El auge de las criptomonedas y la aceleración de la transición hacia la economía digital, potenciada por la pandemia de Covid-19, han orillado a distintos bancos centrales del mundo a explorar la posibilidad de lanzar su propia moneda digital. El Banco de México (Banxico) no es la excepción: el banco central del país anunció que en 2024 pondrá en circulación su propia moneda digital.
Spoiler: no será una criptomoneda ni habrá cadena de bloques (blockchain). Se trata más bien de una versión digital del papel moneda, conocida como Moneda Digital de Banco Central o CBDC (por sus siglas en inglés). Las CBDC están diseñadas para usarse de la misma manera que el dinero en efectivo y están respaldadas por el banco central, en este caso el Banxico.
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De acuerdo con MasterCard, las CBDC “ofrecen una forma de reducir las ineficiencias de la impresión y el movimiento de dinero: el costo de administrar el efectivo físico puede llegar al 1.5% del PIB de un país. A medida que aumenta la conectividad y proliferan los teléfonos inteligentes, las CBDC también podrían ser una forma de incluir a más personas en la economía digital que actualmente no tienen acceso a los servicios financieros básicos”.
En su reciente documento “Informe sobre el ejercicio de las atribuciones conferidas por la Ley para la Transparencia y Ordenamiento de los Servicios Financieros”, Banxico detalla que las CBDC “son reconocidas como una representación de la moneda de curso legal y cuyo registro contable se establece a favor de cualquier individuo”.
¿Por qué lanzar una moneda digital?
En el documento “Estrategia de Pagos”, correspondiente a diciembre de 2021, el Banco de México destaca que al emitir una moneda digital se persiguen los siguientes objetivos:
- Abrir cuentas para personas bancarizadas o no bancarizadas, contribuyendo a la inclusión financiera
- Ampliar la posibilidades de pago en la economía que sean rápidas, seguras, eficientes e interoperables
- Contar con un activo versátil que permita la implementación de diferentes funcionalidades como mecanismos de automatización, fomentando la innovación.
Por ello, ya “trabaja en el estudio y desarrollo de una plataforma encaminada a la implementación de una moneda digital tomando como base las características que hoy ya posee la infraestructura de compensación y liquidación del SPEI. Esto es, operatividad 24/7, pagos instantáneos, alta disponibilidad, estandarización de procesos y medidas robustas para administración de riesgos y ciber-resiliencia”.
“El proyecto tiene entre sus objetivos la apertura de cuentas para el registro de una moneda digital tanto para personas bancarizadas como no bancarizadas, contribuyendo con ello a la inclusión financiera. Busca ampliar las posibilidades de pago en la economía bajo las premisas de rapidez, seguridad, eficiencia e interoperabilidad. Asimismo, sentar las bases para la innovación al contar con un activo versátil desde el punto de vista tecnológico para la implementación de mecanismos de automatización y programabilidad para el uso de servicios financieros”.
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¿Cómo se haría?
Para la implementación de su moneda digital, el Banxico concibe tres etapas. La primera “recurriendo en primera instancia al ecosistema CoDi a fin de permitir la realización de transferencias indicando únicamente el dato de beneficiario, como es el caso de un número celular, así como el mantenimiento temporal de saldos a favor de un usuario no bancarizado.
“En una etapa posterior, esta funcionalidad podrá evolucionar a un esquema de órdenes de pago tokenizadas, de modo que una transferencia pueda ser posteriormente redimida. Finalmente, y a partir de los elementos desarrollados en las dos etapas previas, se contempla el desarrollo de funcionalidades para constituir registros de moneda digital a favor de usuarios directa o indirectamente en el banco central”, explica el banco central mexicano.
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Diferencia con criptomonedas
El Banxico identifica tres características en el escenario actual que motivan el lanzamiento de su moneda digital: el “reto de una mayor inclusión financiera, siendo los pagos digitales un vehículo propicio para detonar tal proceso”, el “apetito de privados por prestar servicios inherentes a lo del dinero y obtener rentas por ello” y que la institución “cuenta con una infraestructura con funcionalidades muy cercanas para prestar una moneda digital de un banco central”.
Sobre el segundo punto, menciona: “en el mercado se han desarrollado múltiples activos criptográficos, donde aquellos que se generan fuera del ambiente financiero regulado tienen el objetivo de suplir a las entidades e instituciones financieras a las que el público ha depositado su confianza para el acceso a servicios financieros”.
Categorías de activos criptográficos descrita por Banco de México:
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Sin embargo, el Banco de México considera que “algunas de las soluciones que proveen los activos criptográficos a sus usuarios corresponden a funcionalidades que no se encuentran disponibles en el sistema financiero tradicional (ej. Finanzas programables); o que son ofrecidas por las entidades financieras tradicionales, pero de cara al público se consideran poco eficientes (ej. pagos transfronterizos)”.
Apunta también que “no obstante, la provisión de dichas funcionalidades a través de estos activos criptográficos es ineficiente, derivado principalmente de la descentralización en el almacenamiento de los datos y los procesos computacionales de alta demanda”.
“En este contexto, las entidades financieras tradicionales y las autoridades deben desarrollar funcionalidades que le ofrezcan al usuario alternativas de pago a menor costo, de forma más ágil y seguras, que además aprovechen la confianza que ya tienen por parte de la sociedad, reduciendo las ineficiencias en la provisión de los servicios financieros”, remarca.