La devaluación del peso es un arma de doble filo para las empresas que ganaron proyectos energéticos en México. Un dólar caro ayuda a las empresas extranjeras a hacer rendir más su inversión, porque se abaratan los gastos y el costo de la mano de obra en comparación con los importados. Para las empresas mexicanas que buscan invertir en el sector eléctrico, el efecto es el inverso. “Si el capital es nacional, la inversión es más alta, no porque se les encarezca (sino) simplemente porque muchos de los activos que tienen que adquirir se adquieren en el extranjero y son en dólares”, destacó Héctor Valencia, experto en finanzas y catedrático de Posgrado en la Escuela Bancaria y Comercial (EBC). El sector energético en México se encuentra en una etapa de licitaciones, análisis de proyectos y en algunos casos de inversiones como resultado de la Reforma Energética. En una primera etapa, la Secretaría de Energía (Sener) calculó una inversión de 62,500 millones de dólares (mdd) en inversiones. Aunque hace seis meses, la dependencia recortó a una tercera parte su expectativa de inversiones por la Reforma, es decir, 40,142 mdd. Pero las más afectadas son las empresas que hoy tienen que invertir en dólares a sabiendas que sus ingresos los venderán en pesos. Tal es el caso de los proyectos eléctricos –en instalación de nuevas centrales eléctricas, se esperan inversiones por 23,790 mdd. El declive del tipo de cambio comenzó a principios de 2008, cuando se mantenía entre los 10 y 11 pesos por dólar, pero a mediados de ese mismo año, cuando comenzó la crisis en Estados Unidos y Europa el dólar tocó niveles de 15 pesos. En 2009 los efectos de la crisis de Estados Unidos aún se sentían. A principios de ese año, mientras que en México recién se había desatado una epidemia de influenza AH1N1, el tipo de cambio tocó un nivel de 13.91 pesos por dólar. Para 2010 y hasta 2015, la moneda se ubicaba entre los 12 y los 13 pesos por dólar. A finales de 2015 alcanzó los 17 pesos por dólar. En febrero de 2016, el tipo de cambio se ubicaba en 19 pesos por dólar debido a la caída de los precios del petróleo a menos 50 dólares por barril. También puedes leer: Déficit de talento, la crisis que viene para el sector energético En enero de este año, el tipo de cambio superó ligeramente la barrera de los 22 pesos, cuando Donald Trump asumió como presidente de los Estados Unidos. Los contratos realizados tiempo atrás fueron hechos con un tipo de cambio muy por debajo del actual (19 pesos por dólar). Ante esas eventualidades, las empresas tienen cláusulas o coberturas que ayudan a mitigar estos problemas. Las coberturas definen los pagos que tienen que hacer las empresas y sobre esa base definir las cantidades de dólares que deben de tener. “Las empresas dicen me voy a cubrir con cobertura de ‘X’ cantidad de dólares al tipo de cambio en que se negoció el contrato, para utilizarlo en un periodo ‘X’ de tiempo”, comentó Guillermo Pineda, especialista del sector energético de PWC. Para Juan Francisco Torres Landa abogado especialista en temas de petróleo y es socio del despacho internacional Hogan Lovells BSTL existen dos categorías en el tratamiento de los contratos en la industria energética:
  • Una en la cual existen amortiguamientos que son pactados por las mismas partes.
  • Y otra en la cual el amortiguamiento lo tiene que absorber, la parte que esta con el riesgo cambiario y que no quiere jugársela a no tener una incidencia mayor, si ese tipo de cambio sale de cierto rango.
Si las empresas no pueden definir esos mecanismos, en ese caso, el que tenga la responsabilidad o que este más en riesgo de un movimiento cambiario abrupto, tiene que asegurarse de tener a su alcance herramientas para amortiguarlo, que básicamente son formas de cobertura. Un ejemplo de estas coberturas lo da Bancomer con una empresa que fabrica componentes electrónicos que vienen de Estados Unidos y que paga en dólares y los vende en Europa en euros. La empresa adquiere los componentes en Estados Unidos a 15 dólares la unidad con un tipo de cambio de 1.50 euros, y además tiene firmado un acuerdo por 50,000 unidades anuales. El problema es que su margen de beneficio es bastante bajo, por lo que en caso de que el dólar se aprecie respecto al euro a 1.25 euros necesitaría pagar doce euros por componente, perdiendo buena parte del margen de su negocio que es de tres euros. Para evitar esto, compra un futuro en el mercado de divisas por cinco millones de dólares dentro seis meses a un tipo de cambio de 1.40 euros. De este modo a los seis meses se habrá asegurado parte de los dólares que necesita a un tipo de cambio ya acordado. A los seis meses necesitará 7.5 millones de dólares. Si el tipo de cambio está a 1.30 euros, el precio será de 5,769 euros. Si estuviera a 1.60 euros el precio sería 4,687 euros. En cambio, por la operación que ha realizado se asegura cinco millones a 3,571 euros. Si el tipo de cambio se encuentra a 1.3 euros, el resto (dos millones y medio de dólares) lo conseguirá a 1,923 euros mientras que si estuviera a 1.6 lo haría por 1,562,500 euros. En uno de los dos casos sale perdiendo, pero en caso de un resultado desfavorable de los tipos de cambio no perdería tanto como lo haría normalmente. “El tamaño de la inversión es relevante si se requiere para desarrollar la industria. Hablemos de poner una refinería. Esto implica conseguir muchos