La calificadora Standard and Poor’s rebajó este jueves la calificación soberana de México de BBB+ a BBB en su escala crediticia en moneda extranjera y a BBB+ desde A-, en moneda local. Tras el anuncio, el peso presentó un retroceso contra el dólar al pasar de 22.84 pesos a 23.22 en los primeros minutos. La calificadora explicó que espera un choque económico pronunciado por el coronavirus Covid-19 y un impacto por la desaceleración económica de Estados Unidos, su principal socio comercial, así como un impacto por la pronunciada disminución de los precios globales del petróleo. Desde la perspectiva de la agencia crediticia, estos choques tendrán un impacto en la dinámica de crecimiento para el periodo 2020 a 2023. Standard and Poor’s espera que el crecimiento de México se ubique entre -2 y -2.5% en 2020, seguido por un crecimiento de 2% en 2021 y 1.8% para 2022 y 2023. Lee también: Economía mexicana caería hasta 5.7% por coronavirus, estima el IDIC “La perspectiva es negativa, lo que indica los riesgos de otra baja de calificación durante los siguientes 12 a 24 meses, como resultado de una ejecución de políticas irregular o no efectiva; el potencial debilitamiento de las finanzas públicas, debido al difícil balance entre sostener el crecimiento del PIB dada la baja base tributaria no petrolera del país y la rigidez en el gasto, y la creciente presión sobre Pemex, un potencial pasivo contingente para el soberano”. La calificadora enfatiza que el gobierno experimentará presión en las finanzas públicas aunque supone que se tomarán medidas para contener la ampliación del déficit fiscal a través del incremento en la carga de la deuda soberana como resultado de la desaceleración económica –provocada por los recientes shocks externos. “La prolongada debilidad de su desempeño fiscal y el consecuente aumento en la deuda, o el riesgo de una implementación débil de políticas, podría llevarnos a bajar nuevamente la calificación”, advierte. Pemex, factor clave  El reporte de la agencia explica que el perfil financiero de Petróleos Mexicanos (Pemex), empresa propiedad del gobierno, se ha debilitado significativamente durante los últimos cinco años y se ha vuelto más vulnerable en medio de la baja en los precios del petróleo. “El cambio en la política de energía bajo el gobierno del Presidente Andrés Manuel López Obrador incrementa la dependencia de Pemex para la producción petrolera e inversión en México. Si el perfil fiscal del gobierno general se mantiene débil durante un periodo prolongado; a pesar de cierta estabilización en la producción, el bajo desempeño operativo y financiero de Pemex y las limitaciones de su capacidad técnica podrían generar un pasivo contingente más significativo para la calidad crediticia de la calificación soberana”, señala. La calificadora expone que una conducción de una política económica efectiva que aliente la confianza de los inversionistas, y continúe manteniendo déficits fiscales moderados, podría revertir la debilidad estructural del panorama de crecimiento del PIB, lo que ayudaría a estabilizar las finanzas públicas y a sostener la flexibilidad fiscal. Sin embargo, la estrategia debe también contener los potenciales pasivos contingentes que representan las empresas propiedad del gobierno en el sector de energía o para aumentar la base tributaria no petrolera, podría evitar una erosión del perfil financiero del soberano. Podríamos revisar la perspectiva de la calificación a estable durante los siguientes dos años bajo ese escenario.

 

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