Por Patrick Devlyn* Los medios de comunicación, así como Internet y las nuevas tecnologías, han impulsado los modelos alternativos de consumo. Uno de ellos —adoptado recientemente— es la economía colaborativa, la cual se basa en el intercambio de bienes y servicios; en la acción de alquilar, comprar o vender productos en función de necesidades específicas. La economía colaborativa abre puertas a nuevos modelos de negocio, al mismo tiempo que impulsa la economía en nuestro país. Los servicios dentro de este sistema se consideran bienes de intercambio puesto que establece una colaboración de ayuda mutua voluntaria. El concepto es mucho más amplio de lo que pensamos, dentro del propio proceso de colaboración existen diversos tipos de relaciones que varían en función de las necesidades del consumidor:
  • Consumo colaborativo: a través de los medios digitales los usuarios se ponen en contacto entre ellos para intercambiar bienes o servicios.
  • Producción colaborativa: los consumidores promueven la difusión de proyectos o servicios.
  • Conocimiento abierto: a través de plataformas informáticas los usuarios acuden a resolver sus dudas y generan intercambios de ideas.
  • Finanzas colaborativas: los usuarios se ponen en contacto para satisfacer necesidades de forma desinteresada (microcréditos, prestamos, ahorros, donaciones)
Este modelo de economía brinda la oportunidad de auto emplearse y obtener un ingreso extra a estudiantes, pensionados, madres o padres de familia, o personas con alguna discapacidad. Asimismo, promueve la flexibilidad de horario por lo que es posible destinar el tiempo a otras actividades. Quienes adoptan este modelo de economía colaborativa no sólo contribuyen con el ingreso familiar, impulsan la economía en nuestro país. La economía colaborativa es una gran oportunidad para el comercio, en los últimos años empresas de transporte privado han utilizado este modelo. Tal es el caso de Uber, donde, a través de su plataforma, conecta a millones de usuarios con conductores que ofrecen un viaje confiable, seguro y accesible. Este servicio también es utilizado como medio para realizar envíos de paquetería y comida. De esta forma, también se genera un beneficio inmediato: mejorar la movilidad de las ciudades, todo, con solo presionar un botón. Muchas empresas que adoptan este modelo de economía han tenido éxito debido a que no realizan una inversión tan grande como en otros esquemas, forman alianzas con otros comerciantes para generar un bien común. La economía colaborativa se ha convertido, en un fenómeno global que parece haber superado al modelo tradicional. Los beneficios de esta economía son muchos más de lo que podemos imaginar:
  • Favorece la aparición de nuevos modelos empresariales y de consumo.
  • Resulta una alternativa para periodos en los que el trabajo fijo desciende, y se convierte en un ingreso adicional.
  • Utiliza los recursos de forma más eficiente.
  • La reutilización y los servicios compartidos contribuyen al cuidado del medio ambiente.
  • Amplían la oferta del mercado e incrementa la economía del país.
Sin duda alguna, en México, se incrementará exponencialmente la asimilación de esta modalidad de economía, generando así́ una red global de intercambio de herramientas y experiencias. Es así́ que la economía colaborativa representa, en esencia, un modelo de ganar-ganar.   *Consejero delegado de Grandes Empresas, Coparmex Nacional y Director General Adjunto, Devlyn

 

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