ¡NADA! Está ahí listo para que definas qué tan bien o mal manejas tus créditos. Sólo porque el banco te ofrezca una tarjeta de crédito como regalo por tu mayoría de edad, no significa que debas aceptarla. Los instrumentos financieros que aceptes en un mal momento de tu juventud pueden marcar tu vida crediticia para siempre. ¡Ten cuidado!
- Tienes oportunidad de ahorrar. Un ahorro mínimo desde temprano puede reducir tu edad para el retiro o incrementar significativamente la cantidad de dinero que recibas en tu jubilación. Claro que aquí también influye el instrumento que escojas y tu constancia.
- En la mayoría de los casos, juventud = buena salud. Cuando eres joven, los seguros médicos son más baratos. Quizás en tus veintitantos sientas que es dinero tirado a la basura, pero cuando te enfermes a los treinta y tantos, agradecerás haberlo contratado pronto.
- Los estudiantes tienen acceso a muchos descuentos. La credencial escolar es tu gran amiga a la hora de ahorrar. ¡Aprovéchala mientras puedas! En unos años te arrepentirás de todo el dinero que perdiste por pagar el precio completo.
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