Cerrado a la inversión privada por más de 7 décadas, ahora Dos Bocas está llamado a convertirse en el puerto más importante de México.   El pasado 18 de marzo, el presidente Enrique Peña Nieto, acompañado por líderes y funcionarios del sector energético, encabezó la ceremonia de los 77 años de Petróleos Mexicanos (Pemex) en el puerto Dos Bocas, en Paraíso, Tabasco, un centro de operaciones portuarias que es fundamental para la empresa petrolera mexicana y lo será para las compañías que participarán en el marco la reforma energética. La infraestructura portuaria sólo llega a nuestra mente cuando un huracán, accidente o problema de logística impide que los productos lleguen a los centros de consumo. En México, el desarrollo de los puertos ha sido de tal magnitud que prácticamente nunca sufrimos desabasto de combustibles. Sin embargo, la mecanización, amplitud y control de los servicios portuarios resultan imprescindibles para la operación de las empresas que importan y exportan productos. En el caso de la industria petrolera, el puerto de Dos Bocas representa una de las bases de operación más importantes para Pemex. El puerto Dos Bocas, que dirige Miguel Ángel Servín y que se ubica a menos de 10 kilómetros de la ciudad de Paraíso y a 80 kilómetros de Villahermosa, la capital del estado, es clave para el movimiento de cargas de químicos, petróleo, diesel, asfalto, nitrógeno, carbón, coque de petróleo, así como productos agrícolas, mineras y de otros sectores. Dos Bocas fue construido por Pemex en 1979 e inició operaciones en 1982. Actualmente es uno de los puertos petroleros más importantes de México por sus volúmenes de carga y por el número de embarcaciones que atiende. Ahora, con el nuevo entorno legal de la industria petrolera, que permite la participación de la iniciativa privada en todas las áreas de la cadena de producción, industrialización y comercialización de petróleo y gas, Dos Bocas se convertirá en un punto estratégico de inversiones para el sector energético, ya que se localiza en el Golfo de México, la mayor zona de extracción de hidrocarburos del país. De acuerdo con la Administración Portuaria Integral Dos Bocas, el puerto tiene potencial para el movimiento de combustóleo y derivados del petróleo, cemento, Clinker, fertilizantes, maíz y sorgo, por mencionar sólo algunos productos adicionales a los que actualmente se mueven. Tiene un canal de acceso de 2,100 metros de longitud y el muelle de 535 metros. Ofrece los servicios de carga, embarcaciones comerciales y plataformas petroleras; patios de almacenamiento de tuberías, materiales, gráneles y servicios integrales para la industria petrolera. Su terminal de fabricación y mantenimiento de plataformas petroleras es la única de su tipo en el sureste del país, y tiene bodega laboratorio de productos químicos, así como una planta para el suministro de nitrógeno que Pemex utiliza para aumentar la recuperación de hidrocarburos en sus pozos. Hasta ahora, el puerto Dos Bocas ha resultado suficiente y eficiente para las labores de carga y descarga; almacenaje, maniobras y logísticas que requiere Pemex, y tiende a convertirse en el puerto más importante de México por las necesidades y retos que afrontará el sector energético. Será estratégico para las inversiones en la industria que por más de 7 décadas estuvo casi totalmente cerrado a la inversión privada.   Contacto: Correo: [email protected] Twitter: @earzate2003 Facebook: Esther Arzate   Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

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