Por Janet Novack En un discurso de una hora en el Club Económico de Detroit, el candidato presidencial republicano Donald J. Trump delineó (en términos generales) un mecanismo de reducción de impuestos sobre la renta que gravará a los empleados en más de dos veces la tasa aplicada a los freelancers y a los dueños de negocios. En un ajuste significativo a sus propuestas previas, Trump llamó a reducir las siete tasas de impuestos individuales actuales a tres tasas de 12%, 25% y 33%. Eso es más que el 10%, 20% y 25% que había propuesto anteriormente. Las nuevas y más altas tasas de Trump, además de reducir el costo estimado de su plan, de  9.5 billones de dólares, durante la próxima década, imitan a las tasas propuestas en junio pasado por el presidente de la Cámara Paul Ryan. “Fue una especie de unificación de un discurso”, dijo a CNN el economista David Malpass, miembro del Consejo Asesor Económico de Trump. Pero hay un ángulo más interesante que atrajo menos atención. Trump repitió su propuesta anterior para reducir la tasa máxima sobre los ingresos de los negocios a 15% tanto para las C Corporations (empresas que bajo el código fiscal de EU pagan impuestos de forma independiente a sus propietarios) como a las S Corporations, las asociaciones y sociedades de responsabilidad limitada, que no pagan impuestos a nivel corporativo, pero reportan todos sus ingresos y sus pérdidas en las declaraciones de impuestos individuales de sus propietarios. Y significativamente, en un comunicado de prensa liberado junto con su discurso, su equipo de campaña dijo que el 15% aplicaría también a los freelancers. La nueva y más alta tasa de impuesto sobre la renta más alta de Trump, de 33%, significa que el impuesto sobre la renta máximo sería de 33%, comparado con el 15% pagado por la gente que trabaja por su cuenta, incluidos aquellos que trabajan como contratistas independientes. “Tú y yo le diremos a nuestro empleador que ahora somos contratistas y recibiremos un recorte de 18% en la tasa de impuesto sobre la renta”,  dijo sorprendido Len Burman, director del Urban-Brookings Tax Policy Center y coautor de un análisis de la anterior propuesta fiscal de Trump. “Es Kansas en esteroides”, agregó. En 2012, la gobernadora de Kansas, Sam Brownback, impulsó un plan fiscal que exentaba a los ingresos de los negocios, incluyendo el ingreso a los profesionistas individuales, del impuesto sobre la renta estatal (que ha cambiado durante la administración de Brownback de un máximo de  6.45% al actual de 4.6%). Esto ha llevado a un aumento en el número de “negocios” en el estado. Desde el cambio impulsado por Brownback, los ingresos del Estado de Kansas han sido insuficientes, lo que obligó al estado a aprovechar su fondo de emergencia, aumentar los impuestos por ventas y recortar fondos para la educación. Esos cambios probablemente jugaron un papel relevante en la derrota en las primarias republicanas el pasado martes. El economista Scott Drenkard, director de Obra Pública en The Tax Foundation (un think tank respetado de centro-derecha), declaró ante la el Comité Fiscal de la Cámara de Kansas que aunque los recortes de impuestos en general incentivan el crecimiento, en este caso “están incentivando sobre todo la evasión fiscal, no la creación de empleos”.

 

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