Mérida, Yucatán.-  La mejor opción para inyectar gas natural a la Península de Yucatán es desde el puerto de Dos Bocas en Tabasco, según el Centro Nacional de Control de Gas Natural (Cenagas). “No camina Puerto Progreso, Seybaplaya  ni Pajaritos. ¿Qué camina? Dos Bocas porque permite inyectar al inicio de la red (de gasoductos)”, declaró la directora general del centro responsable del suministro de gas al país, Elvira Daniel Kabbaz Zaga, durante su participación en  la primera mesa de trabajo dedicada al gas natural y electricidad, organizada por el Consejo Coordinador Empresarial (CCE) y las comisiones de energía del Senado y de Diputados. La funcionaria descartó los puntos de inyección en Seybaplaya, Campeche y Puerto Progreso, Yucatán porque el gas natural licuado que llegaría, menor a 200 millones de pies cúbicos de gas, sería “muy caro”, mientras que un barco de almacenamiento y regasificación (FSRU, por sus siglas en inglés) en el puerto de Pajaritos chocaría con el gasoducto marino Texas-Tuxpan. En un principio, Pemex consideró la instalación de la unidad de regasificación en Pajaritos, Veracruz, para alimentar la demanda de gas natural en el sur-sureste, pero la licitación fue cancelada en febrero de 2019. “Dada la necesidad de contar con gas para los procesos de los complejos petroquímicos de Pemex en Coatzacoalcos y Minatitlán, el proyecto hacia sentido pues existe demanda en la región e infraestructura”, comentó el experto energético e investigador del Instituto Baker de la Universidad Rice en Houston, Adrián Duhalt. La opción de Dos Bocas permitiría recibir desde 500 a 900 millones de pies cúbicos diarios de gas natural.  “Hoy no necesitamos 900 millones, pero nos permite recibir eso”, mencionó la directiva. Kabbaz Zaga reconoció que Dos Bocas también es viable porque allí estará el proyecto insignia del presidente Andrés Manuel López Obrador: la séptima refinería de Pemex, que necesita el gas natural y ya tiene previsto un ducto. “Es infraestructura que va a servir y la van a necesitar haya o no haya FSRU en Dos Bocas”, destacó Kabbaz. La titular de Cenagas agregó que Pemex está dispuesto a “autoprestarse” su línea 5 de recolección para implementar el proyecto en plazo muy corto de 8 a 9 meses a partir de que se contrate. “En el momento en que tengamos un punto de inyección adicional, ya podríamos surtir de gas limpio a la Península de Yucatán, ahora sí, vía interconexión con gasoducto Mayakan. Eso sí le toca a Cenagas”, agregó. Ante los datos presentados, Erick Sánchez Salas, director asociado de desarrollo de negocios en la firma IHS Markit, enfatizó que debe analizarse la infraestructura de ductos necesaria para conectar Dos Bocas con la masa crítica de consumo. “Eso debe influir en la decisión que consideren la más adecuada”, consideró el analista. De Dos Bocas al punto de interconexión en Nuevo Pemex, Tabasco se necesitarían 80 kilómetros de ducto, mientras que al segundo punto en Champotón, Campeche serían más de 300 kilómetros.   Gasoducto marino no ayudará a la Península Para la titular de Cenagas, ha habido una falsa percepción de que el gasoducto marino va a entregar, cuando inicie operaciones, gas natural a la Península de Yucatán. “No se puede inyectar gas natural del norte, ni siquiera del campo Ixachi, a Mayakan”. Si Cenagas quisiera traer más gas natural del norte al sur, ahogaría la producción de Pemex, que calificó de baja (1,500 millones de pies cúbicos), y México no se puede dar el lujo de quemar esos hidrocarburos. “La única forma de entregar gas limpio a Yucatán se llama un punto de inyección adicional”, agregó.  

 

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