Por: Ignacio Caride

La penetración de los teléfonos inteligentes ha permitido que cada vez más personas tengan acceso a diversos productos y servicios en una escala global, sin importar su ubicación geográfica, creando una economía digital creciente y floreciente para dar acceso a más servicios sin la necesidad de una tarjeta de crédito. En los últimos años, hemos constatado como la adopción de estas tecnologías ha transformado sectores económicos y productivos tradicionales tales como la banca en línea, la educación a distancia o la telemedicina. 

Hoy, la creciente infraestructura digital proporciona un escenario sobre, el cual, se desarrolla una nueva forma de producción y de consumo fundada en el uso de redes de comunicación, servicios de procesamiento y tecnologías de la información para interactuar con los usuarios finales. Cuando se habla de economía digital, se hace referencia al uso de las tecnologías de la información en los procesos de producción, comercialización y consumo tanto de bienes como de servicios. 

La economía digital ha revolucionado la forma en la que las empresas se relacionan con sus clientes. Esta nueva economía permite la desintermediación y la eliminación de barreras en las transacciones comerciales, lo que democratiza el acceso de personas a servicios y productos. Sin embargo, para que esa accesibilidad sea real, se necesita impulsar la misma democratización en los servicios financieros y en nuestro país, todavía hay mucho por hacer. De acuerdo con la Encuesta Nacional de Inclusión Financiera (ENIF) 2021, el 35% de las personas adultas en México no tienen acceso a un producto de captación por falta de ingresos suficientes o por no cumplir con los requisitos para abrir una cuenta. En la zona norte del país, solo 6 de cada 10 personas cuentan con un producto de captación, mientras que, en la zona sur del país, solo 4 de 10 personas tienen una cuenta bancaria.

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Es decir, contar con un producto de captación podría ser considerado como el primer paso hacia una inclusión financiera más amplia, ya que permite a las personas guardar dinero, enviar y recibir pagos, y opera como puerta de entrada a una mayor variedad de productos y servicios financieros, como es el ahorro formal, el crédito y los seguros. 

Derivado de la pandemia, cerca del 60% de la población adulta reportó haber sufrido afectaciones económicas; siendo las regiones del norte quienes experimentaron en menor medida complejidades que la población en las regiones del sur y centro. Aún la recuperación continúa, lo que exige, ampliar soluciones digitales y de medios de pago que mejoren la captación y, por ende, permitan obtener beneficios en cada transacción. 

Por ello, el ampliar la oferta de soluciones digitales y de medios de pago mejorará la competencia en beneficio de los usuarios. Contar con marcos regulatorios que brinden seguridad y confianza a todos los participantes de la economía digital acelerará la innovación en los negocios y la adopción de tecnologías que contribuyan a impulsar el desarrollo económico del país. 

Evolucionar estratégicamente, sentando las bases de un ecosistema interconectado cuya fuerza mantenga a los clientes en el centro con soluciones alineadas para generarles mayor valor será sin duda, el principal reto de las organizaciones.

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Contacto:

Ignacio Caride, vicepresidente Senior de eCommerce, Pagos y Servicios Financieros para Walmart de México y Centroamérica

Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

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