activos que están cotizados en dólares. Si tenían un presupuesto hace seis meses, hoy en día tienen un presupuesto de 1.80 o 2 pesos arriba más por dólar”, destacó Héctor Valencia, experto en finanzas y catedrático de Posgrado en la Escuela Bancaria y Comercial (EBC). La razón por las que el sector petrolero está mejor protegido en la naturaleza global de ese mercado y la dimensión de los proyectos, suficientemente grandes y costosos como para justificar coberturas. “También los ingresos y la venta de cualquier energético se produzcan en México se cotiza en dólares –indica Valencia–. El sector tiene la ventaja de que el precio de venta por naturaleza sea en dólares: es favorable en la medida que suba (el dólar) o desfavorable si baja”. Además de que este tipo de empresas tienen acceso a coberturas cambiarias, añade. Pero existen sectores, como el de renovables y el eléctrico, a los cuales definitivamente afectará un dólar más caro. “Yo creo que el sector más afectado es el de renovables, porque es donde se requiere más inversión en activos importados”, comentó Valencia. Para el sector eléctrico del país, el aumento en el tipo de cambio también es definitivamente negativo. “Porque ahí el costo, no solamente del gas, sino de la importación de nuevas tecnologías, va a ser más caro. Básicamente la capacidad que tienen los generadores de energía eléctrica de repercutir el impacto del tipo de cambio es más difícil”, comentó Luis Hernández Arámburo director de la Especialidad en Administración Energética de la EGADE Business School del Tecnológico de Monterrey. Aunque el tiempo o la dificultad que las empresas (nacionales y extranjeras) tienen para recuperar la inversión en el sector energético es exactamente igual.   Los beneficiados: petróleo y Gas Las inversiones en el sector energético del país están pensadas a largo plazo, a raíz de la reforma energética que el presidente Enrique Peña Nieto hecho a andar en 2013. Los sectores en los que se verán menos afectaciones por el tipo de cambio son el petróleo y el gas, o incluso se verán beneficiados. “Si tienes una empresa canadiense que produce gas en Canadá y viene a producirlo a México, se va a dar cuenta que la producción es más barata que en su país de origen, simplemente por la mano de obra. En el comparativo personal de ellos, se van a dar cuenta que es atractiva la inversión en México porque se les abaratan los costos”, comentó Héctor Valencia. La Comisión Federal de Electricidad (CFE) anunció la licitación para construir cinco nuevos ductos, con el propósito de incrementar en 75% el sistema nacional de gasoductos hasta 2018, con una inversión requerida para los gasoductos y otros 19 proyectos eléctricos de 9,836 mdd. También puedes leer: Producción petrolera de Pemex cae 5% durante 2016 Para el especialista del área de energía de Santamarina y Steta el dólar caro es un beneficio para la inversión en el sector del petróleo. “Normalmente los proyectos están dolarizados, pero también es cierto -debemos reconocerlo- que muchos de los campos que se están licitando están llamados para adjudicarse a los grandes jugadores internacionales que vengan a participar al mercado mexicano. Es decir, atraer esos dólares a invertirse en la industria energética dentro de nuestro país.  Y esto incluye a desarrolladores, empresas petroleras, financiadores comerciales, multilaterales y demás participantes usuales para este tipo de proyectos”, destacó Juan Carlos Machorro, especialista del área de energía de Santamarina y Steta. Precisamente IEnova, subsidiaria de la estadunidense Sempra Energy, invertirá 800 millones de dólares (mdd) este año para desarrollar ocho proyectos en México.   Tras los pasos de Trump Las oportunidades en el sector energético se enfocan en las medidas que está tomando Donald Trump para Estados Unidos y que va a significar para el sector de energía aquí en México. “Básicamente lo que está sucediendo es que sus políticas van a favorecer la producción y la generación de lo que es petróleo, gas y se habla que pueda tener un impacto positivo en lo referente al biodiesel”, destacó Hernández Arámburo. La idea de Trump, según el especialista del Tecnológico de Monterrey, es hacer al sector manufacturero de Estados Unidos sea más eficiente. “Las políticas que él está haciendo, de alguna manera van enfocadas a reducir el precio de la energía, ya sea a través de hidrocarburos, de gas”…., dijo. En ese sentido se entiende la acción de Donald Trump de apoyar a dos oleoductos muy importantes: Dakota Acces y el De Kingston XL. También dijo que dará algunos apoyos fiscales. ¿De qué manera podría beneficiar esto a México? “Si lo aterrizamos más al caso aquí de México, por una parte, creo que es positivo porque muchas empresas de energía, a raíz de este entorno positivo que Trump contempla, verán que sus balances financieros se fortalecen. Creo que esto los va a llevar a crear proyectos fuera de Estados Unidos”, platicó Arámburo. “Me parece que, si existe en estos momentos una industria que está más alejada del riesgo Trump, es la energética, dadas las necesidades de invertir de las empresas globales (incluidas las norteamericanas en el sector) y las necesidades ya apuntadas de la industria en nuestro país”, destacó Juan Carlos Machorro, especialista del área de energía de Santamarina y Steta.  

 

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